Nacionalismo vasco
El nacionalismo vasco se desarrolla algo tardíamente a fines del siglo XIX, tras la 3ª Guerra Carlista y la casi total supresión de los fueros (autonomías provinciales). El primer partido político abiertamente nacionalista es el Partido Republicano Navarro, que converge con la organización vizcaína de S. Arana para formar el Partido Nacionalista Vasco.
Antecedentes: - Durante la fase final del Imperio Romano de Occidente, los vascos desempeñaron un papel prominente en la Bagauda antifeudal. - Durante la primera fase de los reinos germánicos, los vascos mantuvieron su independencia, fromándose eventualmente el Ducado de Vasconia (con centro en la actual Gascuña), unido dinástcicamente al romanizado Ducado de Aquitania (tierras entre el Garona y el Loire). - Tras la invasión musulmana de la Península Ibérica, los Vasco-Aquitanos hubieron de buscar la protección de los carolingios, que llevó a la asimilación gradual de Gascuña. En el sur, sin embargo, tras vencer a los francos en Orreaga, aparece un nuevo núcleo estatal vasco: el Reino de Pamplona. - El Reino de Navarra se configura como nuevo estado de los vascos, generando un derecho propio, mucho menos feudalista que los de sus vecinos, que será la base de los futuros fueros (Derecho Navarro o foral). - Tras haberse anexionado los territorios del Alto Ebro y La Rioja en el s.XII, Castilla se incorpora las provincias occidentales de Navarra en 1200. Para mantenerlas leales les garantiza formalmente una gran autonomía basada en el Derecho Navarro. Este es el origen de los "fueros". - Entre 1512 y 1526 Castilla-Aragón incorporan la Navarra peninsular, garantizándole así mismo "fueros". Navarra sigue existiendo al norte de los pasos pirenaicos, cada vez más involucrada en la política de la vecina Francia. Eventualmente el monarca navarro será coronado Rey de Francia ("París bien vale una misa"), siendo Navarra absorbida por Francia. - Aunque no sin conflictos, los fueros, que otorgan una cuasi-independencia de los territorios vascos, permiten que durante siglos las relaciones con los reinos hegemónicos sean relativamente cordiales. Esto cambia con la Revolución Francesa y la nueva idea del "estado-nación" centralista. Por ello, primero el norte y luego el sur, tomarán el partido tradicionalista, como vía para mantenter la gran autonomía. Las rebeliones carlistas del siglo XIX, dirigidas por la nimia facción fundamentalista-tradicionalista española, se alimentarán casi exclusivamente del fervor vasco por la defensa de sus derechos ancestrales. - Tras la derrota en la 3ª Guerra Carlista, el sentimiento identitario vasco busca nuevos derroteros. La idea de una única nación vasca cobra rápidamente fuerza.
Génesis: Sabino Arana Goiri, junto a su hermano Luis, es considerado el fundador del nacionalismo vasco moderno. Además de EAJ-PNV, que fundó y lideró, es el creador de algunas modernas señas de identidad vasca: la "ikurriña" (bandera) y el sustantivo "Euzkadi", neologismo de su cuño que hoy día se suele escribir "Euskadi", aunque muchos prefieren usar el más genuino "Euskal Herria". También es de su invención el término "aberri(-a)" que acuñó para patria. Sin embargo la mayoría de sus aportaciones lingüísticas, junto con otras posteriores de la misma escuela, han acabado en el infame saco de los "aranismos" o pedanterías filológicas, debido a su insuficiente conocimiento de la lengua. S. Arana es también muy criticado por su evidente racismo, que ha sido abiertamente abandonado por sus descendientes políticos.
Evolución: El PNV (EAJ) aparece como uno de los primeros partidos demo-cristianos de Europa, oscilando siempre entre sus principios independentistas y su pragmatismo pactista. Ha sido en todos los períodos democráticos del siglo XX la fuerza política central en los territorios occidentales de Euskal Herria (actual Comunidad Autónoma Vasca), teniendo también importante presencia en Navarra hasta los años 80, en que los "jeltzales" navarros en bloque y gran parte de los guipuzcoanos (principalmente) se escindieron para formar Eusko Alkartasuna (centro-izquierda). El primer nacionalismo vasco de izquierda es Acción Nacionalista Vasca (EAE-ANV), que tiene cierto peso durante el período republicano. Durante este período, las demandas nacionalistas de autonomía caen en saco roto en el Parlamento español, y no es hasta el levantamiento fascista de 1936 en que se reconoce un estuto de autonomía para el País Vasco occidental. Con la caída de Bizkaia en 1937 y la rendición de las milicias vascas en Santoña, finaliza este breve período de autonomía moderna. El dictador Franco proclama a Bizkaia y Gipuzkoa "provincias traidoras" y les retira los últimos restos de autonomía foral. Los 39 años del régimen franquista, fuertemente centralista y uniformizador, dejan en el País Vasco una huella tremendamente amarga y dolorosa, alimentando el resentimiento anti-español y sirviendo de caldo de cultivo para el renacer nacionalista contemporáneo. Aunque durante la primera fase del franquismo Euskal Herria vivió algunos episodios de guerrilla, con claros tintes nacionalistas, no es hasta 1969, con la aparición efectiva de "Euskadi ta Askatasuna" (ETA) cuando se puede hablar de una resistencia armada efectiva y organizada. Con la eliminación del "delfín" Carrero Blanco y la muerte del dictador Franco, España inicia una senda de reformas democráticas, que incluyen el reconcimiento de autonomías diferenciadas para las diferentes regiones o nacionalidades. Sin embargo la nueva Constitución española de 1978 sólo cosecha una mayoría abstencionista en el País Vasco, mientras que el nuevo estatuto de autonomía, aunque mayoritariamente respaldado, ve bloqueado su desarrollo desde Madrid. ETA mientras tanto continúa con su actividad armada exigiendo la soberanía del país. Con la llegada de la democracia, la izquierda nacionalista, mayormente afín a ETA, se organiza. Los más moderados forman Euskadiko Ezkerra (Izquierda Vasca), mientras los más radicales terminan agrupándose en la coalición Herri Batasuna (Unidad Popular), que incluye al histórico partido ANV. Este segundo grupo es el más importante de los dos, habiendo llegado a recoger el 20% de los votos en algunas elecciones. Mietras Euskadiko Ezkerra evoluciona hacia posiciones más estatutistas y acaba por disolverse en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y en Eusko Alkartasuna (escisión progresista del PNV), Herri Batasuna continúa con su línea política independentista radical, y el PNV gobierna la autonomía como árbitro de un parlamento dividido. Durante una década, funciona el llamado "Acuerdo de Ajuria Enea", por el que los partidos políticos considerados "democráticos" (todos excepto Herri Batasuna, que no condena la actividad de ETA) se reunen regularmente para condenar a ETA y coordinar la lucha político-policial contra ésta. Con la llegada de los conservadores (PP) al poder en España, en 1996, se produce un cambio significativo. Previamente había habido también un cambio en la estrategia de ETA, que comenzaba a atacar a políticos, y no ya sólo militares o policías. Con el vasco-españolista Mayor Oreja como Ministro del Interior y líder de la nueva cruzada contra ETA, pero también contra todo lo nacionalista, los conservadores españoles intentan capitalizar el sufrimiento de las víctimas en su favor. La utilización de consignas anti-nacionalistas y a veces abiertamente fascistas en las manifestaciones de repulsa a ETA, son el síntoma de que los nacionalistas moderados (PNV y EA) pero también la izquierda española (IU) no pueden estar más tiempo cómodos con estos compañeros de viaje. Pronto se producen dos acontecimientos de gran importancia: ETA declara por primera vez en su historia una tregua indefinida y los distintos partidos nacionalistas, juto a otros actores sociales, firman el acuerdo de Lizarra (Estella) comprometiéndose en el desarrollo de la soberanía nacional y buscar el fin de la violencia. El gobierno de Madrid reacciona acusando a la tregua de ser una trampa y a los nacionalistas moderados de connivencia con ETA. La tregua dura un año pero poco se avanza en este período. Finalmente ETA rompe la tregua y denuncia a PNV y EA por no cumplir los compromisos de un pacto secreto con ella. Tras la ruptura de la tregua por ETA y la relativa derrota de los partidos españolistas en las sucesivas elecciones, el Tribunal Supremo español comienza una serie de procesos contra todo tipo de organizaciones vascas, acusándoles de pertenecer o colaborar con ETA. Con este pretexto, y a menudo con los más débiles argumentos jurídicos, se han cerrado ya dos períodicos y un buen número de otras empresas, se ha prohibido un importante partido político (Herri Batsuna, actualmente "Batasuna"), varios colectivos de solidaridad con los presos políticos, etc. Mientras tanto el Lehendakari (presidente) Ibarretxe (PNV) está impulsando un plan soberanista, que se encuentra no sólo con el obstáculo legal de estar legalmente supeditado al Parlamento español, sino que además ha sido ya llevado ante los tribunales.