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Strangers on a Train

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Strangers on a train (en España, Extraños en un tren; en México y en Uruguay, Pacto siniestro) es una película estadounidense de 1951 dirigida por Alfred Hitchcock. Está basada en la novela homónima de 1950, que fue escrita por Patricia Highsmith. Raymond Chandler fue uno de los escritores involucrados en la primera parte del guion.

Trama

Guy Haines (Farley Granger), un joven campeón de tenis, se topa en un viaje en tren con Bruno Anthony (Robert Walker). Éste le propone un peculiar pacto: Si Guy mata al padre de Bruno -que, según él le hace la vida imposible-, él matará a la esposa de Guy -de la que éste se quiere divorciar-. Guy se lo toma a broma. Cuando habla con su esposa para divorciarse (se quiere volver a casar, con la hija de un senador), ella se niega en redondo. A partir del momento en el que parece haberse cumplido una parte del pacto, Bruno perseguirá de forma implacable a Guy para que, de inmediato, cumpla su parte en ese contrato oral que firmaron los dos. La raíz de esta novela se basa plenamente en las vidas de los dos protagonistas que vienen a actuar en la obra, cuyos nombres son Guy y Bruno. Tiene una esencia evidente a la típica novela policíaca, pero al mismo tiempo se reflejan con gran fuerza los valores de los humanos, la estúpida sociedad que hemos creado y los miedos de cada uno, que nos vienen relatando los personajes principales.

Todo empieza en un viaje a tren, en el cual se conocen por casualidad (o por destino) los dos personajes de esta historia. Guy, un hombre elegante y con clase, con la vida muy ordenada, permanece sentado en uno de los vagones, fumando nerviosamente a causa de que iba a entrevistarse con su mujer para preparar el divorcio. Bruno, un hombre joven como Guy, pero de aspecto descuidado, viaja en el mismo vagón que su futuro cómplice. Le acompaña una botella de scoth (como siempre), mientras que Guy se entretenía con un libro de Platón. No tardan en entablar conversación. Desde el principio, es Bruno el que demuestra mayor interés por Guy, agobiándole con preguntas incómodas, muchas veces respondidas por el mismo de un modo crudo. Surge la relación odio-amistad.

Bruno quiere ver muerto a su padre, a raíz de que se llevan mal, le roba dinero a su propio hijo y maltrata a su madre. Guy no sabe que hacer para librarse de Miriam (su mujer) por la vida imposible que le esta haciendo y por que ésta no le quiere dar el divorcio para que pueda casarse con Anne. Desde el principio se percibe el diferente carácter que tienen los dos, y sobre todo esto se manifiesta cuando Bruno le propone un plan perfecto a Guy: él (Bruno) matará a Miriam y Guy tendrá que hacer lo mismo con el padre de Bruno. Al ser desconocidos las dos familias, era muy improbable que la policia diera con ellos, porque tendrían la cuartada perfecta. A Guy le aterroriza el hecho de cometer tal ilegalidad, y desde el principio se opone al plan, aunque en el fondo le gusta lo que el plan supondría, librarse de una vez por todas de Miriam. A partir de éste comentario de Bruno, Guy se distancia lo más que puede de Bruno. No quiere ver ensuciada su dignidad, y mucho menos su carrera de arquitecto.

Bruno tiene un único objetivo, matar a Miriam para que así pueda chantajear a Guy para que haga lo mismo con su padre. Y así lo hace; transcurrido una semana desde el viaje en tren, Bruno estrangula a Miriam, con mucho cuidado para no dejar pruebas de su acto, a pesar de su constante borrachera. Después de que transcurrieran un par de meses, Guy empieza a recibir llamadas, cartas de Bruno, masivamente, indicándole cómo le tendría que ejecutar a su padre. Desde el principio oculta toda trama a Anne, pero ésta no tardara en darse cuenta de que algo le ocurre a su futuro marido; siempre está en otro mundo, provoca medio-inconscientemente un accidente en el cual casi atropella a un niño, sus proyectos de construcción dejan de ser tan atractivos como lo eran en el pasado, y así. Se negará hasta el último momento, pero al final el cansancio y presión producido por Bruno, le llevará a cometer el homicidio. El detective Gerard sospecha que Bruno tiene mucho que ver en el asesinato, tirará de los cabos y de las pruebas encontradas hasta dar con Guy. Bruno y Guy dieron testimonios diferentes, ya que Bruno nunca supuso que la investigación fuera a llegar hasta Guy.Gerard no tardó en entender la cuartada enmascarada que habían tramado; cada uno mató el objetivo del otro, sin dejar rastro de sospecha, ya que nadie sabía que Bruno y Guy se conocían.

Un día que navegaban en su yate “India”, Bruno echó su cabeza al mar, al darse cuenta que todos le odiaban, incluso Guy. Guy demostró que eso no era así, ya que saltó a las heladas aguas en rescate de Bruno, sin conseguir nada. Guy no lograba concentrarse en su vida, con sus seres, en su trabajo. Tal era el peso que llevaba, que pensó confesar su delito a Owen, el nuevo prometido de Miriam e iban a tener un hijo en común. Guy se sentía avergonzado ante el, por lo que tenía que confesar al hombre que amaba a Miriam. Le explicó por qué lo hizo, lo del plan, y lo arrepentido que estaba. Pero para sorpresa de Guy, Owen no tuvo ninguna reacción, no se levantó para darle un bofetón a Guy, ni siquiera se le cayó de las manos el vaso de bebida que tenía en las manos. Esa pasividad puso enfermo a Guy, no entendía que Owen se mostrara tan imparcial ante lo que había echo con su prometida y su hijo. De repente se dio cuenta que el teléfono de la habitación del hotel donde estaban estaba descolgado, se puso al habla y reconoció la voz del detective Gerard al otro lado. No tardó en aparecer, y Guy le acompañó.

No se ha relatado las consecuencias legales que Guy tendría que afrontar.

Véase también

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