Acariciando lo áspero es el segundo álbum de estudio sacado a la venta por la banda de rockargentinaDivididos. El disco, junto a La era de la boludez, es el que más "éxitos" individuales consiguió, convirtiendo canciones como "El 38", "Ala Delta", "Sábado" y "Azulejo" en clásicos de la banda. El álbum está considerado entre los mejores discos de la banda y difiere del álbum debut marcando un distanciamiento entre el sonido de Sumo y el de Divididos.
Antecedentes y grabación
A la hora de entrar en el estudio, Fede Gil Solá ya estaba a cargo de la batería, acompañando a la dupla heredera de Sumo que conformaban (y aún conforman) Ricardo Mollo y Diego Arnedo; aunque algunos de los temas incluidos en él habían empezado a tomar forma ya en la época en la que el ritmo reposaba en manos de Gustavo Collado. Antecesor de La Era de la Boludez, Acariciando lo Áspero es, en cierto sentido, un despertar plagado de bajos demoledores, coqueteos funk, guitarras voladoras, y una rítmica hipnotizante; pero, además de todo eso, además de ser un pilar fundacional sobre lo que con el tiempo se convertiría en el sonido más característico de la banda, está lleno de temas, hoy devenidos clásicos: "Sábado", "El 38", "Qué Tal", "Ala Delta", "Azulejo", "Paraguay", etc. Incluye también una versión del "Voodoo Child" de Jimi Hendrix (con una licencia que convierte al niño en “Chile”) que al día de hoy sigue siendo ritual en cada una de sus fechas, un homenaje a Hendrix: Mollo toca la canción con los dientes.