Historias reales, historias de vida es una sección especial de cine que se empezo a emitir a partir de el 9 de enero de 2012 a las 15.30 hs. en Telefe[1], con historias basadas en hechos reales, presentado por Virginia Lago. Se trata de películas que ponen foco en historias de vida para reflexionar. La actriz Virginia Lago es la presentadora de cada película y comparte algunas palabras con la audiencia al principio y final de la transmisión del film. Semana a semana, el canal define qué nuevas historias contará[2].
Una antigua abogada defensora, Sara Fitzgerald (Cameron Diaz), se ve obligada a volver al tribunal cuando su hija Anna de once años (Abigail Breslin) los demanda a ella y a su esposo Brian (Jason Patric) para así lograr su emancipación médica. La niña fue concebida exclusivamente para intentar salvar la vida de su hermana mayor Kate (Sofia Vassilieva), quien padece cáncer. Anna, que ha pasado por incontables y dolorosas cirugías, se ve forzada a donar un riñón, luego de que la salud de Kate vuelve a desmoronarse, pero esta vez, la niña se niega a hacerlo diciendo que ya está cansada de pasar su vida en el hospital, y quiere tomar decisiones sobre su propio cuerpo. Esta decisión pondrá a Anna en una delicada situación con su familia sobre todo con su madre, cuyo esfuerzo por salvar a Kate se ha vuelto una obsesión.
Sarah Cain (Lisa Pepper) asiste al funeral de su hermana, miembro de la comunidad Amish, y descubre que quedaron a su cargo 5 sobrinos. Donde los niños deberan adaptarse a la vida de cuidad y cambiar su estilo de vida.
Tras la repentina muerte de su prometido, Gray Wheeler (Jennifer Garner) busca refugio en los amigos de él. Mientras aparecen secretos sobre su difunto novio, una intensa atracción por el hombre menos pensado la sorprende.
Pese a su retraso mental, Sam Dawson (Sean Penn) desafía al sistema legal, con el apoyo de una abogada (Michelle Pfeiffer), para demostrar que su pequeña hija (Dakota Fanning) no puede estar en mejores manos que las de él.
En 1997, durante la semana posterior a la muerte de la princesa Diana de Gales, la familia Real y el gobierno británico tuvieron que sortear situaciones críticas. Allí muestran la batalla entre lo público y lo privado.
