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Francisco Arderíus

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Francisco Arderius Bardán (Evora, 1835Madrid, 21 de mayo de 1886) fue un músico, actor y empresario portugués que tras su paso por París se instaló en Madrid, donde concibió y puso en marcha los populares «Bufos madrileños», un estilo de teatro musical divertido y en el marco de la escena española, teniendo como fondo histórico la revolución septembrina de 1868.

Biografía

Los bufos madrileños

Al parecer, la aceptación que tuvo la zarzuela Los dioses del Olimpo sugirió a Arderíus la idea de montar en Madrid el género bufo de moda en París. Para ello se instaló en el Variedades, teatro popular que re-bautizó con el nombre de Teatro de los Bufos Madrileños. Abrió la temporada en setiembre de aquel año de 1864 con El joven Telémaco, una obra de Eusebio Blasco y el maestro Rogel, que resultó un éxito.[nota 1]​ Con Arderíus estaban otros libretistas y músicos como Ruiz, Escríu, Orejón y Cubero, Sampelayo y Gómez, Bardan, Rey, Celsa Fontfrede y Hueto. Y con ellos Manuel del Palacio, Eusebio Blasco y Eduardo Saco, que para celebrar el aniversario del nacimiento de Arderíus crearon Tanto corre como vuela.[nota 2]

Y con igual éxito se trasladaron luego sus bufos al Teatro del Circo.[1]


La Correspondencia de los Bufos

Este fue el nombre del semanario editado durante 1871 por Arderius, y subtitulado como periódico semanal: eco parcial de la empresa de Los Bufos Arderius. Apareció para defender los intereses de la Compañía Los Bufos Arderius, apolítico, pero también para hablar de otros teatros, así como de los demás espectáculos (bailes, ferias, etc.), actividades de los salones aristocráticos y acontecimientos ocurridos en Madrid. Escrito en un tono burlesco, dio cabida también a epigramas, charadas, poemas y folletín, y a partir del número seis a grabados en su primera página de carácter cómico y caricaturesco, firmados por Cubas. Fue dirigido por Alfredo Guerra Arderius, y su administrador fue Eduardo Valladares. Sus textos fueron firmados, además de por los ya citados, por un buen número de colaboradores, entre los que se encontraban Antonio de San Martín, Santiago Infante de Palacios, Mariano Leorroux y el mismo Francisco Asenjo Barbieri. Empezó apareciendo los jueves y después los sábados, en números de cuatro páginas, hasta editar 26 números. En el último, de 12 de agosto de 1871, se despidió hasta octubre, pero no volvió a aparecer más.


Notas

  1. Se ha convenido entre los cronistas que fue de esta zarzuela de donde surgió el hábito de llamar "suripantas" a las coristas, por un coro de mujeres que imitando la eufonía griega con palabras desatinadas, cantaban este estribillo sin sentido: «Suripanta la suripanta, macatrunqui de somatén, sunfáriben sunfaridon, melitónimen sonpén».
  2. Aparecía en escena, sobre un pedestal, el busto de Arderíus, con tal propiedad y una inmovilidad tan absoluta, que el público no pudo reconocer al actor en la aparente escultura, hasta que le vio salir del pedestal y bajar al proscenio para saludar a los espectadores.

Referencias

  1. De Répide, 1981, p. 583.

Bibliografía