La Representación de los Hacendados
La Representación de los hacendados | ||
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Función | Presentado ante el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, solicitando la apertura del libre comercio. | |
Autor(es) | Mariano Moreno | |
Creación | 1809 | |
Ubicación | Buenos Aires, Virreinato del Río de la Plata | |
La Representación de los Hacendados fue un informe de economía política preparado por Mariano Moreno, en 1809, que describió la situación económica del Virreinato del Río de la Plata en el que solicitó al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros que restableciera el libre comercio —que había autorizado meses antes— quien resolvió prorrogarlo hasta el 19 de mayo de 1810.
Contexto previo
El Virreinato del Río de la Plata, de acuerdo a las Leyes de Indias que implantó el sistema de monopolio comercial, sólo podía comerciar con su metrópoli, España.
Sin embargo, el comercio con este país era escaso, ya que España priorizaba otros puertos, se encontraba en guerra en Europa y sus barcos eran atacados por piratas.
Para poder obtener los productos necesarios para su subsistencia, se ingresaban productos ingleses mediante contrabando. Esto llevó a la formación de dos grupos de poder principales y enfrentados: los hacendados, grupo social conformado por los estancieros, agricultores y ganaderos, que reclamaban la apertura comercial o de comercio libre sostenidas en el sistema del librecambio para poder exportar fácilmente sus producciones de cuero y derivados vacunos, y los comerciantes que obtenían grandes ganancias con el contrabando y presionaban para que se mantuvieran las restricciones a la libertad de comercio ya que así podían cobrar por los productos ingleses precios superiores que si el mercado fuese legal.
A la llegada del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, éste intentó congraciarse con los ingleses y los hacendados abriendo el comercio y, a través del impulso a la venta internacional de los frutos del país, aumentar los ingresos del alicaído erario real.
Los comerciantes presionaron por medio del procurador del cabildo de Buenos Aires, Martín Yáñiz y también por el Consulado de Comercio de Buenos Aires y lograron que Cisneros volviera a cerrar el comercio con Gran Bretaña.
El abogado Mariano Moreno, a pesar de procurar el alejamiento del virrey, ferviente defensor del ideario liberal y del librecambio comercial redactó "La Representación de los Hacendados", documento en el que explicó a Cisneros la necesidad de su repertura.
Descripción
De acuerdo a los historiadores actuales, "La Representación de los Hacendados" fue el documento sobre economía política más completo escrito durante el Virreinato del Río de la Plata.
En el documento Mariano Moreno, apoderado de los hacendados, formuló fuertes críticas al proceder económico del régimen colonial, sustentándose en las ideas de los liberales económicos que surgían en Europa y que comenzaban a ser conocidos en América. Apuntaba a que se debían establecer relaciones comerciales con Inglaterra.
Entre los conceptos, principios, fundamentos, conclusiones y peticiones dadas por Mariano Moreno se datallan los siguientes:
- Actúa como apoderado de los labradores y hacendados de las campañas de la Banda Oriental y occidental del Río de la Plata, o sea como mandante de los agricultores y ganaderos de los campos de ambas márgenes del Río de la Plata.
- La finalidad del documento es la de otorgar la introducción de mercaderías inglesas, para que con los derechos o impuestos de su importación y exportaciones respectivas se adquieran fondos que sufraguen a las gravísimas urgencias del erario
- Se debe conciliar la prosperidad del país con la del erario.
- La riqueza de estas provincias dependen principalmente de los frutos de sus fértiles campos.
- Los opositores al libre comercio son tanto el apoderado del Consulado de Cádiz de la Metrópli y los comerciantes de Buenos Aires que cuentan con el appoyo tanto del Consulado de Comercio de Buenos Aires como del Cabildo de Buenos Aires que imponen condiciones y trabas.
- El propio virrey Cisneros, a quien dirige el documento, ha reconocido la necesidad de un libre comercio con la nación inglesa, para salir de apuros que no presentan otro remedio.
- El sistema ordinario de rentas reales de un pueblo que no tiene minas se compone únicamente de los derechos y contribuciones impuestas sobre las mercaderías por lo que, dado la cantidad de frutos derivados de la producción agrícologanadera que abundan en la provincia del Río de la Plata sumado al consumo proporcionado a su población, ellos constituyen las verdaderas riquezas que deberían prestar al gobierno abundantes recursos, pero que no lo son debido a que la guerra con la Gran Bretaña paralizó la importación desde España lo que provoca que los frutos exportables permanezcan estancados por falta de buques que verifiquen su extracción.
- Irónicamente se pregunta: ¿qué cosa más ridícula puede presentarse que la vista de un comerciante que defiende a grandes voces la observancia de las leyes prohibitivas del comercio extranjero a la puerta de su tienda, en que no se encuentra sino géneros ingleses de clandestina introducción?
- Nada es más ventajoso para una provincia que la suma abundancia de los efectos que ella no produce, pues envilecidos entonces bajan de precio, resultando un producto barato, útil al consumidor y que solamente puede perjudicar a los importadores. Y si una una excesiva introducción de paños ingleses hiciese abundar este producto, a términos de no poderse consumir en mucho tiempo, el comercio buscaría el equilibrio de la circulación por otros ramos, envilecido el paño no podría venderse sino a precios muy bajos, detenido el importador lo sacrificaría para reparar con nuevas especulaciones su error, y el consumidor compraría entonces por menor precio lo que ahora compra por uno mayor. ¿Podría nadie dudar que sea conveniente al país, que sus habitantes compren por tres pesos un paño que antes valía ocho, o que se hagan dos pares de calzones con el dinero que antes costaba un solo par?
- A la conveniencia de introducir productos extranjeros se suma la conveniencia que recibirá el país por la exportación de sus frutos. Para fortuna de esta provincia, los que ella son todos de primera necesidad, de segura extracción, y los más de ellos en el día de absoluta necesidad. La agricultura se desarrollaría rápidamente si se permitiera la exportación de todos los frutos exportables y de esta forma contase el labrador con la seguridad de una venta lucrativa lo que provocaría el enriquecemiento de los productores y el ingresos de cuantiosos recuros al real erario.
- Los campos del país producen anualmente un millón de cueros, sin las demás pieles, granos y sebo, que son muy apreciadas por los comerciantes extranjeros y llenan todas nuestras barracas pero sin oportunidad para una activa exportación, ha resultado un residuo ingente, que ocupando los capitales de nuestros comerciantes les imposibilita o retrae de nuevas compras, y no pudiendo éstas fijarse en un buen precio para el hacendado que vende, si no es a medida que la continuada exportación hace escasear el fruto, o aumenta el número de los concurrentes que lo compran, decae precisamente al lastimoso estado en que hoy se halla, desfalleciendo el agricultor hasta abandonar un trabajo que no le indemniza los afanes y gastos que le cuesta.
- El comercio clandestino o contrabando solamente es útil a pocos contrabandistas codiciosos y atrevidos, que bajo el sistema de monopolio despojan a la patria.
- Uno de los rasgos más justos, más magnánimos, más políticos, fue la declaración de que las Américas no eran una colonia o factoría como las de otras naciones, sino que ellas formaban una parte esencial e integrante de la monarquía española y en consecuencia de este nuevo ser, como también en justa correspondencia de la heroica lealtad y patriotismo que habían acreditado a la España en los críticos apuros que la rodeaban, se llamaron estos dominios a tener parte en la representación nacional, dándoseles voz y voto en el gobierno del reino.
- La nación española, que nunca se presenta más grande que en los apurados males que ahora la han afligido, procedió con la honradez y veracidad que la caracterizan, cuando declaró una perfecta igualdad entre las provincias europeas y americanas; sostuvo los derechos más sagrados
- La razón y el célebre Adam Smith, principal economista político, hacen ver que los gobiernos en las providencias dirigidas al bien general deben limitarse a remover los obstáculos por lo que, siendo éste el eje principal sostenido por Jovellanos y, una vez destruido el monopolio comercial, la agricultura florecrá y traerá prosperidad a los pueblos del país.
- Nuestra Corte ha dado repetidas pruebas de hallarse convencida que no podemos ser felices sino por medio de la agricultura; y frecuentemente ha incitado el celo de nuestros magistrados para que protejan y fomenten un bien tan importante.
- No es justo que se envilezcan y pierdan nuestros preciosos frutos, porque los desgraciados pueblos de España no pueden consumirlos ni que que las abundantes producciones del país permanezcan estancadas porque nuestra aniquilada marina no puede exportarlas.
- Entiende por comercio nacional aquella circulación de los objetos de cambio, con que el español europeo conduce a la América las mercaderías españolas que ésta no tiene, y lleva en retorno la plata y demás frutos que producen estas regiones; esta es la idea de un legítimo comercio, y todo lo que se separe de un recíproco giro fundado sobre aquellos principios, queda excluido del concepto inherente a esta voz comercio nacional.
- No puede sostenerse que el comercio con los ingleses destruiría las manufacturas de España ya que las fábricas nacionales jamás pudieron proveer enteramente el consumo de América como tampoco bastaron para las necesidades de la Península.
- Por fortuna, la agricultura inglesa en nada puede competir con la de España, pues la diversidad de clima produce diversidad de frutos en ambos países, quedando a favor de los de la Península la preferencia debida a su calidad.
- Define al comercio como el el movimiento o circulación de los objetos de cambio, por el que nos deshacemos de nuestros sobrantes, y adquirimos lo que nos hace falta. ¿Quiénes son los que contribuyen más al comercio, y, por consiguiente, sus partes esenciales? Son los creadores de los objetos de cambio naturales o manufacturados: son los agricultores y artesanos. Los comerciantes de los puertos de mar son sólo los corredores, los intermediarios comercio y, en muchos casos sus mayores enemigos, por el precio exorbitante que ponen a la intervención a la cadena de intermediación.
- Enumera los seis beneficios sufrirá el país con el libre comercio:
- Primero: que decaerá el giro clandestino, porque nadie preferirá sus riesgos a la seguridad de una pública importación.
- Segundo: los ocultos introductores que se llaman contrabandistas, carecerán de este honroso modo de pasar la vida y tendrán que tomar un fusil o aguja.
- Tercero: los dependientes del resguardo no serán necesarios en tanto número, ni tendrán tan crecidas obvenciones.
- Cuarto: los subdelegados y demás partícipes en los comisos quedan perjudicados.
- Quinto: decaerá el espíritu militar sin las continuas batallas de los contrabandistas.
- Sexto: los presidios no estarán tan llenos si se evita el grande ingreso de los defraudadores, y los curiales perderán mucho, faltándoles causas de esta especie, que les son tan lucrativas.
- Dada a nuestro comercio la actividad y vida consiguientes a la libertad de importar y extraer, no hay riesgo alguno de que falte el numerario para las atenciones del estado y necesidades del ciudadano: el dinero necesario para la circulación interior de un país nunca se consume, porque está ligado por la misma reciprocidad de los cambios, y el inmediato interés que todos tienen en no desprenderse de la parte precisa para la correspondencia de los negocios, y satisfacción de las urgencias privadas.
- Finalmente realiza siete peticiones al virrey Cisneros:
- Primera: Que la admisión del franco comercio se extienda al determinado tiempo de dos años, reservando su continuación al juicio soberano de la Suprema Junta, con arreglo al resultado del nuevo plan.
- Segunda: Que las negociaciones inglesas se expendan precisamente por medio de españoles, bajo los derechos de comisión, o recíprocos pactos que libremente estipulasen.
- Tercera: Que cualquiera persona, por el solo hecho de ser natural del Reino, esté facultada para estas consignaciones, siéndole libre la elección de cualesquiera medios para ejecutar las ventas, como asimismo remitir a las provincias las negociaciones que les acomodasen.
- Cuarta: Que en la introducción de los efectos paguen los derechos en la misma forma y cantidad que para los permisos particulares que se han introducido.
- Quinta: Que todo introductor esté obligado a exportar la mitad de los valores importados en frutos del país: siendo responsables al cumplimiento de esta obligación los consignatarios españoles a cuyo cargo giran las expediciones.
- Sexta: Que los frutos del país, plata, y demás que se exportasen paguen los mismos derechos establecidos para las extracciones que practican en buques extranjeros por productos de negros; sin que se extienda en modo alguno esta asignación por el notable embarazo que resultaría las exportaciones, con perjuicio de la agricultura, a cuyo fomento debe convertirse la principal atención.
- Séptima: Que los lienzos ordinarios de algodón que en adelante puedan entorpecer o debilitar el expendio de los tucuyos de Cochabamba, y demás fábricas de las provincias interiores que son desconocidos hasta ahora entre las manufacturas inglesas, paguen un veinte por ciento o más de los derechos del círculo, para equilibrar de este modo su concurrencia.
Que de los dos sujetos que se elijan por esta superioridad para veedores e interventores en los reconocimientos de los géneros, y demás concerniente al nuevo arreglo, sea uno hacendado precisamente, reservándose el apoderado de este gremio pasar a V. E. una lista de los principales hacendados sobre quienes puede recaer el nombramiento, que deberá también practicarse para la plaza de Montevideo.
Consecuencias
"La Representación de los Hacendados" fue ampliamente debatida en Buenos Aires. Como resultado del documento y los debates generados por el mismo, el virrey Cisneros reabrió la aduana pero en forma limitada y hasta el 19 de mayo de 1810.
El nuevo cierre a la libertad de comercio fue la principal causa económica que produjo la Revolución de Mayo.
La "Representación de los Hacendados" ha conformado la plataforma de gobierno de la Revolución de Mayo. [1]
Bibliografía
- Luna, Félix (agosto de 2004). «La Representación de los Hacendados». En La Nación, ed. Grandes protagonistas de la Historia Argentina - Mariano Moreno (1 edición). Buenos Aires: Planeta. ISBN 950-49-1248-6.
Enlaces externos
- Wikisource contiene obras originales de o sobre La Representación de los Hacendados.
Versión audible
Esta es una grabación de la versión del 13 de abril de 2010.
- ↑ Scenna, Miguel Ángel. Mariano Moreno. Buenos Aires: H. Garetto Editor. 2009. pp. 27–28. ISBN 978-987-1494-05-4.