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Fidelismo en Chiloé

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El fidelismo en Chiloé se refiere al movimiento político y cultural existente en la Provincia de Chiloé de Chile durante las guerras de independencia, y que se caracterizó por mantener su fidelidad al rey Fernando VII[1]​, en momentos en que la actual República de Chile estaba en camino a la independencia de España.

Si bien la anexión de Chiloé a Chile en 1826 marcó el fin de la última provincia en poder español en Chile, el uso esporádico de símbolos del fidelismo se mantienen hasta el día de hoy.

Historia

Chiloé comenzó a ser colonizado por españoles provenientes de la actual zona central de Chile en 1567, pero posteriormente quedó aislado del desarrollo cultural del resto del país producto de la destrucción de las siete ciudades en torno al año 1600[2]​. Desde entonces generó una cultura insular con características propias[2]​, que se alejaría aún más de Chile luego de que, en 1767, es separada de la Capitanía General de Chile y anexada directamente al Virreinato del Perú.

En el año 1810, cuando Chile inició su camino hacia la independencia, Chiloé se mantuvo leal al gobierno colonial, y en su jurisdicción se formaron una serie de milicias que combatieron contra la emancipación americana en la zona central de Chile, y en algunos casos también de territorios actualmente parte de Bolivia y Perú[3]​.

Luego de 1818, una vez firmada la independencia de Chile, las tropas realistas se replegaron al sur del país, pero ya para el Año 1820 perderían Osorno y Valdivia. Si bien el intento chileno de tomar Chiloé ese mismo año fracasó, la derrota en el Combate de El Toro significó la pérdida de los territorios chilotes al norte del río Maullín[4]​.

En 1824 ocurre un nuevo intento de anexión a Chiloé, que si bien es nuevamente repelido por las fuerzas chilotas[4]​, marcó la pérdida de los fuertes continentales de Carelmapu, Calbuco y Maullín, relegando a Chiloé a una condición completamente insular[5]​. A esta pérdida se sumaron los acontecimientos de la Batalla de Ayacucho de ese año, que marcó el fin del Virreinato del Perú, y convirtió a Chiloé en una gobernación militar aislada[4]​.

Finalmente, en enero de 1826, el gobernador Antonio de Quintanilla firma el Tratado de Tantauco, y con ello se sella la incorporación de Chiloé a Chile, casi ocho años después de la independencia de este país[4]

Supervivencia

Si bien Chiloé se incorporó a Chile en 1826, y nunca hubo intentos serios de volver a reincoporar ese territorio a España, en las décadas siguientes hubo una serie de episodios relacionados a la lealtad que mantuvieron algunos sectores de la sociedad chilota con respecto a su antigua dependencia[1]​.

Darwin en Cucao

En 1833 Charles Darwin visita Chiloé, y junto con una detallada caracterización de la flora y fauna de la isla, entabló diálogo con habitantes de las comunidades huilliches de Cucao. De estas conversaciones, el naturalista británico destacó la dureza en el trato dado hacia ellos por las autoridades chilenas, y la nostalgia que mantenían en la localidad por el gobierno real[1]​.

Guerra hispano-sudamericana

En 1866, en el contexto de la Guerra hispano-sudamericana que enfrentó a Chile, Bolivia y Perú en contra de España, las fragatas españolas realizaron varias incursiones por los canales de Chiloé, en donde la armada chileno-peruana se encontraba oculta. En estos viajes, los marinos españoles dejaron constancia de varios episodios en donde la población chilota los recibió con gran cordialidad, y les manifestaron su nostalgia por la época colonial[6][7]​. Durante este conflicto también existió una conspiración frustrada por parte de grupos huilliches asociados a la Recta Provincia, que buscaron promover la entrega de Chiloé a España en el transcurso de la guerra[8]​.

En 1871, una vez acabada la guerra, el marino chileno Francisco Vidal Gormaz volvería a visitar la zona, y narraría sobre cómo en las islas del Archipiélago de Calbuco aún se mantenía gran lealtad por el gobierno español, y que luego de su interacción con las fragatas en 1866, aún mantenían expectativas que España volviese a retomar el control de la zona[9]​.

Hechos posteriores

Con la progresiva muerte de los testigos de la independencia, el fidelismo fue desapareciendo de la zona y quedando relegado a una existencia testimonial en la cultura y la tradición. Un ejemplo de esto es el escritor ancuditano Abraham de Silva y Molina, quien en 1894 escribió una breve obra sobre la nostalgia colonial de algunos chilotes, y es retratado en 1901 por Pedro Pablo Figueroa como de adhesión monárquica y fiel a la idea de que el único gobierno legítimo de Chiloé era el colonial[10]​.

En 1926, al cumplirse cien años de la anexión de Chiloé a Chile, se levantó un obelisco con la efigie de Antonio de Quintanilla, último gobernador español de Chiloé, y en algunas parroquias se habrían dedicado misas en honor suyo, del rey Fernando VII y de los caídos en las guerras de independencia, aunque esto habría sido un acto más bien simbólico de reconocimiento a la historia de la zona[1]​.

Si bien durante el siglo XX esta manifestación cultural cayó en el olvido, el año 2006 volvió a ser recordada, cuando durante una serie de manifestaciones en contra de la decisión del gobierno de Michelle Bachelet de no construir el Puente de Chacao, el alcalde de Castro salió frente a la prensa con una bandera española, señalando que de no haberse incorporado a Chile en 1826, probablemente Chiloé hubiese estado mejor[11]​.

En mayo del año 2016, durante las protestas por la crisis producto de la marea roja, nuevamente una bandera monárquica causó polémica[12]​, aunque esta vez se trató de la bandera del Batallón de Voluntarios de Castro, milicia realista chilota activa en la zona hasta 1826.

Referencias

  1. a b c d Guarda, Gabriel (1976). «Chiloe y el Fidelismo en Chile». Revista de la Universidad de Chile (38). 
  2. a b Memoria Chilena. «Chiloé colonial (1553-1826)». Consultado el 14 de mayo de 2016. 
  3. Aravena, Ibañez y Orellana (2015). Huellas de Chiloé en Lima. Ediciones 1826. p. 157. 
  4. a b c d Barros Arana, Diego (1856). Las Campañas de Chiloé. Imprenta del Ferrocarril. 
  5. Carolina Herbstaedt M. «Captura de Carelmapu». Academia de Historia Militar de Chile. Consultado el 13 de mayo de 2016. 
  6. Iriondo, Eduardo (1867). Impresiones del viaje de circunnavegación en la fragata blindada Numancia. Gasset. 
  7. de Novo, Pedro (2007). Historia de la guerra de España en el Pacífico. Mairena del Aljarafe : Extramuros. ISBN 978-84-96909-91-5. 
  8. «Causa célebre». El Mercurio de Valparaíso. 15 de septiembre de 1864. 
  9. Vidal Gormaz, Francisco (1871). Esploracion de la costa de Llanquihue i archipiélago de Chiloé, practicada por órden del supremo gobierno. Imprenta Nacional. 
  10. Figueroa, Pedro Pablo (1901). Diccionario biográfico de Chile. Impr. y encuadernacion Barcelona. 
  11. Mur, Robert (27 de julio de 2006). «La Nueva Galicia de Chile quiere volver a ser española». La Voz de Galicia. Consultado el 13 de mayo de 2016. 
  12. Leal, Christian (13 de mayo de 2016). «¿Estaría mejor Chiloé siendo española? Chilote alza bandera de resistencia hispana». Radio BioBio. Consultado el 13 de mayo de 2016. 

Enlaces externos