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Privación materna

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Madre e hijo.

El término privación materna (en inglés: Maternal deprivation) fue empleado por el psiquiatra y psicoanalista británico John Bowlby para describir los efectos que podría causar la separación de infantes de su madre —o madre sustituta—.[1]​ Los efectos de la pérdida materna ya habían sido previamente estudiados por Freud y otros teóricos.[2]

Tras la Segunda Guerra Mundial, la Organización Mundial de la Salud —OMS— comisionó a Bowlby para estudiar los efectos de los cuidados hospitalarios e institucionales en los niños sin hogar de la Europa postguerra, época en la que era jefe del Departamento de Niños y Padres de la Clínica Tavistock de Londres.[3][4]​ El resultado de la investigación fue el reporte Maternal Care and Mental Health (en español: Cuidados maternos y salud mental) publicado en 1951, donde establece la hipótesis de la privación materna.[5]

Bowlby reunió la evidencia empírica existente en esa época en Europa y Estados Unidos, incluyendo los trabajos de Spitz (1946) y Goldfarb (1943, 1945). Su principal conclusión fue que «el infante deben experimentar una relación cálida, íntima y continua con su madre (o madre sustituta permanente) en la cual ambos encuentren satisfacción y placer» y que, de no tenerla, podría resultar en graves e irreversibles consecuencias en la salud mental.[5]​ Sin embargo, el principio formulado por Bowlby fue tanto controversial como influyente.[6][7][8]

La monografía fue publicada en 14 idiomas y vendió cerca de 400 000 copias en la versión inglesa.[9]​ Bowlby, que fue más allá de las teorías de Otto Rank e Ian Suttie de que el cuidado materno es esencial para el desarrollo, se centró en las posibles consecuencias que la carencia de estos cuidados puede conllevar. La poca información y la falta de una teoría global para explicar sus conclusiones en Maternal Care and Mental Health llevaron a Bowlby a formular su teoría del apego.[10]​ Tras la publicación del reporte, Bowlby buscó una nueva comprensión de temas como la biología evolutiva, la etnología, la psicología del desarrollo, la ciencia cognitiva y la teoría de sistemas y se basó en ellos para formular la innovadora proposición de que los mecanismos subyacentes a las relaciones de un infante surgen como resultado de una presión evolutiva.[11]​ Bowlby argumentó que, con la teoría del apego, había terminado con la "falta de datos y la falta de una teoría para vincular la causa y el efecto" de Maternal Care and Mental Health.[12]

Aunque el principio fundamental de la teoría de la privación materna —que las experiencias infantiles de relaciones interpersonales son cruciales para su desarrollo psicológico y que la formación de una relación continua con el infante es un parte tan importante de la crianza como la provisión de experiencias, disciplina y cuidado— ha sido generalmente aceptado, la "privación materna" como síndrome discreto no es un concepto muy utilizado salvo para hacer referencia a una severa separación o a un retraso en el desarrollo.

En el área de las relaciones tempranas es ampliamente sustituido por la teoría del apego y otras teorías a las anteriores interacciones padre-infante. Como concepto, las deficiencias parentales son vistas como un factor, en lugar de una causa directa, para posteriores dificultades. En lo referente al cuidado institucional, ha habido una gran cantidad de investigaciones posteriores de los elementos individuales de la privación, carencia, subestimulación y las deficiencias que pudieran derivarse de este cuidado.

Estudios en orfanatos

Estudios en orfanatos de Rumania demostraron que la privación parental por al menos seis meses en épocas tempranas derivaban en un riesgo de comportamientos disruptivos en la adolescencia. Además estos exhibian un aprendizaje motor y emocional retrasado a su edad.[13]

Estudios en roedores

Estudios en roedores han mostrado que las experiencias tempranas con la madre tienen un efecto a largo plazo en las crías mejorando su comportamiento parental más adelante y su respuesta a situaciones de estrés y miedo. Curiosamente la privación maternal en ratas produce en las crias un mejor aprendizaje espacial. [14]​.

Estos mecanismos parecen tener que ver con mecanismos de plasticidad sináptica[15]​ y modificaciones epigenéticas[16]​ .

Véase también

Referencias

  1. Holmes, 1993, pp. 221
  2. Ainsworth, 1962, pp. 97
  3. Bretherton, I. (1992). The Origins of Attachment Theory: John Bowlby and Mary Ainsworth 28 (5). Developmental Psychology. p. 759–775. doi:10.1037/0012-1649.28.5.759. 
  4. Arnold, 2011, pp. 61
  5. a b Bowlby, 1951, pp. 11
  6. Eysenck, 2004, pp. 600
  7. Raine, 1997, pp. 250
  8. Gordon Bateson, 1991, pp. 331
  9. «The origins of attachment theory: John Bowlby and Mary Ainsworth» (pdf) (en inglés). Developmental Psychology. 1994. Consultado el 21 de enero de 2014. 
  10. Bowlby, 2005, pp. 24
  11. Cassidy y Shaver, 2008, pp. 45
  12. Bowlby J (dicembre de 1986). «Citation Classic, Maternal Care and Mental Health» (PDF) 50 (18 edición). Current Contents. Consultado el 23 de enero de 2014. 
  13. Rutter, Michael; Kumsta R, Schlotz W, Sonuga-Barke E. (Aug de 2012). «Longitudinal studies using a "natural experiment" design: the case of adoptees from Romanian institutions.». J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. 51 (8): 762-70. PMID 22840547. 
  14. Pryce, CR; Bettschen D, Nanz-Bahr NI, Feldon J (Oct de 2003). «Comparison of the effects of early handling and early deprivation on conditioned stimulus, context, and spatial learning and memory in adult rats». Behav Neurosci. 117 (5): 883-93. PMID 14570539. 
  15. Levine, Seimour (Apr de 1967). «Maternal and environmental influences on the adrenocortical response to stress in weanling rats.». Science. 3772 156: 258-60. PMID 6021047. 
  16. Experience-facilitated improvements in pup retrieval; evidence for an epigenetic effect., Stolzenberg DS; Stevens JS, Rissman EF. (Jul; de 2012). Horm Behav 62 (2): 128-35. PMID 22687346. 

Bibliografía

Enlaces externos