Quileros
Se les llama "quileros" a las personas que compran comestibles en pequeñas cantidades en la frontera de Brasil para venderlos en el Uruguay. Generalmente son fronterizos, de escasos recursos, que realizan el contrabando a pequeña escala, con recursos muy limitados.
El traslado de la mercadería se realiza a caballo, carro o en pequeños medios de transporte como bicicletas o motos.La ruta de ingreso no es por las vías de comunicación convencionales, sino por las sierras y llanuras de que componen la geografía del lugar.
Su vida está determinada por la compra y venta en uno o dos días, pues con las ganancias vuelven a comprar nueva mercadería para rehacer diariamente el mismo proceso.
Su nombre deriva de la asignación dada a su ocupación por los pobladores del departamento de Cerro Largo, especialmente en sus ciudades de [['''Aceguá''']] y [['''Río Branco''']]. Hoy es una figura muy particular de la frontera uruguayo-brasileña, presente especialmente en los departamentos de Cerro Largo, Rivera y Artigas, todos limítrofes con el Brasil.
Esta nominación se ha recogido en varios poemarios y cancioneros del Uruguay. Entre ellas, el más destacado es el conocido "Camino de los quileros" del cantautor uruguayo Osiris Rodríguez Castillo.
"Camino de los quileros"
Hay un camino en mi tierra del pobre que va por pan, camino de los quileros por la sierra de Aceguá. Tal vez, sin ser tan baqueano cualquiera lo ha de encontrar, pues tiene el pecho de piedra pero el corazón de pan.
Gurisit'e pierna flaca Barriguita de melón Donde hay tanta vaca gorda No hay ni charque para vos. Tu bisabuelo hizo patria, tu abuelo fue servidor, tu padre carneó una oveja y está preso por ladrón.
Toma café con fariña y andá guapeando por ahí. Mañana mate cocido; pasado, Dios proveerá. Mañana busco el camino del pobre que va por pan Si no me para una bala pasando te traigo más.
Yerba, caña, rapadura, un rollo'e naco, nomás; los pobres contrabandeamos a gatas pa' remediar. ¡Que gaucho es el tal camino! Pero duro de pelar. Camino de los quileros por la Sierra de Aceguá.
Osiris Rodríguez Castillo