Cormo
El cormo, conjuntamente con el talo, representan dos niveles de organización distintos dentro el reino vegetal. El cormo es el complejo morfológico, histológico y orgánico que forma el cuerpo de las plantas superiores. En él se distinguen tres regiones morfológicas fundamentales: la raíz, el tallo y las hojas. Contrariamente, el talo constituye el cuerpo de las plantas inferiores, el cual no se haya diferenciado en regiones morfológicas ni en órganos, sino que, simplemente, está integrado por un número determinado de pseudo-tejidos y, en consecuencia, carece de raíz, tallo y hojas. Por extensión, también se puede denominar cormo a un tallo engrosado subterráneo, de base hinchada y crecimiento vertical que contiene nudos y abultamientos de los que salen yemas. Puede estar recubierto por capas de hojas secas, a modo de túnicas superpuestas. En la parte inferior produce pequeños cormos nuevos que servirán para la reproducción de nuevas plantas. Al igual que los bulbos y los rizomas, estos órganos pueden actuar como acumuladores de reservas constituidos por células parenquimales.
Las plantas que presentan cormos son plantas perennes que pierden sus partes aéreas en climas fríos durante la época invernal, conservando únicamente su parte subterránea. Esta capacidad para almacenar nutrientes constituye un método de supervivencia en caso de condiciones adversas, como una prolongada sequía o una temporada estival demasiado calurosa.
Algunas de las plantas que forman cormos incluyen muchas especies de la familia Iridaceae: