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Golpe de mercado

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Golpe de mercado es un término que se ha generalizado en la sociología y la ciencia política hispanoamericanas. Se lo utiliza para referirse a una acción de los grandes grupos económicos que desestabiliza la economía hasta el punto de afectar la estabilidad política e incluso causar la caída de los gobiernos democráticos.

Los golpes de mercado están generalmente asociados a corridas cambiarias, devaluaciones, fuga de capitales, brotes inflacionarios e hiperinflacionarios, desabastecimiento, paros patronales, subidas de la tasa de interés, etc. El golpe de mercado ha sido considerado una especie de golpe de Estado.[1]

Origen del término

La expresión surgió en Argentina en 1989, acuñada por el diario Ámbito Financiero para describir el fenómeno político-económico que causó la derrota electoral del presidente Raúl Alfonsín y su renuncia, llevando al ascenso anticipado del presidente Carlos Menem, ese mismo año, en medio de un proceso de fuga de divisas y un brote hiperinflacionario.[2][3]

Concepto

La noción de golpe de mercado parte de la base de considerar que existe una relación conflictiva entre el poder económico privado y el poder político democrático. Según este criterio, el poder económico privado, habitualmente referido también como "los mercados", es detentado por una cantidad de personas relativamente pequeña, propietaria de grandes empresas y grupos económicos privados, que concentran importantes cuotas de capital, en organizaciones monopólicas y oligopólicas que les permiten tener una posición dominante en el mercado. Con ese poder que les atribuye su posición dominante en la economía, los grandes grupos económicos y mediáticos asociados, son capaces de producir cambios bruscos en la situación económica que afecten negativamente a la población e impacten sobre la estabilidad política, causando cambios de políticas y funcionarios, e incluso la caída de los gobiernos.

El español Víctor Villapalos, buscando definir al golpe de mercado dice:

¿Qué es exactamente un “golpe de mercado”? Teniendo el mismo objetivo que el golpe militar (cambiar o sustituir a las autoridades de una cierta región), el golpe de mercado es algo más sutil ya que, tras diversas actuaciones a nivel macroeconómico y a nivel social e informativo, se trata de crear las condiciones necesarias de inestabilidad para cambiar a esas autoridades esperando su propia caída política.[4]

El español Federico Mayor Zaragoza, quien fuera director de la UNESCO, alerta sobre la amenaza contra la democracia que significan los golpes de mercado que afectan a Europa y dice:

Los peores golpes de Estado son los imperceptibles, los que se identifican difícilmente al principio, no permitiendo la adopción de las medidas adecuadas en el momento oportuno. Los emboscados se disfrazan de tal modo —primas de riesgo, agencias de calificación, inversores opacos, "agujeros bancarios impunes"... —que es muy difícil reconocerlos hasta que la situación se torna prácticamente irreversible. No solo debilitan al Estado y promueven desgarros sociales difícilmente restañables, sino que en su osadía llegan, ante la perplejidad e inacción ciudadana, a nombrar gobiernos sin urnas. Con gran habilidad, consiguen alcanzar el objetivo de "menos Estado y más mercado". Se desprestigia a los políticos y a los parlamentos, sobre todo cuando existen mayorías que, sin mecanismos correctivos, producen sin pausa "leyes rodillo". El "golpe de mercado" logra sus propósitos de privatizar... hasta los propios partidos políticos.[5]

El concepto de "golpe de mercado" ha sido utilizado extensamente para analizar el fin del mandato del presidente democrático elegido luego de la última dictadura argentina, Raúl Alfonsín, en 1989, así como su derrota electoral y su renuncia anticipada.

Ezequiel Adamovsky sostiene que sobre el final del gobierno de Alfonsín, los grupos económicos comenzaron a experimentar con "una nueva manera de condicionar las decisiones políticas", más allá del tradicional lobby sobre los partidos políticos y los mecanismos de corrupción. Para ello, las grandes empresas formadoras de precios diseñaron un método al que luego denominaron "doctrina del shock", aumentando precios y generando desequilibrios económicos para sumergir a la población en el miedo y el desconcierto y avanzar luego con "medidas «salvadoras» que jamás serían aceptadas en situacioneds normales".[1]​ Dice Adamovsky que:

Los analistas coinciden en que se trató de una escalada de precios deliberadamente provocada por los seectores empresariales y financieros más concentrados para poner de rodillas al sistema político. En efecto, la experiencia de la hiperinflación fue tan traumática que desde entonces la sociedad reclamó la estabilidad económica por sobre todas las cosas. En lugar de un golpe de estado se trató de un golpe de mercado, según la expresión que se acuñó entonces. Y en verdad sus efectos inmediatos no fueron del todo diferentes: Alfonsín se vió obligado a abandonar el poder antes del fin de su mandato y entregar la presidencia a su sucesor.[1]

El economista Domingo Cavallo, director del Banco Central, dos veces ministro de economía y figura relevante de la vida política argentina en las décadas de 1980 y 1990 hasta la crisis de 2001, analiza el tema en un artículo titulado "¿Quieren provocar un golpe de mercado?". Cavallo sostiene allí que ante determinadas decisiones de los gobiernos democráticos, "es altamente probable que... se produzca una corrida hacia el dólar que llevará o a una gran pérdida de reservas, o a una gran devaluación, o a un enorme aumento en las tasas de interés. O, lo más probable, a una combinación de los tres fenómenos. Eso es, ni más ni menos, uno de los tantos golpes de mercado de la economía argentina, tan típicos de la época de la estanflación, entre 1975 y 1990".[6]

Julio Bárbaro relaciona a los grandes medios de comunicación con los golpes de mercado. Dice Bárbaro que:

Existe, solapada, una lucha (de la democracia) con el poder económico que, dueño de los medios de comunicación, no está dispuesto a permitir que surjan figuras que lo cuestionen... El poder concentrado de los medios de comunicación dejó a la política relegada a sus favores... Para derrocar a Perón tardaron diez años, para convertir a Raúl Ricardo Alfonsín en un presidente sin poder necesitaron cinco años, pero ahora el riesgo de golpe de mercado asusta a todo gobernante cada día.[7]

Golpes de mercado en el mundo

Varios analistas consideran que los golpes de mercado fueron un mecanismo recurrente en América Latina luego de que las dictaduras militares se mostraran inviables, pero que en el siglo XXI los golpes de mercado han comenzado a utilizarse en regiones que solían considerarse gobernadas por democracias sólidas.[4][8]​ Carlos Pereyra Melé sostiene que los llamados PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) han sido víctimas de golpes de mercado que han establecido gobiernos tecnocráticos dependientes del llamado poder trilateral, integrado por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo.[8]

La elite trilateralista, para mantener sus privilegios, necesita la eliminación de los últimos resortes de soberanía nacional que les quedaban a los estados y han recurrido lisa y llanamente al Golpe de Estado en la modalidad “Golpe de Mercado” a partir de la instauración de “administraciones Tecnocráticas” en los PIIGs, imponiendo a miembros de su elite.[8]

Críticas

Muchos economistas no están de acuerdo que, en una Economía moderna (competitiva y con precios libres), abierta al Comercio Internacional, con sus cuentas tanto internas (monetarias y fiscales) como externas (Balanza de Pagos y Balanza Comercial) equilibradas, pudiese existir algún tipo de “golpe de mercado”: ya que el manejo del Presupuesto Público, la Emisión de Dinero, la regulación del sistema financiero y el control sobre las cuentas externas (como también del Tipo de Cambio), son responsabilidades que, exclusivamente, le competen tanto al Gobierno central como a su respectivo banco central. Por lo que un mal manejo de estas Cuentas es solo responsabilidad del Gobierno de turno y de las autoridades del respectivo Banco Central, según corresponda.

Por otro lado, el desabastecimiento está muchas veces explicado por fijaciones de precios por parte de la autoridad y a la expansión de la demanda agregada asociada a procesos inflacionarios[9]​.

Tampoco es posible explicar con causas externas al Gobierno de un país, que este tenga, sistemáticamente, un Déficit Presupuestario ni tampoco que haya habido una gran expansión de la cantidad de Dinero (por parte del Banco Central), porque es, precisamente, el Gobierno Central el que tiene la autoridad para administrar tanto el Presupuesto Público de la nación, como muchas veces a su respectivo Banco Central.

En los último tiempo algunos populistas latinoamericanos han usan como disculpa, al fracaso de sus políticas económicas, a posibles causas externas [9]​. De hecho, en tiempos modernos la mayoría de los economistas [10][11][12][13][14][15][16][17][18][19][20][21][22][23]​ (todos los Bancos Centrales de los países desarrollados[24][25][26][27][28][29]​ e IMF [30][31]​) coinciden que la principal causa de la inflación, y de la hiperinflación, es el aumento de la cantidad de dinero [32][33][34][35][36][37][38][39]​. El cambio de la cantidad de Dinero se debe a la Política Monetaria del Banco Central de su respectivo país, y como se puede apreciar en las Leyes que norman al Banco Central, este es el responsable de la Política Monetaria. En muchos países el Banco Central es también el responsable de Normar y Regular el Sistema Financiero, la entrada y salida de Capitales y el Tipo de Cambio. En otros países las funciones anteriores recaen en el Gobierno Central.

Milton Friedman dijo, a mediados del siglo XX:

"La Inflación es un fenómeno Monetario"
Milton Friedman[40]

Es decir; la Inflación, y en especial la Hiperinflación, solo se explica por el aumento en la cantidad de dinero. Muchas veces este aumento en la cantidad de dinero, se explica por la necesidad del Banco Central (cuando este no es independiente y es dependiente del Gobierno) de financiar los Déficits Presupuestarios del Gobierno Central.

En tiempos modernos los Bancos Centrales de los países desarrollados tienen una Meta Inflacionaria y usan como herramienta la Política Monetaria para alcanzarla[27]​. En el caso de que no se cumpla esta meta inflacionaria los únicos responsables son las Autoridades del Banco Central, ya que a estas se les entregó los medios para cumplir esta meta, y en caso alguno los responsables son "grandes grupos económicos".

Dado todo lo anterior, se ha visto que en general: las corridas cambiarias, devaluaciones, fuga de capitales, brotes inflacionarios e hiperinflacionarios, desabastecimiento y subida de la tasa de interés son causadas por Políticas Económicas del Gobierno, y de su Banco Central, mal hechas e implementadas y no causadas por "grandes grupos económicos": porque es la Autoridad Económica la encargada de crear y administrar las Políticas Económicas del país. Ejemplos de lo anterior lo podemos en la escasez actual en Venezuela[41]​ y otros [9]​.

Véase también

Referencias

  1. a b c Adamosvsky, Ezequiel (2012). Historia de las clases populares en la Argentina. Buenos Aires: Sudamericana. 
  2. Ámbito Financiero, 15 de diciembre de 1989.
  3. Jozami, Eduardo. Ya nada será igual. p. 22. «Todas las fracciones del gran capital participaron alegremente del "golpe de mercado", que era también una advertencia para el próximo gobierno. Corresponde a Ámbito Financiero el hallazgo de esta denominación ausente hasta entonces del vocabulario político...» 
  4. a b Villapalos, Víctor (2 de febrero de 2012). «Más que un “golpe de mercado”». Sitio oficial de Víctor Villapalos. Consultado el 31 de agosto de 2013. 
  5. Mayor Zaragoza, Federico (21 de diciembre de 2012). «Golpe de mercado». La Habana: Granma. Consultado el 31 de agosto de 2013. 
  6. Cavallo, Domingo (20 de agosto de 2008). «Quieren provocar un golpe de mercado?». Buenos Aires: Sitio oficial de Domingo Cavallo. Consultado el 31 de agosto de 2013. 
  7. Bárbaro, Julio (2003). Pasiones razonadas: una crítica al liberalismo vernáculo. Buenos Aires: Biblos. 
  8. a b c Pereyra Mele, Carlos (24 de noviembre de 2011). «Golpe de Mercado en Europa». Prensa Mercosur. Archivado desde el original el 30 de noviembre de 2015. Consultado el 31 de agosto de 2013. 
  9. a b c Dornbusch & Edwards.La Macroeconomía del populismo en la América Latina. IASE, Bogotá, 30 de marzo- de abril de 1989.
  10. Phillip Cagan, The Monetary Dynamics of Hyperinflation, in Milton Friedman (editor), "Studies in the Quantity Theory of Money", Chicago, University of Chicago Press (1956).
  11. Montier, James (February 2013). "Hyperinflations, Hysteria, and False Memories" (pdf). GMO LLC. Retrieved
  12. Adam Fergusson (2010). When Money Dies – The Nightmare of Deficit Spending, Devaluation, and Hyperinflation in Weimar Germany. Public Affairs – Perseus Books Group. p. 117. ISBN 978-1-58648-994-6.
  13. Chang, K. (1958) The Inflationary Spiral: The Experience in China, 1939–1950, New York: The Technology Press of Massachusetts Institute of Technology and John Wiley and Sons.
  14. Sargent, T. J. (1986) Rational Expectations and Inflation, New York: Harper & Row.
  15. Steve H. Hanke, "New Hyperinflation Index (HHIZ) Puts Zimbabwe Inflation at 89.7 Sextillion Percent." Washington, D.C.: Cato Institute. (Retrieved 17 November 2008)
  16. Hanke, S. H. and Kwok, A. K. F. (2009) 'On the Measurement of Zimbabwe's Hyperinflation', Cato Journal, 29 (2): 353–64.
  17. Parsson, Jens (1974). Dying of Money (Chapter 17: Velocity). Boston, MA: Wellspring Press. pp. 112–119.
  18. Peter Bernholz (2003). Monetary Regimes and Inflation: History, Economic and Political Relationships. Edward Elgar Publishing. pp. 53–55. ISBN 978-1-84376-155-6.
  19. Mark Blaug, "Economic Theory in Retrospect", pg. 129: "...this was the cause of inflation, or, to use the language of the day, 'the depreciation of banknotes.'
  20. Oliver Hossfeld (2010) "US Money Demand, Monetary Overhang, and Inflation Prediction" International Network for Economic Research working paper no. 2010.4
  21. Friedman, Milton. A Monetary History of the United States 1867–1960 (1963).
  22. Von Mises, Ludwig (1912). The Theory of Money and Credit (PDF) (1953 ed.). Yale University Press. p. 240. Retrieved 23 January 2014.
  23. Sigrauski, Miguel (1961). "Inflation and Economic Growth". Journal of Political Economy 75 (6): 796–810. doi:10.1086/259360.
  24. Outline of the Bank of Japan, Nociones generales del Banco Central de Japón.
  25. FOMC Longer-Run Goals and Monetary Policy Strategy (PDF), Reserva Federal de USA.
  26. Monetary Policy Bank of England, Política Monetaria del Banco Central de Inglaterra.
  27. a b Ley orgánica Constitucional del Banco Central de Chile
  28. [1], Informe Anual 2015, Capítulo 2.1. BCE (Banco Central Europeo).
  29. MONEY AS AN INFLATION INDICATOR IN CHILE – DOES P* STILL WORK? Documento de trabajo 293. Banco Central de Chile
  30. [2], How the IMF Promotes Global Economic Stability.
  31. Berger & Österholm. Does Money Growth Granger-Cause Inflation in the Euro Area? IMF Working Paper
  32. Dornbusch & Fischer & Startz.Macroeconomics.11th edition. 2011, The McGraw-Hill Series
  33. Samuelson & Nordhaus. Economía Con Aplicaciones a Latinoamérica.19 edición
  34. Gartner. Macroeconomics.2 Edition. Pearson Education
  35. Acemoglu & Laibson & List. Macroeconomics. Pearson Education Limited, 2016
  36. Boyes & Melvin. Macroeconomics.8 Edition. 2011, South-Western, Cengage Learning
  37. Mishkin. Macroeconomics policy and practice. 2012. Addison-Wesley
  38. Williamson. Macroeconomics.5 Edition. 2014, Pearson Education.
  39. Mankiw. Macroeconomics.9 Ed. 2016, Macmillan Education
  40. Friedman, Milton. A Monetary History of the United States 1867–1960 (1963)
  41. Dreier, Hannah (1 de abril de 2014). «Venezuela Takes Dramatic Step Towards Food Rationing». Huffington Post. Consultado el 31 de agosto de 2014.

Bibliografía

  • Ruíz, Fernando (2005). El señor de los mercados: Ámbito Financiero, la City y el poder del periodismo económico de Martínez de Hoz a Cavallo. Buenos Aires: El Ateneo. 

Enlaces externos

  • Mayor Zaragoza, Federico (21 de diciembre de 2012). «Golpe de mercado». La Habana: Granma. Consultado el 31 de agosto de 2013.