El Museo Federico Silva Escultura Contemporánea está ubicado en el centro histórico de la ciudad de San Luis Potosí, S.L.P., México, en la calle de Álvaro Obregón No. 80, frente al Jardín de San Juan de Dios. Es reconocido como el museo de escultura contemporánea más influyente en México y de los más relevantes en Latinoamérica. Alberga, como exposición permanente, un importante acervo de la obra escultórica de Federico Silva, y presenta exposiciones temporales de escultores internacionales de altísimo nivel. Cuenta con módulos interactivos para promover el desarrollo escultórico creativo y publica libros y catálogos de los artistas invitados.

Historia

Fue inaugurado el 18 de septiembre de 2003 a instancias del entonces gobernador del estado de San Luis Potosí, Fernando Silva Nieto, como un recinto único en su tipo en América Latina, especializado en la creación tridimensional.

Su nombre rinde mínimo homenaje al talento y generosidad de Federico Silva (1923), extraordinario fabulador estético; referencia obligada en la pintura y la composición volumétrica, quien puso a disposición del pueblo de México un conjunto notable de obras de su autoría que revelan su proceso de fábrica y los resultados hermosos y sorprendentes, siempre próximos a la investigación técnica de gabinete, el cálculo de los diseños y la audacia en la selección de materiales, así como la producción misma de sus ideas sensibles dueñas de profundidad espacial.

Tan relevante repositorio de bienes culturales manifiesta un compromiso con el patrimonio edificado del que fuera importante centro minero novohispano. De allí que su edificio sede haya supuesto restaurar e intervenir la antigua Escuela Tipo en funcionamiento hasta el año 2000, como centro de educación básica (Álvaro Obregón 80, esquina con Juan Sarabia, Jardín San Juan de Dios, Centro Histórico, San Luis Potosí, S.L.P., C.P. 78000, México).

Debido a su importancia histórica y arquitectónica se consideró de manera primordial el proyecto de restauración del inmueble, el cual estuvo a cargo de José Isabel Rodríguez Romero. Su prioridad se basó en la recuperación de espacios de la traza y planta originales, la reestructuración, consolidación, limpieza y reintegración de faltantes, así como la eliminación de agregados que afectaban la morfología concebida por el ingeniero-arquitecto Antonio M. Anza para 300 escolapios en 1904, construida por el ingeniero Octaviano Cabrera Hernández , entre 1905 y 1907. El concepto rector de su rescate se sujetó a respetar la expresión espacial, arquitectónica y urbana del inmueble que alberga el conjunto museográfico.

El proyecto arquitectónico estuvo a cargo de Fernando Torre Silva y del Instituto Estatal de Construcción de Escuelas. La propuesta de intervención contó con los dictámenes de autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y se planteó como objetivo principal incrementar las áreas destinadas a exhibición y tránsito. Así, la adecuación consistió en aportar una cubierta de 1500 m2, basada en elementos de diseño estructural independientes a los originales, permitiendo transformar la azotea en una planta libre. Su expresión contemporánea en el uso de materiales y volumetría establece un sugerente vínculo con el inmueble base y a pesar de que resulta evidente el impacto de la intervención, la visualidad material resultante concilia e integra ritmo, textura, color y proporción entre ambas modalidades constructivas, conservando su protagonismo el estilo fundacional.

Esta relectura de un patrimonio preexistente se enriqueció con el tratamiento del entorno. De tal modo que se procedió a una reestructuración urbana que vertebró al Museo Federico Silva. Escultura Contemporánea con el Jardín de San Juan de Dios . Con tal propósito la calle Álvaro Obregón fue peatonalizada, incorporándose a la explanada de acceso y dando continuidad a la plaza. Esta solución fortalece el espacio público y enfatiza la trascendencia simbólica y paisajística del Monumento al Centenario de la Independencia (1911) que hace de núcleo del área verde y funciona como remate de este auténtico palacete, columna de cantera rematada por un águila devorando una serpiente, proyecto del profesor Pedro Amézquita y lapidaria de los maestros Leocadio Chávez y Gabriel Muñoz.

El solar donde se levanta actualmente el Museo en los rescoldos conservados de la Escuela Modelo , ocupa el sitio de lo que a principios del siglo XVII fuera un hospital atendido por monjes juaninos. Institución de asistencia originada en la donación que hiciera don Juan de Zavala , minero y comerciante originario de Vizcaya, España, propietario de las minas de Santa Clara, la Biznaga y los Muertos, del terreno necesario para su edificación, así como el levantamiento de las casas aledañas para que, con el usufructo de su arrendamiento, se garantizara su mantenimiento. Los permisos y las concesiones para su instalación y funcionamiento serían concedidas por el virrey don Luis de Velasco , marqués de Salinas del Río Pisuerga y el obispo de Michoacán fray Baltazar de Covarrubias y Muñoz . En consecuencia, el 1 de mayo de 1611 se mandató a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios que “fundase un hospital donde se reciban y curen pobres, enfermos, indios y españoles”. En 1898 se convirtió en sede de las oficinas de la aduana, función que conservaría cerca de una década. En 1905 sería demolido el fatigado inmueble para dar paso al establecimiento del prototipo educativo llamado con justicia Escuela Modelo, sobreviviendo únicamente la iglesia contigua, emperifollada en su mampostería por el propio ingeniero Octaviano Cabrera Hernández en 1908 y que desde 1967 forma parte del clero secular bajo la denominación de Nuestra Señora del Rosario y de San Juan de Dios. Hoy día conserva su dignidad edilicia, ajustándose con naturalidad al enclave urbano de un extremo del centro histórico potosino presidido por un área verde histórica que convive con varias piezas, espléndidas todas ellas, del maestro Federico Silva (Premio Nacional de Ciencias y Artes, Campo: Artes Plásticas, 1995).

Directores

A partir de su fundación, el Museo Federico Silva. Escultura Contemporánea ha contado con cuatro gestiones encabezadas por: Regina Boelsterly Urrutia (2003-2006); Minory de León (2006-2007); Carlos Beltrán Briseño (2008-2011); y Enrique Villa Ramírez, desde 2012; mientras que la coordinación museográfica ha estado a cargo de Jorge Guadarrama de la colección permanente para la apertura del recinto (2003); Gerardo García Hurtado (2003-2006); Berenice Sánchez (2007); y Aldo Arellano Paredes (2008 hasta la fecha). Se trata de una célula de divulgación cultural altamente eficaz que, pese a las restricciones presupuestales, naturales en una sociedad rica en patrimonio y pobre en recursos, ha sabido conquistar un sitio de privilegio en el escenario museístico del país, aún frente a monstruos institucionales como los acervos que salvaguardan el INAH y el INBA.