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Segunda Guerra Mundial

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Plantilla:Infobox Batallas

La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto armado mundial en el que se enfrentaron las Potencias Aliadas y las Potencias del Eje, entre 1939 y 1945. Fuerzas armadas de más de setenta países participaron en combates aéreos, navales y terrestres. Por efecto de la guerra murió alrededor del 2% de la población mundial de la época (unos 60 millones de personas), la mayoría de ellas civiles. Como conflicto mundial comenzó el 1 de septiembre de 1939 (si bien algunos historiadores argumentan que en su frente asiático se declaró el 7 de julio de 1937) para acabar oficialmente el 2 de septiembre de 1945.

Orígenes

Las causas de la Segunda Guerra Mundial más inmediatas al estallido de la misma son, por una parte, la invasión de Polonia de 1939 por parte de los alemanes, y los ataques japoneses contra China, los Estados Unidos de América y las colonias Británicas y holandesas en Asia. La Segunda Guerra Mundial estalló después de que estas acciones agresivas recibieran como respuesta una declaración de guerra, resistencia armada, o ambas por parte de los países agredidos y aquellos con los que mantenían tratados. En un primer momento, los países aliados estaban integrados tan solo por Polonia, Gran Bretaña y Francia, mientras las fuerzas del Eje consistían tan solo en Alemania e Italia, unidas en una alianza mediante el Pacto de Acero.

A medida que la guerra progresó, los países que iban entrando en la misma (bien de forma voluntaria, bien al ser atacados) se alinearon en uno de los dos bandos, dependiendo de su propia situación. Ese fue el caso de los Estados Unidos y la URSS, atacados respectivamente por Alemania y Japón. Algunos países, como Hungría, cambiaron su alineamiento en las fases finales de la guerra.

En Europa

Archivo:HitlerMussolini1940.jpg
Benito Mussolini, Duce de la Italia fascista (izquierda) y Adolf Hitler, Führer de la Alemania nazi, en Munich (1940).

Después de la Primera Guerra Mundial y con el Tratado de Versalles de 1919, se presentó el problema de la compensación que Alemania debía pagar a los vencedores. El Reino Unido obtuvo la mayor parte de las colonias alemanas en África y Oceanía (aunque algunas fueron a parar a Japón, y Francia, en cuyo suelo se desarrolló la mayoría de los combates del frente occidental, recibió el pago de una gran indemnización y la recuperación de Alsacia y Lorena, que habían sido anexadas a Alemania por Otto von Bismarck tras la Guerra Franco-prusiana en 1870.

En el Imperio ruso, la Dinastía Romanov desapareció, surgiendo en su lugar la URSS, que perdió enormes territorios por haberse retirado prematuramente de la guerra. Estonia, Letonia, Lituania y Polonia resurgieron en el mapa a partir de una mezcla de territorios rusos y alemanes. En Europa Central, nuevos estados aparecieron tras el desmembramiento del Imperio Austrohúngaro: Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia, que además tuvo que ceder territorios a la nueva Polonia, a Rumanía y a Italia.

En Alemania, la visión popular del Tratado de Versalles era muy negativa: bajo su cobertura legal se había desmembrado el país, la economía alemana se veía sometida a pagos y servidumbres a los Aliados considerados abusivos, y el estado carecía de fuerzas de defensa frente a amenazas externas, sobre todo por parte de la URSS, que ya se había mostrado dispuesta a expandir su ideario político por la fuerza. Esta situación percibida de indefensión y represalias abusivas, combinada con el hecho de que nunca se llegó a combatir en territorio alemán, hizo surgir la teoría de la Puñalada por la espalda, la idea de que en realidad la guerra se podía haber ganado si grupos extranjeros no hubieran conspirado contra el país, lo que hacía aún más injusto el ser tratados como perdedores. Surgió así un gran rencor a nivel social contra los Aliados, sus tratados, y cualquier idea que pudiera surgir de ellos.

La desmovilización forzosa del ejército hasta la fuerza máxima de 100.000 hombres permitida por el tratado (un tamaño casi testimonial respecto al anterior) dejó en la calle a una cantidad enorme de militares de carrera que se vieron obligados a encontrar un nuevo medio de subsistencia en un país vencido, con una economía en pleno declive, y tensión social. Todo eso favoreció la creación y organización de los Freikorps, así como otros grupos paramilitares. La lucha de los Freikorps y sus aliados contra los movimientos revolucionarios alemanes como la Liga Espartaquista (a veces con la complicidad o incluso el apoyo de las autoridades) hizo que tanto ellos como los segmentos de población que les apoyaban se fueran inclinando cada vez más hacia un ideario reaccionario y autoritario, del que surgiría el nazismo como gran aglutinador a finales de los años 20 - inicios de los 30 (hasta entonces, había sido un partido en auge, pero siempre minoritario).

Archivo:Adolf Hitler greets Neville Chamberlain.jpg
Hitler recibe a Chamberlain en Munich (1938)

Este caldo de cultivo a nivel social, combinado con la Gran Depresión de inicios de los 30 hizo que la débil República de Weimar) no fuera capaz de mantener el orden interno; los contínuos disturbios y conflictos en las calles incrementaron la exigencia de orden y seguridad por parte de sectores de la población cada vez más amplios. Sobre esa ola de descontento y rencor, el Partido Nazi, liderado por Adolf Hitler se presentó como el elemento necesario para devolver la paz, la fuerza y el progreso a la nación. Los ideólogos del partido establecieron racionalizaciones que justificaban todas las ideas que hoy día resultan controvertidas en su ideario: la remilitarización era imprescindible para librarse del yugo opresor de las antiguas potencias Aliadas; la inestabilidad del país era ocasionada por movimientos sociales de base extranjera (comunistas) o grupos de presión no alemanes (judíos), culpables además de haber apuñalado por la espalda a la Gran Alemania en 1918; además, Alemania tiene derecho a recuperar los territorios que fueron suyos, así como asegurarse el necesario espacio vital para asegurar su crecimiento y prosperidad. Todas estas ideas quedaron condensadas en el Mein Kampf.

Partiendo de las afrentas reales y comprobables causadas por el Pacto de Versalles, los nazis lograron racionalizar las partes más duras de su ideario, de modo que potenciaron, alimentaron y extendieron la necesidad de reparación en la sociedad alemana, mezclando los problemas reales con las necesidades de su propio programa político, presentando el militarismo y la adherencia a la disciplina fascista como las únicas vías capaces de reconducir la situación. Del mismo modos se jsutificó la represión brutal de cualquiera que no pensara del mismo modo o fuera percibido como un enemigo del estado. Y el clima existente a causa del Pacto hizo que a la sociedad en general no le preocupase lo más mínimo el incumplimiento de cualquier tipo de tratado internacional. Hasta 1932, el NSDAP fue incrementando su cuota electoral en las elecciones federales, manteniendo un estilo político igual de bronco y agresivo que el que practicaba en la calle.

En noviembre de 1932 tienen lugar las octavas elecciones federales alemanas, en las que el NSDAP perdió algo más de un 4% de votos, quedando en un 33,1%. Al ser la lista más votada, y ante la imposibilidad de lograr una opción de consenso entre las demás fuerzas políticas, el presidente Hindemburg nombra canciller a Hitler y le ordena formar gobierno. El 27 de febrero de 1933, un incendio inexplicable arrasa el Reichstag, la sede del parlamento alemán. A raiz del mismo, Hitler declara el estado de excepción. Pronto surge desde el partido nazi la acusación de que los comunistas son los instigadores de la quema, y Hitler logra que un Hindenburg ya muy mermado de salud firme el Decreto del Incendio del Reichstag, aboliendo tanto al partido comunista como a cualquier organización afín al mismo. Con sus principales enemigos políticos ilegalizados, Hitler procede a convocar las novenas elecciones federales alemanas el 5 de marzo de 1933, logrando esta vez un 43,9% de votos y pasando a gobernar, en coalición con el DNVP, en mayoría absoluta. Una vez conseguido el poder político, la noche del 30 de junio al 1 de julio de 1933, Hitler se quita de encima a los principales opositores políticos que aún tenía, tanto de su partido como de los otros, en la llamada Noche de los cuchillos largos. Con esta acción de fuerza logró también el apoyo del ejército y la industria.

Molotov firma el Pacto Ribbentrop-Molotov en Moscú. Tras él están Shaposhnikov, Ribbentrop, y Stalin.

Rápidamente, Hitler restauró en Alemania el servicio militar generalizado que había sido prohibido por el Tratado de Versalles, remilitarizó la Renania en 1936 y puso en práctica una política extranjera agresiva, el pangermanismo, inspirada en la búsqueda del Lebensraum, destinada a reagrupar en el seno de un mismo estado a la población germana de Europa central, comenzando por Austria (Anschluss) en marzo de 1938. El principal objetivo declarado de la política exterior alemana de la época inmediatamente anterior a la guerra era, por una parte, la recuperación de esos territorios, así como del Corredor polaco y la Ciudad libre de Danzig, en los antiguos territorios de Prusia perdidos por Alemania después de 1918. Esas reclamaciones territoriales constantes constituían elementos importantes de inestabilidad internacional, pues Berlín reivindicaba abiertamente su restitución, de forma cada vez más agresiva, con la intención de reconstruir la Gran Alemania.

El apoyo al levantamiento militar del General Francisco Franco en España por parte de Italia y Alemania con tropas y armamento desafió abiertamente al acuerdo de no-intervención en el conflico civil(Guerra Civil Española) de las naciones extranjeras. Hitler había firmado ya el Pacto de Acero con Mussolini, el único de los dirigentes europeos con un ideario similar. El apoyo a las fuerzas franquistas fue un intento de establecer un estado fascista controlando el acceso al Mediterráneo con vistas a una futura guerra europea, algo que solo les funcionó a medias.

El oeste de Checoslovaquia (la región conocida como los Sudetes) era el hogar de una gran cantidad de población de ascendencia germana, cuyos derechos, según el gobierno alemán, estaban siendo infringidos. La anexión de los Sudetes fue aceptada en Múnich en septiembre de 1938 tras una conferencia tripartita entre Alemania, Francia y Gran Bretaña, donde el francés Edouard Daladier y el primer ministro inglés Neville Chamberlain, siguiendo una Política de apaciguamiento, confiaron en que sería la última reivindicación de la Alemania nazi. Hitler había transmitido personalmente esa idea a Chamberlain, tras entregarle un conjunto de informes con supuestas atrocidades cometidas contra habitantes alemanes en los Sudetes. La postura inglesa y francesa se debía en gran parte a la reticencia de sus poblaciones a verse envueltos de nuevo en una guerra a escala mundial, así como al convencimiento (sobre todo por parte de ciertos sectores de la sociedad inglesa) de que realmente el Tratado de Versalles había sido excesivo.

Sin embargo, en marzo de 1939 los ejércitos de Alemania entraron en Praga y asumieron el control de los territorios checos restantes. El día siguiente Hitler, desde el Castillo de Praga, proclamó el Protectorado de Bohemia y Moravia, a la vez que propició la aparición del estado títere de Eslovaquia. También se apoderó del territorio de Memel, perteneciente a Lituania. El fracaso del apaciguamiento demostró a las potencias occidentales que no era posible confiar en cualquier tratado que pudiera firmarse con Hitler, así como que sus aspiraciones de poder y expansión no podían seguir siendo toleradas. Polonia y Francia firmaron un acuerdo de mútua defensa el 19 de mayo de 1939, que posteriormente también suscribió Gran Bretaña.

Por su parte, Alemania y la URSS firmaron el 23 de agosto del mismo año el Pacto Ribbentrop-Molotov, que incluía un protocolo secreto por el que ambas potencias se dividían Europa central en esferas de influencia, incluyendo la ocupación militar. El tratado establecía el comercio e intercambio de petróleo y comida de la URSS a Alemania, reduciendo así el efecto de un futuro bloqueo por parte de Gran Bretaña como el que casi había ahogado a Alemania en la Primera Guerra Mundial. Hitler pasó entonces a centrarse en la preparación del futuro conflicto con los Aliados cuando, como pretendía, invadiera Polonia con el fin de incorporarla a Alemania. La ratificación del tratado de defensa entre Polonia y el Reino Unido no alteró sus planes.

En Asia

Hideki Tōjō, Primer Ministro del Japón

Japón vivió un proceso de modernización acelerado a partir de la Era Meiji que le llevó de ser un país feudal de economía agraria bajo el Shogunato Tokugawa, a convertirse en la mayor potencia industrial de Extremo Oriente, en apenas 60 años. Este ritmo brutal creó un desfase entre el nivel tecnológico del país y sus costumbres, plasmado perfectamente en su sistema político; a pesar de ser nominalmente una democracia parlamentaria, el Ejército y la Marina eran dirigidos por los ministros de Guerra y Marina (que debían ser obligatoriamente generales o almirantes retirados o en activo), los cuales no estaban sujetos a la autoridad del Primer Ministro, sino directamente a la del Emperador. Los militares, por tanto, constituían un poder fáctico al margen del control de los políticos civiles, que solo contaban con la asignación de presupuestos como medida de presión, e intervenían activamente en la vida política del país. De las 29 personas que recibieron el cargo de Primer Ministro durante el periodo 1885 - 1945, 15 eran almirantes o generales retirados o en activo (durante el periodo 1932 - 1945 fueron 8 de 11).

Esta anómala situación, combinada con el paso de un ejército permanente a otro reclutado (lo que obligaba a dar instrucción militar a todos los jóvenes del país), favoreció la progresiva militarización de la sociedad japonesa; el ejército y la marina, escasamente controlados por el poder civil, definían sus propios objetivos y se peleaban por los recursos presupuestarios disponibles, pero ambos coincidían en su desprecio a la clase política. Se formaron grupos de opinión enfrentados dentro de las fuerzas armadas que llevaban una "política paralela" a la del gobierno. Japón, un conjunto de islas con gran cantidad de población pero falta de recursos naturales, entró en el siglo XX con el firme propósito de imitar el sistema económico de las potencias occidentales, incluyendo el colonialismo, como forma de mantener su propio desarrollo, y volvió sus ojos hacia el continente asiático.

En 1894 Japón, que ya hacía tiempo que se disputaba la península de Corea con el Imperio Chino, inició la Primera Guerra Sino-japonesa con un ataque por sorpresa sin previa declaración de guerra. Para sorpresa de todos, el pequeño Imperio de Japón aplastó a las fuerzas del mastodóntico Imperio Chino, forzando un tratado de paz que le supuso la cesión de Taiwán, de las Islas Pescadores y de Liao-dong. La Rusia Imperial intentó limitar el dominio local de la emergente potencia: subvencionó el pago de las deudas de guerra chinas con Japón y, apoyada por Alemania y Francia, humilló a Tokio e impuso la restitución de Liao-dong a China.

Rusia y Japón se vieron desde ese momento implicadas en la lucha por la influencia en la parte noroeste de China. Rusia obtuvo la concesión para la construcción del ferrocarril Transmanchuriano, y aumentó su presencia militar en el sector con la creación de una base naval en Port Arthur, en la parte sur de la península de Liao-dong. La política rusa se encaminaba a desarrollar su influencia sobre toda Manchuria y Corea. Japón se inquietó e intentó en un principio negociar una repartición de áreas de influencia en Manchuria, aunque sin éxito. De modo que en 1904 la Marina Imperial Japonesa atacó y destruyó (de nuevo sin previa declaración de guerra) la flota rusa estacionada en Port Arthur. Japón estaba bien preparado, dominaba los mares de la zona en conflicto y sus bases estaban cerca de la zona. Por el contrario, Rusia estaba minada por tensiones internas, dirigida en el este por un mando incompetente e incapaz de asegurar un enlace eficaz con el oeste, ya que el Transiberiano era su única vía terrestre, por lo que no pudo plantar cara. La Guerra Ruso-japonesa terminó en 1905 con un armisticio que humilló a Rusia y dejó Liao-dong en manos de Japón, junto con la mitad meridional de la isla Sajalín y la preeminencia absoluta sobre Corea. En 1914, Japón declaró la guerra a Alemania, consiguiendo al final de la Primera Guerra Mundial las posesiones alemanas del Océano Pacífico septentrional.

Emperador Kangde de Manchukuo, gobierno títere puesto en el poder por los japoneses al norte de China entre 1931 y 1945.

En la década de los 30 la posición política de los militares en Japón era cada vez más dominante. El poder político estaba controlado por los grupos de presión dentro del Ejército y la Armada, hasta el punto de que ocurrieron varios golpes de estado y atentados por parte de cadetes y oficiales jóvenes del Ejército y la Marina contra ministros y altos cargos que estorbaban los intereses de las camarillas militares. Estas acciones llegaron a costar la vida incluso de un Primer Ministro en 1932, lo que supuso el final a todos los efectos de cualquier intento de controlar al ejército desde el gobierno: la clase política era consciente de que simplemente emitir en público una opinión desfavorable hacia las fuerzas armadas significaba arriesgarse a morir a manos de un ultranacionalista en un arranque de patriotismo.

En 1931, usando como casus belli unos supuestos incidentes transfronterizos, Japón invadió Manchuria, que convirtió en 1932 en Manchukuo, estado independiente bajo protectorado japonés, junto con Jehol. Las críticas internacionales por esta acción llevaron a Japón a retirarse de la Sociedad de Naciones al año siguiente. En 1937, necesitado de recursos naturales y aprovechando la debilidad china provocada por la guerra civil entre comunistas y republicanos, Japón inició la Segunda Guerra Sino-japonesa, y ocupó la parte noreste de ese país. Los Estados Unidos de América y Gran Bretaña reaccionaron en apoyo del Kuomintang concediéndole créditos, ayuda militar encubierta, pilotos y aeroplanos, así como levantando embargos de materias primas y petróleo cada vez mayores contra Japón (su comercio exterior llegó a caer en un 75%, mientras que las importaciones de petróleo lo hicieron en un 89%).

En 1940, Francia es ocupada por Alemania y la Indochina Francesa es presionada por Japón para que deje de enviar suministros a China. Los colonos franceses se niegan e Indochina es ocupada por la fuerza. Pero los embargos, sobre todo el de petróleo, están poniendo la economía japonesa contra las cuerdas. Japón debe elegir entre ceder a la presión occidental y abandonar los territorios conquistados en China o conseguir nuevas fuentes de materias primas. Las potencias occidentales no parecen inclinadas a negociar nada y no hay otros interlocutores que puedan comerciar el volumen suficiente de recursos, por lo que, descartada la retirada en nombre del honor nacional, la única opción disponible es la conquista de territorios ricos en petróleo y bauxita, bien al norte (la zona de la URSS entre Vladivostok y el Lago Baikal), bien al sur (las Indias Orientales Neerlandesas, Malasia y Filipinas). Pero el plan de expansión hacia el norte fue desestimado a causa del resultado de la Batalla de Khalkhin Gol en 1939.

Considerando que franceses, holandeses y británicos están más que ocupados en la guerra en Europa, con la URSS retrocediendo frente a la ofensiva alemana, y creyendo que los americanos tardarían años en ponerse a punto para la guerra (por lo que optarían por pactar una solución de compromiso), el gobierno japonés opta por entrar en la guerra y se dispone a activar los planes para la Guerra de la Gran Asia Oriental [1]​.

La Flota Combinada de la Marina Imperial Japonesa, bajo el mando del almirante Isoroku Yamamoto, ataca sin declaración de guerra previa la fuerza naval Estadounidense con base en Pearl Harbor, Hawai, el 7 de diciembre de 1941. Alemania declara la guerra a los Estados Unidos de América el 11 de diciembre.

África y oceanía

Breve resumen

Firma del Pacto Molotov-Ribbentrop, o Pacto Germano-Soviético. Molotov está sentado en primer plano, detrás, Von Ribbentrop, como delegado de Hitler, y Stalin.
Soldados alemanes frente al Arco de Triunfo del Carrusel (París, 1940).
El hongo atómico tras la explosión nuclear sobre Nagasaki se elevó hasta una altitud de 18.000 m en la mañana del 9 de agosto de 1945.

El conflicto opuso, a manera de resumen, a dos bandos: los Aliados (encabezados por Inglaterra, Francia, la URSS y Estados Unidos) y el Eje (entre los que se encontraba el Ejército Nazi, Italia y Japón).

El Eje: las tres potencias del Eje fueron Alemania, Italia y Japón. Otros países adscritos al Eje fueron Eslovaquia, Finlandia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Estado Independiente de Croacia y Tailandia. Austria y la República Checa habían sido anexionadas a Alemania meses antes de empezar la guerra.

Los Aliados: en un principio las potencias aliadas que decidieron hacer frente a Alemania fueron Francia y el Reino Unido. Las agresiones del Eje involucraron en la guerra, en el bando aliado, a Polonia, Dinamarca, Noruega, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Yugoslavia y Grecia. También participaron los países de la Commonwealth como Australia, Canadá, Sudáfrica y Nueva Zelanda. La unión del Eje con Japón propició la alianza con China. Finalmente se unieron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), tras la invasión alemana el 22 de junio de 1941, y los Estados Unidos, a partir del 7 de diciembre de 1941.

Países Neutrales: en Europa se mantuvieron oficialmente neutrales Irlanda, España, Portugal, Suecia, Suiza y Turquía. Algunos de estos países neutrales mantuvieron una cierta condescendencia con el Eje. La España de Franco varió entre la neutralidad y la no beligerancia. Suiza, por su parte, no dudó en salvaguardar el oro procedente del expolio a los judíos, ni tampoco en proteger las finanzas de los negociantes nazis.

Antes de su entrada en la guerra, los Estados Unidos era una nación neutral, aunque simpatizaba con Gran Bretaña y le suministraba material de guerra bajo condiciones favorables. También les informaba sobre las ubicaciones de los submarinos alemanes que sus navíos visualizaban. Además, los Estados Unidos habían impuesto un embargo económico a Japón que había hecho caer en un 80% sus importaciones, lo que destruía su economía. Dicho embargo dejó sin petróleo al ejército japonés, siendo una de las causas primarias para el ataque a Pearl Harbor en diciembre de 1941. Dicho ataque motivó la entrada de los Estados Unidos en el conflicto mundial.

Desde 1936 los futuros beligerantes de Europa en la Segunda Guerra Mundial comienzan a enfrentarse directa o indirectamente en el marco de la Guerra Civil Española.

En la Exposición Internacional de 1937, los pabellones alemán y soviético, situados frente a frente, se enfrentaban ya simbólicamente, aunque en este combate ambos ganaron la medalla de oro.

El 25 de octubre de 1936 el Ministro de Asuntos Exteriores italiano, conde Galeazzo Ciano, sostuvo una visita de dos días a Alemania que dio lugar al Pacto del Eje Roma-Berlín. El acuerdo consolidó las posiciones de Alemania y de Italia contra Gran Bretaña y Francia. El Primer Ministro Benito Mussolini proclamó el acuerdo en Roma el 1 de noviembre de ese mismo año y el 25 de noviembre siguiente, Japón y Alemania firmaron el Pacto Antikomintern.

El 7 de julio de 1937, tras años de tensiones por la ocupación japonesa de Manchuria en 1931, las tropas japonesas se enfrentaron al ejército chino en las cercanías del Puente de Marco Polo, unos veinte kilómetros al oeste de Pekín. Comenzaba así la Segunda Guerra chino-japonesa como preámbulo de la guerra mundial propiamente dicha.

El 1 de septiembre de 1939 Hitler ordenó a su ejército invadir Polonia sin previa declaración de guerra, lo que motivó que Francia y el Reino Unido declararan la guerra a Alemania el 3 de septiembre, aún existiendo un tratado que comprometía a estos países. La URSS ocupó la parte oriental de Polonia, según lo acordado una semana antes en el Pacto Molotov-Ribbentrop que definía la repartición de la Europa Oriental y central bajo influencia alemana y rusa. El Ejército Rojo ejecutó a miles de oficiales polacos en lo que se conoce como la Masacre de Katyn. Posteriormente la URSS también atacó a Finlandia el 30 de noviembre, en lo que se conoce como la Guerra de Invierno, pero enfrentada a una resistencia inesperada, ambos países firmaron la paz en Moscú el 12 de marzo de 1940, tras ceder Finlandia posesiones territoriales a cambio de conservar su independencia.

Tras la conquista de Polonia, Alemania invadió Dinamarca y Noruega, donde una fuerza expedicionaria británica fue derrotada y debió retirarse. Con posterioridad no se produjo ninguna acción bélica en varios meses (conocido con el término francés Drôle de guerre, guerra graciosa), hasta la invasión de los Países Bajos, Francia y Bélgica por parte de Alemania en mayo y junio de 1940 utilizando la táctica de guerra Blitzkrieg o guerra relámpago.

Desde la guerra contra Finlandia, Iósif Stalin había estado realizando esfuerzos apurados para modernizar el Ejército Rojo, ya que tanto él como Hitler sabían que el tratado de paz firmado no duraría mucho tiempo. Sin embargo, Adolf Hitler se adelantó a los planes de Stalin y en junio de 1941, Alemania lanzó la Operación Barbarroja contra la URSS, cuyo objetivo final era la derrota del país eslavo en sólo tres meses. De esta manera Alemania despojaría a los ingleses de un posible aliado.

Después de derrocar a Mussolini, el Reino de Italia, invadido por el sur por los estadounideses, cambió al bando aliado en 1943 (el norte, reconvertido en la República Social Italiana, permanecería en el bando del Eje hasta abril de 1945), y Rumanía hizo lo mismo en 1944, al ser invadida por los rusos.

Alemania capituló el 7 de mayo de 1945, tras haber caído Berlín el 2 de mayo ante las fuerzas soviéticas. El 8 de mayo se firmó el armisticio que puso fin a la guerra en Europa. Aunque los aliados habían acordado no anunciarlo hasta un día después, en gran parte de Europa se conmemora esa fecha como el Día de la Victoria.

En Asia la guerra terminó el 15 de agosto de 1945, cuando Japón reconoció su derrota y capituló, en teoría, sin condiciones (aunque en la práctica había una, no deponer a su emperador), después de padecer los ataques nucleares en Hiroshima y Nagasaki por parte de Estados Unidos. El 2 de septiembre concluyó oficialmente la guerra al firmar Japón la rendición incondicional.

Teatros de operaciones

La Segunda Guerra Mundial tuvo al menos cuatro teatro de operaciones: Atlántico Norte (la guerra submarina), Europa, África y Asia (el Pacífico).

Atlántico Norte

Caracterizada principalmente por el ataque a la marina mercante de los Aliados por parte de las flotillas de submarinos U-Boot alemanes desde el 12 de enero de 1942 con el inicio de las hostilidades en la Operación Paukenschlag.

El principal objetivo alemán era detener la entrada de Estados Unidos en el conflicto. Sin embargo y pese al bloque mantenido sobre Gran Bretaña, Alemania no pudo aniquilar la flota británica.

Europa

Avance de Alemania sobre Europa y colapso del Imperio Nazi. En color azul: Alemania Nazi, en color rojo: los Aliados, en color verde: los países aliados a los Nazis, y en color blanco: los países neutrales.

Después de asegurarse que la URSS participaría en la ocupación de Polonia y los países bálticos situados entre ellos, tras la firma del pacto Molotov-Ribbentrop, Hitler lanzó su ejército contra Polonia, el 1 de septiembre de 1939, sin previa declaración de guerra. En cumplimiento de su sistema de alianzas, Francia y Reino Unido declararon la guerra a Alemania, pero sin aportar ninguna ayuda directa a Polonia. Los alemanes utilizaron entonces, por primera vez, la táctica de Guerra relámpago, que aseguró a la Wehrmacht una victoria rápida a pesar de la contraofensiva polaca del Bsora. La URSS recuperó entonces la parte oriental de Polonia así como los Países Bálticos, territorios perdidos en 1918. Ese mismo año, la URSS ataca a Finlandia en una dura guerra de conquista, que finalmente no se produce, si bien obtiene la costa septentrional del lago Ladoga y parte de la Carelia.

Después de su primera campaña victoriosa, Hitler se dirigió hacia el Oeste. Pero extrañamente nada sucede en ese frente durante varios meses. Atrincherados tras la Línea Maginot, situada en la zona de Alsacia y Lorena, los franceses esperaron vanamente el asalto alemán por ese sector. Fue la denominada drôle de guerre. Pero la estrategia francesa del general Maurice Gamelin fue desbaratada, ya que en mayo de 1940, Alemania lanzó una vasta ofensiva sobre los Países Bajos y Bélgica, violando la neutralidad de estos estados, para después atravesar las Ardenas, con el fin de tomar por la retaguardia la línea Maginot. La Batalla de Francia había comenzado.


Los ejércitos franco-británicos, que se replegaron hacia el norte para evitar el encierro, se encontraron finalmente atrapados en torno a Dunkerque. El ejército británico evacuó sus efectivos hacia las islas británicas abandonando su equipamiento pesado una vez que Hitler da la orden al general Guderian de no atacarlos durante la evacuación (véase Operación Dinamo). Numerosos soldados franceses y belgas fueron hechos prisioneros. Gamelin dimitió y fue reemplazado por el general Maxime Weygand que colocó una nueva línea de defensa a lo largo del río Somme hasta la Línea Maginot. Francia no tenía reservas, y tras algunos días de combates encarnizados, la nueva línea fue destruida. Nada pudo detener el avance nazi, por lo que el Mariscal Philippe Pétain se vio obligado a firmar el armisticio el 22 de junio, dejando a Alemania el control de las partes norte y oeste Francia, y aceptando la anexión de Alsacia y Lorena. Francia quedó así dividida en dos territorios: la Francia ocupada -en la que se incluía París- y la Francia de Vichy, con capital en la ciudad del mismo nombre. Este país se convertiría en un satélite del Eje, con una política claramente filo-germana.

Entretanto, Italia también atacó a Francia, pero progresando sólo unos pocos kilómetros, siendo detenidas las tropas fascistas por la resistencia de unidades francesas que defendían la frontera.

Archivo:LondonBombedWWII.png
Daños ocasionados durante el bombardeo de Londres.

Sin embargo, Alemania no pudo destruir a la Real Fuerza Aérea Británica en la Batalla de Inglaterra, y por esta causa no pudo invadir las Islas Británicas. Tras esta batalla Alemania trasladó casi toda su aviación al este contra la URSS. En consecuencia, Inglaterra comenzó una campaña de bombardeos sobre las ciudades, como Dresden, y un bloqueo Batalla del Atlántico por medio de submarinos para debilitar a Alemania. La resistencia británica no logró ser destruida por Alemania, en gran parte debido a que fue sostenida con alimentos y suministros militares mediante el llamado sistema de Préstamo y arriendo por Estados Unidos, así como a sus notables avances en materia de intercepción de señales y de un sistema de radar avanzado para la época. Los Aliados lograron interceptar los mensajes alemanes cifrados con la Máquina Enigma, de forma que podían conocer los planes de bombardeo en Inglaterra con horas e incluso días de anticipación.

Alemania fracaso sobre Gran Bretaña gracias a la habilidad de los ingleses de decodificar los mensajes alemanes a través de su servicio de inteligencia, y gracias al radar los británicos lograron lo inimaginable, derrotar a las fuerzas áereas alemanas, asegurando una posible victoria sobre los países del Eje. También fue debida esta derrota, a que los británicos estaban en una isla, y por lo tanto a una distancia del continente, por lo que los aviones alemanes, solo podían permanecer un reducido tiempo sobre el cielo británico (por la autonomía de sus aviones), mientras que los ingleses, podían estar todo el día con aparatos en el aire, o más bien, el tiempo que les apeteciera.

Viendo los éxitos militares de Alemania, Mussolini quiso también lanzar su país a obtener notables conquistas. Ya había ocupado Albania al comienzo de 1939, y decidió entonces atacar Grecia, si bien los griegos pusieron en jaque a las tropas italianas, ocupando la zona meridional de Albania. En vista de los apuros de su aliado, y con el fin de asegurarse el control de los Balcanes, Alemania atacó a Yugoslavia y ocupó posteriormente Grecia, tras obtener la adhesión de Hungría, Rumania y Bulgaria al Eje, y la neutralidad de Turquía, pese a los esfuerzos británicos por atraer a su bando a los turcos.

Archivo:German troops in Russia, 1941.jpg
Tropas alemanas en el frente de Rusia.

En junio de 1941, Alemania atacó a la URSS por medio de la Operación Barbarroja, abriendo de esta manera el Frente Oriental, conquistando grandes porciones de territorio y capturando numerosos soldados. Los soviéticos desplazaron sus bases industriales a los Montes Urales y a Siberia, persuadidos de que una defensa tenaz ayudada por un clima difícil les permitiría no evacuar centros importantes como Moscú y Leningrado. Los alemanes llegaron a menos de 100 km de Moscú, pero las inclemencias de la estación (invierno de 1941), la resistencia soviética y una inesperada contraofensiva comandada por Georgi Zhúkov, hicieron que los alemanes retrocedieran varios kilómetros.

En la primavera de 1942, el ejército alemán retoma la ofensiva, concentrada ahora hacia los campos de petróleo del Cáucaso, situados al sur.

El mayo de 1942, uno de los oficiales nazis más influyentes, Reinhard Heydrich, era asesinado en Praga durante la Operación Antropoide.

Archivo:Stalingrad - Fallen Heroes Square.jpg
La bandera roja ondea sobre la actual Plaza a los Héroes Caídos en Stalingrado.

A finales de ese mismo año, el VI ejército alemán, con más de 300.000 hombres al mando del general (y posteriormente mariscal) Friedrich von Paulus, fue derrotado en la Batalla de Stalingrado que se presentó definitiva para el control de los pozos petrolíferos del Cáucaso. La Batalla de Stalingrado marcó un punto de inflexión en el enfrentamiento Ruso-Germano, a partir de la cual el Ejército Rojo empezó a dominar a las tropas Nazis. En 1943, la Wehrmacht retomó la iniciativa en la Segunda Batalla de Jarkov (Ucrania), pero fue derrotada en la gran Batalla de Kursk recordada como la mayor batalla entre tanques jamás habida.

En 1943, tras conquistar toda África del Norte, los Aliados desembarcaron tanto en Sicilia como en la península italiana, avanzando al principio con ciertas dificultades hacia Roma. Tras la toma de la capital, el avance aliado se hizo más rápido. Mussolini fue arrestado, el país capituló y se colocó del lado de los Aliados. Sin embargo, Alemania coloca una línea de defensa en los Alpes que frenó la progresión aliada en la península. Al mismo tiempo, Hitler ordena una operación de increíble riesgo para rescatar a Mussolini de su prisión en Italia, misión que tuvo éxito: Mussolini fue rescatado y llevado a Berlín. De regreso a Italia, el derrocado Duce se puso al frente del Gobierno del nuevo Estado llamado República Social Italiana (que en septiembre de 1943 abarcaba desde la frontera norte de Italia hasta la ciudad de Nápoles), prosiguiendo la guerra al lado de Alemania y Japón.

Los Aliados, al notar que el ejército soviético avanzaba recuperando territorio y derrotando a los alemanes en el frente oriental, decidieron intervenir desde Inglaterra, iniciando la apertura en el frente occidental que tanto demandaban los soviéticos. Se produce el desembarco de Normandía con la operación Overlord el 6 de junio de 1944. A partir del 15 de agosto se produce la apertura de un segundo frente en el sur de Francia, en Provenza, con la operación Anvil Dragoon. Alemania intenta una contraofensiva desesperada en la Batalla de las Ardenas en diciembre, donde pierde sus últimas reservas militares. Esta ofensiva fue un intento por infringir una derrota a los Aliados occidentales (Estados Unidos, Gran Bretaña y el ejército de Charles de Gaulle) para intentar firmar un tratado de paz con estas potencias, y poder dedicarse íntegramente al frente oriental, donde los soviéticos avanzaban imparables. Las divisiones alemanas se rendían ante el avance de Estados Unidos mientras que combatían a muerte contra las tropas soviéticas en el frente oriental.

Archivo:Red army soldiers raising the soviet flag on the roof of the reichstag berlin germany.jpg
Tropas soviéticas toman el Reichstag (Parlamento Alemán).

Los Estados Unidos sacaron gran provecho de esta situación, pues, además de apropiarse de unidades alemanas completas, trasladadas a territorio continental de Estados Unidos para continuar allí el desarrollo bélico encargado por Hitler, podían de manera simultánea avanzar rápidamente para anticiparse al asalto de Berlín por parte de las tropas soviéticas. Tras el fracaso de la ofensiva alemana, y acosada desde el Este por el ejército rojo, y desde el Oeste y el Sur por las tropas aliadas, la derrota final de Alemania sólo era cuestión de tiempo. Entretanto la URSS desarrolló la Operación Bagration, con serias consecuencias para los alemanes, ya que en seis semanas, los soviéticos avanzaron unos 720 km desmembrando todo el Grupo de Ejércitos Centro, causando uno de los reveses militares más grandes de la guerra, tanto en bajas humanas como en materiales.

En 1945, los aliados franquearon el río Rin y ocupan vastos sectores del oeste y sur de Alemania, mientras que al este, los soviéticos progresaron de manera continua, liberando la Europa central y rodeando Berlín. La versión oficial sostiene que Hitler se suicidó el 30 de abril. Alemania es derrotada y se rinde sin condiciones el 7 de mayo de 1945. La guerra en Europa termina.

África y Medio Oriente

Archivo:General Erwin Rommel between Tobruk and Sidi Omar.jpg
Rommel en Libia (1941).

En agosto de 1940, el ejército italiano, que había reclutado unos 200 mil soldados en Etiopía y la Somalia italiana, lanzó una operación de conquista de la Somalia francesa y británica. Gran Bretaña reunió unos 75 mil soldados en Kenia y 28 mil en Sudán y atacando desde el noroeste y el sur de Etiopía, logró derrotar a los italianos para abril de 1941. Esta derrota no desanimó a Mussolini que empezó a preparar una campaña contra Egipto (pro-británico).

Italia era solo una carga para Alemania, ya que su flota había sido aniquilada en Tarento y Africa no podía caer hasta la llegada del "Zorro del Desierto" Erwin Rommell y su Africa Korps.

No había acabado la guerra en Etiopía, cuando un golpe de estado en Irak apoyado por Alemania obligó a los británicos a enviar fuerzas a reestablecer el gobierno colonial. Después de restaurar el régimen británico, las fuerzas aliadas se dirigieron a Siria desde Palestina para expulsar a los franceses pro-Vichy, que se encontraban allí. Después de duros combates, en los cuales antiguos compatriotas de la Francia Libre y de la Francia de Vichy lucharon entre sí, finalmente los últimos se rindieron el 14 de julio de 1941.

El ejército italiano, partiendo de Libia (colonia suya), ataca las tropas británicas y de la Commonwealth en Egipto, pero fue casi derrotado y Alemania acudió en su auxilio. Las batallas se libraban en medio del desierto de África del norte, entre el Afrika Korps de Erwin Rommel, apodado "el Zorro del desierto" y el Octavo Ejército. El 11 de noviembre de 1942, Estados Unidos desembarcó en el Maghreb controlado por Vichy para sacar al Eje del continente africano. Es en África del norte donde los aliados pudieron organizar los desembarcos en Sicilia e Italia en 1943 y en Provence en 1944.

Asia

Archivo:USSArizonaPearlHarbor.jpg
El USS Arizona ardiendo tras el ataque a Pearl Harbor.
Archivo:WW2 Japonese Surrender USS-Missouri.jpg
Rendición del Imperio japonés, a bordo del acorazado Missouri.

El expansionismo militar de Japón no podía desarrollarse sin destruir la principal amenaza que podía tener aún en el Pacífico: la fuerza naval de Estados Unidos en Hawai. Antes de las hostilidades Estados Unidos habían aplicado a Japón un embargo sobre las materias primas. El primer ministro Fumimaro Konoe era reticente a emprender una guerra contra los Estados Unidos como solución al embargo, en coincidencia con la opinión del almirante Isoroku Yamamoto. Sin embargo, tras la exigencia estadounidense de que Japón retirase todas sus tropas de China a cambio de finalizar el embargo, el emperador Hirohito respalda la posición del sector belicista: Konoe se ve forzado a dimitir, y el emperador, siguiendo la recomendación del barón Koichi Kido, Señor del Sello Privado, nombra como nuevo primer ministro al belicista general Hideki Tōjō, encargado de ejecutar el plan para el inicio de la guerra. Repitiendo la estrategia que había seguido frente a los rusos, Japón decide bombardear por sorpresa Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941.

La flota estadounidense fue destrozada, pero no así los portaaviones que se encontraban en el mar en ese momento, lo que permitió el 18 de abril de 1942 el ataque de Doolittle sobre Tokio como revancha. Simultáneamente el ejército japonés ocupó las posesiones francesas, británicas y estadounideses de Asia del sur, como Indochina, Hong Kong, Singapur y las Filipinas, con la intención de tomar los campos petroleros de Malasia y amenazar también a Australia.

En mayo de 1942, el enfrentamiento entre portaaviones en la Batalla del Mar del Coral da la ventaja a los aliados, que se vio acentuada un mes después tras la Batalla de Midway.

A pesar de la prioridad dada a la guerra contra Alemania y la determinación del ejército japonés, los aliados retoman poco a poco las islas del Pacífico como Guadalcanal, las Islas Salomón y las Filipinas después de la Batalla del Golfo de Leyte.

El ejército nacionalista del Kuomintang bajo las órdenes de Chiang Kai-Shek y los comunistas de Mao Zedong, hicieron frente común contra los japoneses, pero sin cooperar. La captura de las islas próximas a Japón como Iwo Jima y Okinawa permitió lanzar ataques aéreos directos. En junio y julio de 1945 Japón intenta recabar la ayuda de la URSS, que comunica dichas gestiones a los Aliados. Tokio y otras ciudades de Japón sufren bombardeos incendiarios, mientras Hiroshima (por la bomba Little Boy arrojada por el Enola Gay) y Nagasaki son virtualmente aniquiladas por el procedimiento de las explosiones de bombas nucleares. El mismo día del bombardeo de Nagasaki, el 8 de agosto, la URSS declara la guerra a Japón e invade Manchuria. El bombardeo atómico, la guerra con la Unión Soviética y la crisis interna del gobierno japonés provoca la rendición sin condiciones de Japón (15 de agosto de 1945), encabezada por el emperador Hirohito, pero sin el respaldo de buena parte de la cúpula militar del Imperio japonés. El 2 de septiembre siguiente se firman las actas oficiales de rendición, a bordo del Acorazado Misouri en presencia del general Douglas MacArthur.

Participación de América Latina

En diciembre de 1941 tras el Ataque a Pearl Harbor Cuba declaró la guerra al Eje. En el país fueron arrestados varios agentes alemanes y se convirtió en el principal proveedor de azúcar a los aliados. Alemania hundió 5 buques mercantes cubanos con un saldo de 82 muertos. Por su parte los cazasubmarinos cubanos hundieron al submarino alemán U-176.

En mayo de 1942, Alemania hundió dos navíos petroleros mexicanos (el Potrero del Llano y el Faja de Oro) con este hecho se da inicio a la única participación de México en la Guerra Mundial. Ante la descortesía del Eje de no contestar a la nota de protesta enviada por la cancillería mexicana, el Congreso mexicano le declaró la guerra el 22 de mayo de 1942. De fines de junio a principios de septiembre los submarinos alemanes hundirían 4 barcos más: Tuxpan, Oaxaca, Las Choapas y Amatlán. De esta forma, la aviación mexicana conformada por el escuadrón 201 participó en la guerra del Pacífico.

Varios países sudamericanos entraron a la guerra más tarde. Brasil fue el primero de ellos. Entre julio y agosto de 1942, submarinos alemanes hundieron 18 barcos brasileños, y aunque el gobierno de Brasil no deseaba entrar en el conflicto, la indignación pública empujó a Brasil a declarar la guerra a Alemania en noviembre de 1942, y a enviar casi 30 mil hombres al frente de Italia. Colombia entró en 1943, por que un submarino alemán hundió uno de sus barcos, que acababa de transportar soldados ingleses a la isla de San Andrés. El resto de los países sudamericanos como Perú, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Argentina, Venezuela y Chile entraron en la guerra entre 1944 y 1945. Los países centroamericanos lo hicieron bien con México, o bien con Brasil; excepto Costa Rica, que declaró la Guerra al Japón el 8 de Diciembre de 1941, al mismo tiempo que los Estados Unidos.

Consecuencias históricas

Víctimas mortales a partir de
septiembre 1939
País Militares Civiles Total
URSS 8.700.000 18.300.000 27.000.000
China 1.324.000 10.000.000 11.324.000
Alemania 3.250.000 3.810.000 7.060.000
Polonia 850.000 6.000.000 6.850.000
Japón 1.300.000 700.000 2.000.000
Yugoslavia 300.000 1.400.000 1.706.000
Rumanía 520.000 465.000 985.000
Francia 340.000 470.000 810.000
Hungría - - 750.000
Austria 380.000 145.000 525.000
Grecia - - 520.000
Estados Unidos 500.000 - 500.000
Italia 330.000 80.000 410.000
Checoslovaquia - - 400.000
Reino Unido 326.000 62.000 388.000
Países Bajos 198.000 12.000 210.000
Bélgica 76.000 12.000 88.000
Finlandia - - 84.000
Canadá 39.000 - 39.000
India 36.000 - 36.000
Australia 29.000 - 29.000
Albania - - 28.000
España 12.000 10.000 22.000
Bulgaria 19.000 2.000 21.000
Nueva Zelanda 12.000 - 12.000
Noruega - - 10.262
África del norte 9.000 - 9.000
Luxemburgo - - 5.000
Dinamarca 4.000 - 4.000
Brasil 443 607 1.050
México 12 23 35
Total - - 56.125.274

Además de los horrores propios de toda guerra, la Segunda Guerra Mundial introdujo formas de sufrimiento no achacables a la propia escala de la misma:

La Segunda Guerra Mundial contribuyó a que emergieran dos superpotencias que buscaban repartirse el mundo: Estados Unidos y la URSS. La Sociedad de Naciones, a la que se responsabilizó de contribuir a desatar la guerra, fue reemplazada por la ONU. La carta de las Naciones Unidas se firmó en San Francisco el 26 de junio de 1945. En los Juicios de Nüremberg y Tokio, parte de la jerarquía nazi y del Tenno nipón fue juzgada y condenada por crímenes contra la humanidad. La investigación científica y técnica, en su conjunto, se benefició de un fuerte impulso en particular: el dominio del átomo tras el Proyecto Manhattan.

Al distanciarse de los soviéticos, que después de terminar la guerra se convirtieron en enemigos, comenzó una era de guerra fría en Europa.

En Alemania tras la firma del armisticio por parte del Eje, el Plan Marshall contribuyó a la reconstrucción de Alemania. Si bien los alemanes perdieron la guerra, sus adelantos en tecnología punta en cadenas de industrias, fabricación de componentes para cohetes, misiles y diversos tipos de armas ayudaron a los Aliados del Oeste y sirvieron para el llamado «milagro alemán».

Sin embargo se presentó la expulsión de alemanes en Europa central (Prusia, Chequia, Polonia y países bálticos) donde había asentamientos alemanes desde varios siglos atrás. Los alemanes de los Sudetes, que pedían su incorporación a Alemania, habían desencadenado el desmantelamiento de Checoslovaquia, acordado en los Acuerdos de Múnich de 1938.

Tras la toma de esos territorios por el ejército soviético, numerosos alemanes fueron expulsados o dejaron su tierra para ir a Alemania o Austria, en condiciones generalmente dramáticas.

Los Estados Unidos tomaron la iniciativa de una actitud «positiva». Impusieron la democracia (particularmente al Japón), a través de una depuración y de un control del estado y la educación.

Las pérdidas de vidas humanas para Estados Unidos fueron, en comparación con el resto de los Aliados, muy inferiores en número.

En este contexto, la actitud francesa, país liberado tras la Batalla de Normandía según la historiografía francesa, estuvo marcada por la afirmación original de una voluntad de independencia, sobre todo debido a la personalidad de Charles De Gaulle, quien hizo jugar a Francia un papel en la ocupación de Alemania al lado de los vencedores y, por otra parte, desarrolló la investigación nuclear para afirmar su independencia de Estados Unidos. La liberación se acompaña de una depuración de personas sospechosas de ser colaboracionistas (gran parte de ellos ejecutados sin juicio previo) y la destrucción de ciudades como El Havre. Se forma un gobierno de unión, entre comunistas y gaullistas de una parte y representantes de la resistencia y radicales, de centro izquierda.

Los otros aliados, si se exceptúa el Reino Unido, jugaron un rol menor o fueron descartados de las negociaciones referentes a la puesta en práctica de las dos zonas de influencia que siguieron a los acuerdos de Yalta y de Potsdam. Esta situación, que porta en sí misma los gérmenes de la Guerra Fría, llegaría a durar hasta 1989.

El Reino Unido salió considerablemente debilitado de la guerra. Ésta, en efecto, consagró el fin de su poderío colonial. Por consiguiente, las Islas Británicas conocieron una crisis sin precedentes, que requirió la reconstrucción y reestructuración de su economía.

Se estima que alrededor de 6 millones de judíos, junto con otros grupos étnicos, fueron asesinados por los nazis, principalmente mediante la deportación a campos de concentración, algunos tan conocidos como Auschwitz, Treblinka y Majdanek. La expresión hebrea Shoah (catástrofe) —también conocida como «Holocausto»— designa la exterminación en masa de los judíos perpetrada durante esta sangrienta guerra.

Al final del conflicto la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reemplazó a la Sociedad de Naciones (SDN), fundada en 1919, y se otorgó a sí misma la misión de resolver los conflictos, en general bélicos, de carácter internacional.

Consecuencias territoriales

Rusia se anexionó el este de Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, y partes de Finlandia y Rumanía. Polonia se anexionaba territorios de Alemania (Pomerania, Silesia y la mitad de Prusia Oriental). Alemania y Austria quedaron divididas en cuatro zonas de influencia, posteriormente Austria recupero su independencia en 1955 y en el caso de Alemania, Estados Unidos, Francia y Reino Unido unificaron sus respectivas zonas de influencia en la República Federal Alemana y la URSS hizo lo mismo con su zona de influencia y la convirtió en la República Democrática Alemana.

La guerra dejó al descubierto la debilidad de los países Europeos y los movimientos de independencia de las colonias se generalizaron con el apoyo de las dos superpotencias. Los ejércitos de las potencias coloniales no tenían ya capacidad para controlar dichos movimientos, por lo que a lo largo de la segunda mitad del siglo XX de produjo la llamada descolonización.

El mundo quedó dividido en dos bloques:

  • El bloque capitalista: Liderado por los Estados Unidos y con influencia en Europa Occidental.
  • El bloque Comunista:Liderado por la URSS y con influencia por Europa del Este.

Armamento

Armas de Destrucción Masiva

Los estadounidenses iniciaron su hegemonia sobre el mundo al crear y utilizar la bomba atomica durante este conflicto. Destruyendo 2 ciudades japonesas: Hiroshima y Nagasaki.

Carros de combate

Aunque durante la Primera Guerra Mundial ya se habían utilizado Carros de combate, fue en la Segunda Guerra Mundial cuando estos cobraron mayor protagonismo, puesto que depositaron en ellos un elevado componente estratégico y numérico, que les llevó a convertirse en una de las armas más importantes del conflicto.

Además de las sucesivas mejoras tecnológicas, cabe destacar su utilización. Así, siempre se habían utilizado como apoyo a la infantería. Sin embargo, Alemania comenzó a utilizarlos de forma independiente, en grandes formaciones (división pánzer) y con la pretensión de penetrar en profundidad en el territorio del enemigo. Esta actuación dejaba atrás bolsas de soldados enemigos que más tarde serían eliminados por la infantería que seguía los carros de combate. Posteriormente, los otros contendientes imitarían y perfeccionarían la estrategia alemana.

Entre los diferentes modelos cabe destacar los Panzerkampfwagen IV, Tiger y Panther, por parte de la Wehrmacht; T-34 y JS-II por parte del ejército soviético; Sherman por parte estadounidense.

Aviones

Al igual que los carros de combate, los aviones a reacción también obtuvieron un importante desarrollo durante el conflicto. Podemos hablar de tres grandes tipos de aviones: cazas, bombarderos y cazabombarderos. Los primeros son utilizados para combatir contra aviones enemigos en el aire y proteger los bombarderos, estos, a su vez, son aparatos equipados para transportar y lanzar bombas. Por último, los cazabombarderos son la combinación de los dos anteriores. Esta guerra se caracteriza por la llegada del primer avión a reacción ( Heinkel He 178 ), y el primero totalmente operativo Messerschmitt Me 262

Los aviones más destacados son: Junkers 87, Messerschmitt Bf 109 y Focke Wulf 190 por parte alemana; Spitfire Mk I y Avro Lancaster Mk I británicos, Sturmovik, Yakovlev, Lavochkin soviéticos; Zero japonés; B-17 G, B-29 y P-51 Mustang estadounidenses.

Buques de guerra

En este conflicto terminó la hegemonía del acorazado dada su extrema vulnerabilidad frente a un ataque aéreo. El portaaviones se consagró como la embarcación más importante de la guerra y se utilizó el submarino como un arma barata y efectiva.

Durante el periodo de entreguerras (1918-1939) aparecieron dos nuevas potencias navales en el mundo: Japón y Estados Unidos. Estas dos naciones serán las protagonistas de la mayor lucha en el mar durante la Segunda Guerra Mundial, con grandes batallas, flotas numerosas y diversos ataques desde portaaviones. Este último tipo en embarcaciones permitió, por primera vez en la historia, el desarrollo de batallas en el mar en las que los buques enfrentados ni siquiera alcanzaban a verse.

Los buques de guerra más destacados son el Zuikaku japonés; Essex estadounidense; U-Boote alemán.

Referencias

  1. http://www.anesi.com/ussbs01.htm

Bibliografía

  • La Segunda Guerra Mundial, Winston S. Churchill, Planeta, 2004.
  • La II Guerra Mundial. De Varsovia a Berlín. Ricardo Artola, Alianza Editorial, 1995.
  • The Oxford Companion to World War II. I.C.B. Dear, Oxford University Press, 1995.
  • La guerra que había que ganar. Williamson Murray & Allan R. Millett, Editorial Crítica, 2002.
  • Los años de la infamia. Crónica de la II Guerra Mundial, Manuel Leguineche, Temas de Hoy, 1999.
  • La Segunda Guerra Mundial. Henri Michel. Editorial Akal.
  • World War II. H.P. Willmott, Robin Cross & Charles Messenger, Dorling Kindersly, 2005.
  • Historia de la Segunda Guerra Mundial. Basil H. Liddell Hart, Caralt, 2001.
  • Enciclopedia del arte de la guerra. Antonio Martínez Teixidó & José Romero & José Luis Calvo, Editorial Planeta, 2001.
  • The Great Crusade. A New Complete History of the Second World War. H.P. Willmott, Plimlico, 1992.
  • Un mundo en armas. La Segunda Guerra Mundial: una visión de conjunto. Gerhard L. Weinberg, Grijalbo, 1995.
  • The Times Atlas of the Second World War. John Keegan, Times Books, 1989.
  • La Segunda Guerra Mundial. Objetivos de guerra y estrategia de las grandes potencias. Andreas Hillgruber, Alianza Editorial, 1995.
  • Geheime Kommandosache. Recopilatorio de hechos de la Segunda Guerra Mundial(sólo para el que sepa alemán), 1952

Aspectos concretos del conflicto

  • Stalingrado, Berlín. La caída: 1945 y la batalla de Creta. Antony Beevor, Crítica, 2002.
  • Berlín, La caída: 1945, Antony Beevor, Planeta, 2005.
  • Auschwitz, Los nazis y la "solución final", Laurence Rees, Planeta, 2005
  • Varsovia, 1944. La heroica lucha de una ciudad atrapada entre la Wehrmacht y el Ejército Rojo. Norman Davies, Editorial Planeta, 2005.
  • La batalla del Atlántico. Andrew Williams, Crítica, 2004.
  • Hitler, una biografía, Joachim Fest, Planeta, 2005.
  • El Alamein, Jon Latimer, Planeta, 2005.
  • Dresde. El bombardeo más controvertido de la Segunda Guerra Mundial. Frederick Taylor, Temas de Hoy, 2005.
  • Historia secreta de las SS, Robin Lumsden, Planeta, 2005.
  • Los secretos del día D, la historia desconocida del desembarco de Normandía, Larry Collins, Planeta, 2005.
  • Un ejército al amanecer. La guerra en el norte de África, 1942-43. Rick Atkinson, Crítica, 2004.
  • Las conversaciones privadas de Hitler, Planeta, 2005.
  • When Titans Clashed. How the Red Army Stopped Hitler. David M. Glantz & Jonathan House, University Press of Kansas, 1995.

Véase también

Enlaces externos