Inmigración china en Cuba
Chinos en Cuba | ||
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中國在古巴 (en chino tradicional) | ||
Barrio Chino de La Habana | ||
Pueblo de origen | ||
Lugar de origen |
China, incluyendo: * Hong Kong * Macao Taiwán | |
Población censal | 113 hab. (2012)[1] | |
Población estimada | 114.240 hab. (aprox.) (2008)[2] | |
Cultura | ||
Idiomas | español cubano, mandarín, cantonés estándar, chino hakka, entre otros dialectos chinos | |
Religiones | Budismo, Catolicismo | |
Principales asentamientos | ||
La Habana | ||
Provincias de Holguín[3][4] y Matanzas[5] | ||
La inmigración china en Cuba es el movimiento migratorio desde la región de China hacia la isla de Cuba. Los chinos en Cuba constituyen la comunidad más destacada y numerosa de asiáticos asentados en la isla. El censo cubano de 2012 registró 113 ciudadanos chinos viviendo en Cuba.[1]
Los chino-cubanos (en chino tradicional, 古巴華人; en chino simplificado, 古巴华人; pinyin, Gǔbā Huárén; jyutping, Gu2 Baa1 Waa4 jan4) son los habitantes de Cuba con ascendencia china total o parcial.
Historia
La emigración china hacia Cuba comenzó en 1847 cuando muchos trabajadores de origen cantonés fueron llevados bajo contrato hacia los campos de caña de azúcar. Además de su fuerza de trabajo, los inmigrantes llevaron consigo el budismo como su filosofía de la vida.[6]
Cientos de miles de ellos partieron desde Hong Kong, Macao y Taiwán, durante las décadas siguientes para reemplazar o trabajar junto a los esclavos africanos. A pesar de que la mayoría de ellos deseaba la repatriación después de terminar sus contratos de ocho años o lograr su independencia personal de otra manera, algunos se establecieron de forma permanente en Cuba.[6] Otro motivo de la emigración fue la opresión política y religiosa que vivían en su país de origen o las ansias de prosperar económicamente. Según el historiador Julio Le Riverend, entre los años 1847 y 1874 llegaron a La Habana alrededor de 150 000 chinos culíes, casi todos hombres.[7]
Otros 5.000 inmigrantes chinos procedentes de los Estados Unidos, llegaron también a la isla durante el siglo XIX, para escapar de la discriminación del momento. Otra pequeña ola arribó durante el siglo XX, huyendo del caos político en la China continental.[6] En la década de 1920, habían llegado 30.000 chinos, todos hombres, En 1980, 4.000 chinos «puros», reduciéndose a tan solo 300 hacia 2002.[8]
La comunidad china en Cuba llegó a ser una de las más prósperas e importantes de América, y sus miembros se agruparon en asociaciones fraternales, regionales, profesionales, patronímicas o comerciales, algunas de las cuales aún existen. Debido a la falta de mujeres chinas, varias generaciones de inmigrantes se casaron con mestizas o mujeres de origen africano, naciendo muchos niños. En la actualidad, la mayoría de los chinos-cubanos tienen raíces españolas y africanas, y muchos de sus apellidos son de origen español.[6][9] Los hombres chinos libres practicaban la compra de las esclavas y las liberaban para contraer matrimonio con ellas.[9]
Durante la Guerra de los Diez Años algunos se unieron a las fuerzas mambisas. Se calcula que dos mil chinos, cantoneses y hakka, pelearon contra los rebeldes en dicha guerra. Un monumento en La Habana honra a los chinos cubanos que cayeron en la guerra, en la que está inscrito: «No hubo un solo desertor chino cubano, ningún traidor chino cubano».[10] Posteriormente, durante la Guerra Hispano-Americana en 1898, algunos que llegaron procedentes de California, pasaron a engrosar las fuerzas libertadoras.
Cuando Fidel Castro llegó al poder en 1959, la situación económica y política cambió drásticamente. Muchos propietarios de tiendas y restaurantes al verse expropiados por el nuevo gobierno, salieron de Cuba. La mayoría se estableció en los Estados Unidos, en particular en Miami en Florida, junto al resto de los cubanos exiliados, pero un número relativamente reducido se dirigió a la República Dominicana o a otros países de América Latina y el Caribe.
Barrio Chino de La Habana
El Barrio Chino de La Habana se encuentra en el municipio de Centro Habana, conformando uno de los más antiguos y más grandes Chinatowns de América Latina.[7] Sus pequeñas tiendas de abarrotes y restaurantes tuvieron su origen en la acumulación de dinero que sus dueños lograron durante sus años como trabajadores contratados. Los primeros negocios de propiedad china se abrieron en 1858.
A finales del siglo XIX, la inmigración china se asentó en lo que fue el cuchillo de la Calle Zanja y la Calle de los Dragones donde, a partir de 1874, pusieron en marcha comercios y espacios dedicados a diversos servicios, como tiendas, fondas, lavanderías, etc. El barrio chino fue el principal asentamiento poblacional de los inmigrantes de esa nación en el Caribe.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana, y como resultado del éxodo masivo, el número de chinos puros cayó bruscamente en el barrio y, con ellos, la popularidad de sus restaurantes. También en esos años comenzaron las confiscaciones y nacionalizaciones realizadas sin la consecuente indemnización. Los casi 250 000 chinos que en él vivían se fueron del lugar.
Cultura china en Cuba
En la literatura
La influencia de la migración china a Cuba se refleja bien en la novela La isla de los amores infinitos de la escritora cubana Daína Chaviano.[11] Originalmente publicado en España,[12] ha sido traducido a 25 idiomas. La trama abarca 150 años, desde la década de 1840 hasta la de 1990.
Periodismo
Kwong Wah Po («Diario China Brillante») es el único periódico cubano que se edita en idioma chino desde el Barrio Chino de La Habana. De tipo tabloide, posee cuatro páginas: tres de ellas en chino y la última en español. Tiene una tirada de 600 ejemplares al mes y va dirigido a la comunidad china con informaciones nacionales e internacionales. Es publicada por la institución Casino Chung Wah desde el 20 de marzo de 1928. Su proceso poligráfico se realiza a través de técnicas antiguas mediante un linotipo del año 1900. En la publicación trabajan ocho personas, de las cuales tres de ellos son chinos.[13]
También circularon en Cuba el periódico nacionalista Man Seng Yat Po, el demócrata Hun Men Kon Po y el comercial Wah Man Sen Po, hasta la década de 1970.[13]
Personalidades destacadas
- Wifredo Lam, pintor vanguardista.
Véase también
Referencias
- ↑ a b «La más numerosa diáspora de ultramar radicada en Cuba es también la más desconocida». Havana Times. 17 de junio de 2014.
- ↑ «Cuba. 2008». CIA World Factbook.
- ↑ Calzadilla Expósito, Pedro Jorge. El Componente Chino en Holguín. Holguín: Municipio Urbano Noris.
- ↑ «El componente chino en Holguín». EcuRed.
- ↑ «Presencia china en Los Arabos». EcuRed.
- ↑ a b c d «La comunidad china en Cuba». Así somos y así estamos. 30 de agosto de 2012.
- ↑ a b «Barrio Chino de La Habana». EcuRed.
- ↑ Universitat de València
- ↑ a b (For a British Caribbean model of Chinese cultural retention through procreation with black women, see Patterson, 322-31) [1]
- ↑ Westad, Odd Aren (2012) Restless Empire: China and the World Since 1750. (New York: Basic Books), pp.227-8. ISBN 978-0465019335
- ↑ (Riverhead Books, June 2008)
- ↑ (Grijalbo-Random House 2006)
- ↑ a b «Diario chino mantiene vigor en Cuba más de 80 años». Spanish.news.cn. 21 de marzo de 2011.
Fuentes bibliográficas
- Álvarez Ríos, Baldomero (1995). La inmigración china en la Cuba colonial. La Habana: Publicigraf.
- Baqués, Judith (1973). Cuadernos H. Serie Asia, Japón. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
- Chuffat Latour, Antonio (1927). Apunte histórico de los chinos en Cuba. La Habana: Molina y Cía.
- Epstein, Israel (1964). Desde la guerra del opio hasta la liberación de China. La Habana: Ediciones Venceremos.
- Guanche, Jesús (1996). Componentes étnicos de la nación cubana. La Habana: Ediciones Unión.
- Guanche, Jesús (1999). Presencia china en Cuba. La Habana.
Bibliografía adicional
- López-Calvo, Ignacio (junio de 2008). Imaging the Chinese in Cuban Literature and Culture. University Press of Florida. ISBN 0-8130-3240-7.
- López-Calvo, Ignacio (2007). Chinesism and the commodification of Chinese Cuban culture. Alternative Orientalisms in Latin America and Beyond. Newcastle, Inglaterra: Cambridge Scholars Publishing. pp. 95-112.