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Ala Pávlova

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Archivo:Allapavlova.jpg
Alla Pavlova

Alla Pavlova es una compositora rusa de orígen ucraniano, nacida en 1952. Muy implicada en la vida musical neoyorquina, es conocida especialmente por su ciclo sinfónico.

Vida y obra

Etapa soviética

La familia Pavlova se trasladó a Moscú en 1961, donde Alla cursó estudios musicales en la Academia de Música Gnesin con Armen Shakhbagyan; ya en los setenta se ganó una cierta reputación como compositora de lieder, género en el que prestó por entonces especial atención a los textos de Akhmatova y en el que se inscribe buena parte de su producción hasta avanzados los noventa. A su graduación en 1983 siguió su marcha a Sofia, donde trabajó en la Asociación de Compositores de Bulgaria y la Ópera Nacional Búlgara; tres años después volvió a Moscú.

Durante esta etapa mantuvo un silencio creativo que no cortó hasta 1990, año en el que deja la crepuscular Unión Soviética en favor de los EEUU.

Etapa americana

1990-98: Lieder y camerística.

A su llegada a la Gran Manzana Pavlova compondrá para su hija Irene una colección de piezas fáciles para piano inspiradas en cuentos de Andersen. Durante la primera mitad de los noventa alterna lieder y pequeñas obras para piano hasta 1994, año en el que enfrenta su primera obra de calibre, la Sinfonía nº1 ¡Adiós, Rusia!, obra teñida de una gran carga melancólica y, según palabras de la compositora, inquietud y dolor ante la realidad y perspectivas de su país natal. A pesar de su título esta obra, articulada en un solo movimiento, está compuesta para un conjunto de cámara (fln, fl, 2 vlns, vc, pf), siendo grabada en Moscú por solistas de la Orquesta Filarmónica Rusa apenas dos días después de su estreno.

Así, hubo que esperar cuatro años para que Pavlova compusiera su primera obra sinfónica, una pequeña elegía, de apenas cuatro minutos de duración, para piano y orquesta de cuerdas motivada por la muerte de Shakhbagyan. Entre medias había vuelto a refugiarse en el lied, componiendo piezas como Miss me... but let me go, que revisó a comienzos de Septiembre de 2001. Del mismo modo que Cristóbal Halffter vio trastornada la composición de su Adagio en forma de Rondó por los ataques terroristas del 11-S Pavlova se vio sorprendida por los atentados, que vivió muy de cerca, decidiéndose a dedicar la canción revisada a la memoria de las víctimas.

A la Elegia siguió su primera gran obra sinfónica, la Sinfonía nº2 para el nuevo milenio (1998), la obra más ambiciosa emprendida por Pavlova hasta entonces, y que antes de ser revisada cuatro años después fue llevada al disco por Vladimir Fedoseyev (que en lo sucesivo se convertiría en uno de sus principales embajadores, estrenando y grabando también su Cuarta Sinfonía), en un registro que supuso el asentamiento de la reputación de Pavlova en suelo ruso.

1998 - : Especialización en las grandes formas

Además de sustentar su prestigio la Segunda Sinfonía supone un importante punto de inflexión en la carrera de Pavlova, que abandona en lo sucesivo la música de cámara en favor de los grandes dispositivos orquestales. En 2000 sella este cambio de orientación con la monumental Sinfonía nº3; la obra, inspirada en un monumento neoyorquino a Juana de Arco, se caracteriza por su intenso alcance expresivo y es considerada su obra maestra. Fiel a su política de revisiones, Pavlova volvió pronto a trabajar en esta obra, añadiendo como elemento pintoresco una guitarra.

A esta Sinfonía siguió en 2002 una cuarta más concisa así como una segunda obra concertante, un Monólogo con violín solista en el que recurría una vez más a una orquesta de cuerdas por guarnición. Pavlova empleó los dos años siguientes en su primera realización incidental, que a la postre es posiblemente su obra más ambiciosa hasta la fecha: se trata del ballet Sulamith, en el que lleva a escena un cuento de inspiración bíblica de Aleksandr Kuprin, realización de la que extrajo pronto una suite sinfónica de tres cuartos de hora de duración.

Su última composición hasta la fecha es una Quinta Sinfonía compuesta este mismo año y que está pendiente de estreno.

Citas

Fue realmente doloroso ver que el país en el que había nacido, aquel que me vio crecer, en el que había recibido mis primeras, infantiles impresiones del mundo, donde me formé y maduré como persona... que ese país parecía no existir ya - acerca del viaje a Rusia que motivó la Sinfonía nº1.

Confío en que esta música dará apoyo e inspiración a los oyentes que vivan un momento difícil de su vida, fortaleciendo su fé en su destino y la profunda significación de una vida humana - acerca de su Sinfonía nº3.

Discografía

  • Sinfonías nº1 y 3(*) ||| N. Lotakov, ftn - L. Lebedev, fl - M. Shestakov, vln - O. Vedernikova, vln (*) - V. Brill, vc - M. Adamovich, pf. Orquesta Filarmónica Rusa, Aleksandr Vedernikov. NAXOS
  • Sinfonía nº2, Elegía para piano y orquesta de cuerdas ||| P. Izotov, pf. Orquesta Sinfónica Internacional 'Globalis', Konstantin Krimets. ALBANY
  • Sinfonías nº2 y 4 ||| Orquesta Sinfónica Tchaikovsky de la Radio de Moscú, Vladimir Fedoseyev. NAXOS
  • Sulamith (suite) (*), The Old New York Nostalgia, Monólogo para violín y orquesta de cuerdas ||| Y. Krasnikov, vln - A. Volkov, sax - M. Poroshin, sax - A. Grinko, tpt (*) - G. Plekatch, tpt - L. Makarevich, pf - A. Chernisov, perc NAXOS
  • Sinfonía nº1, Canción de cuna para Irene, Dos Canciones sobre versos de Akhmatova, Somos el amor, El sueño, Impresiones sobre cuentos de hadas de H.-C. Andersen, Preludio para piano, Estampas de estío, Mañana de invierno ||| E. Zimenkova, sopr - L. Lebedev, fl - M. Fadeev, vln - V. Kalnikov, vln - M. Shestakov, vln - V. Brill, vc. - M. Adamovich, pf - L. Shilovskaya, pf - A. Stoytcheva, pf - A. Tretiakov, vibr. DIDX