Círculo de Armas
El Círculo de Armas es un club social fundado en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, el 1ro. de junio de 1885 bajo el nombre “Club de Esgrima”. La iniciativa fue de un grupo de 78 caballeros aficionados a este deporte, impulsados por el Dr. Mariano J. Paunero, hijo del General Wenceslao Paunero.
Pronto se convirtió en el sitio de encuentro de hombres con espíritu de grandeza y con gran interés en los destinos del país. De sus filas salieron Presidentes de la Nación como el General Julio Argentino Roca, Carlos Pellegrini, José Evaristo Uriburu, Manuel Quintana, José Figueroa Alcorta y Marcelo T. de Alvear; escritores como Miguel Cané y Gregorio de Laferrère; el diplomático y Premio Nobel de la Paz Carlos Saavedra Lamas; y Manuel Lainez, periodista y político, autor de la “Ley Lainez” (1905) que hizo una enorme contribución a la lucha contra el analfabetismo.[1]
Como dijera Julio A. Roca -hijo del General y Presidente del club entre 1918 y 1922- “hoy no quedan en el club más armas que las de su nombre” ([2]), pero ese espíritu de compromiso con el país y sus destinos es el motor que aún inspira a sus socios.
Compromiso
El Círculo de Armas “es un centro pequeño, como corresponde a quienes hacen de la amistad un culto (…) La idea de patria es de primordial interés en la vida del Círculo de Armas, y dentro de lo precario de sus medios, apoya toda iniciativa que fuera de interés nacional”.([3])
Historia
La esgrima no era un mero deporte. En las últimas décadas del Siglo XIX la posibilidad de enfrentar un duelo en Buenos Aires distaba de ser una contingencia improbable, aunque estuviera prohibido por la Iglesia y penado por la ley. La reunión que selló el inicio de la flamante institución tuvo lugar en el estudio jurídico de Carlos Delcasse. Su primera Comisión Directiva quedó constituida con Ezequiel Ramos Mexía como Presidente; Bernabé Artayeta Castex, Hernán Vivot, Rodolfo Araujo Muñoz, Julio Botet, Horacio Harilaos y Mariano J. Paunero como Vocales; y Máximo Paz, Francisco Serantes y Carlos Delcasse como suplentes.
Sede propia
En 1889 el club se trasladó a una casa “de altos y bajos” que había pertenecido a Patricio Julián Lynch, ubicada en el terreno en el que más tarde se alzaría el edificio actual. Por entonces la ciudad de Buenos Aires, que acababa de ser convertida en Capital de la Nación, estaba viviendo una transformación “de gran aldea a metrópolis" [4]” bajo la intendencia de Torcuato de Alvear, y durante la primera presidencia del General Julio Argentino Roca. Algunas de sus calles angostas se abrieron para dar lugar a las avenidas, y la sencillez y el aire criollo original ([5]) fueron irrumpidos por magníficos edificios que comenzaron a darle una semblanza más cosmopolita.
Por un decreto firmado por Figueroa Alcorta y Rómulo S. Naón, el Círculo de Armas se transformó en una asociación civil con personería jurídica el 6 de diciembre de 1909. Por intermedio de Ernesto Tornquist y Cia. se adquirió el solar de la calle Corrientes por 340.000 pesos de la época mediante un crédito otorgado por Teodoro de Bary. A continuación comenzaron a proyectar la construcción del nuevo edificio.
Para las celebraciones del primer centenario del club, se modernizaron las instalaciones. Las pendanas de esgrima ya habían desaparecido y las armas ahora son sólo decorativas, pero la afición al squash llevó a incorporar canchas y un gimnasio bien equipado.
Intervención
En 1953 el estallido de dos bombas en la Plaza de mayo provoca el posterior incendio las sedes de partidos opositores y la del Jockey Club (Buenos Aires) en la calle Florida. Se dice que el Círculo de Armas se salvó porque no sabían dónde estaba pero, un mes después, el Decreto Nº9033 firmado por el Presidente Juan Domingo Perón y su Ministro de Justicia, Natalio Carvajal Palacios, dispone la intervención del club y la caducidad de sus autoridades. Lo mismo le sucedió al Jockey Club, a CUBA (Club Universitario de Buenos Aires) y al Club Argentino de Tenis. El Interventor, el Dr. Eugenio Caso, tomó las siguientes medidas: suprimir la cuota de ingreso y abrir el club a la “incorporación de casi un millar de nuevos socios, en su mayoría provenientes de los círculos universitarios metropolitanos”([6]).
Todas las gestiones para evitarla cayeron en saco roto y mientras duró, sus socios se reunieron en otros lugares: “un bar de la calle San Martín, montado por los empleados del Círculo Feliciano García y Fortunato Carande, el subsuelo del Hotel Versailles y un sector del 1er. Piso del Alvear Palace Hotel”([7]).
Tras la Revolución Libertadora de 1955 el club fue restituido a sus socios. “El doctor Alberto Rodríguez Galán, entonces inspector de Justicia, fue el encargado de devolver el edificio a sus dueños legítimos y el doctor Jorge Artayeta resumió la presidencia.” ([8])
Tertulia y debate
Las tertulias y las conferencias son parte de la tradición del club que continúa la trayectoria de formar dirigentes comprometidos con el desarrollo y el progreso constructivo del país. Convocando a quienes tienen propuestas constructivas, novedosas, inspiradoras y desafiantes, colabora promoviendo la discusión abierta y pluralista de ideas, generando debate, contribuyendo a la agenda de todos los sectores de la nación.
Referencias
- ↑ Historia de un país - Sanción de la Ley Láinez - Canal Encuentro
- ↑ Palabras del Dr. Julio A. Roca en el primer cincuentenario del Círculo de Armas
- ↑ Carta del entonces Presidente del Círculo de Armas, Jorge Artayeta y por el socio Marcelo Gowland Acosta, al Excelentísimo Presidente de la Nación, General del Ejército Don Juan Domingo Perón. Buenos Aires, septiembre de 1953.
- ↑ Carlos Ibarguren, “La Historia que he vivido”
- ↑ Palabras de Horacio Zorraquín transcriptas en: Juan Luis Gallardo, “Un siglo y cuarto del Círculo de Armas”
- ↑ La Nación, 21 de mayo de 1954
- ↑ Juan Luis Gallardo, “Un siglo y cuarto del Círculo de Armas”
- ↑ “El Círculo de Armas celebró sus cien años de existencia”. Buenos Aires, 10 de julio de 1985, diario La Prensa