Compostador
Un compostador es un recipiente o depósito con las características adecuadas para realizar la práctica del compostaje, es decir, la transformación de los residuos orgánicos en compost, a nivel doméstico.
En el mercado existen numerosos modelos de distintas capacidades y formas. Normalmente están fabricados en plástico, pero también los hay de madera e incluso metálicos, si bien los de plástico son los más recomendables, ya que el plástico no es biodegradable y resiste mejor el paso del tiempo.
Tipos de compostadores
El compostador “ideal” es aquel que puede dejarse a la intemperie sin que se deteriore, fácilmente manipulable y accesible por su parte superior para depositar los restos orgánicos, y por la parte inferior o el lateral entero para la extracción del producto final, el compost. Para optimizar el proceso de compostaje, debe garantizar un sistema de aislamiento térmico con unas paredes duras y resistentes, y la suficiente ventilación.
Hay varios tipos de compostador, en función del uso y la ubicación:
- Compostador urbano o vermicompostador: es un sistema desarrollado para reciclar, con la ayuda de lombrices rojas, restos vegetales de cocina en espacios reducidos. Ideal para el compostaje en ciudades. Se puede tener dentro de casa, en el balcón o en la terraza. Siempre a la sombra.
- Compostador doméstico: depósito con o sin base, que se instala directamente sobre la tierra, en el jardín o el huerto.
Utilidad del compostador para el compostaje doméstico
Es evidente que se puede hacer compost fuera de un compostador, como se ha hecho toda la vida en los estercoleros, pero lo más común es no disponer de tanto terreno como necesitan algunos sistemas, como son las pilas de compostaje.
En un compostador, los restos están mucho más resguardados de las inclemencias del tiempo (sol, lluvia, viento) y no se resecarán ni se humedecerán demasiado; por tanto, no será necesario prestarles una atención ni dedicación especial y, por todo ello, el proceso será 3 ó 4 veces más rápido. Además, no se tendrá que desperdiciar agua para regarlos cuando estén secos y visualmente no causarán ningún impacto a los miembros de la familia más puntillosos, que no quieren ver tantos organismos en actividad constante. Por otro lado, el compostador puede instalarse en cualquier sitio, sin que pueda molestar a los vecinos.
El proceso de descomposición de los restos vegetales dentro de un compostador desprende un olor característico y agradable que podemos percibir cuando abrimos el compostador para aportar nuevos restos o remover. Recuerda el olor que desprende el bosque húmedo. Esto se debe a las características técnicas de los compostadores de calidad y a que los millones de organismos que se alimentan de los restos que se depositan en el compostador no permiten que pase mucho tiempo antes de transformarlos en compost.
Si se mezclan los restos de vez en cuando—una vez por semana—, no aparecerán insectos molestos, como un exceso de mosquitas de la fruta, por ejemplo. De todas maneras, estos organismos también ayudarán en el proceso de compostaje y, en todo caso, su presencia siempre estará limitada al interior del compostador.
En caso de que aparezcan hormigas, esto indicará que han tenido semanas para construir el nido porque no se ha removido lo suficiente. La solución será mezclar bien los restos.
Las babosas u otros organismos, que antes se comían las plantas, ahora las dejarán de lado para ir hacia el compostador; por tanto, servirán para comerse los restos vegetales y no las flores del jardín.
Los animales, como perros, gatos o ratones, no pueden entrar en el compostador, ya que se trata de un recipiente cerrado diseñado para evitar que puedan entrar. Es necesario, sin embargo, instalarlo a nivel de la superficie, sin dejar ranuras.