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José López Portillo

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José López Portillo y Pacheco
Presidente de México
Mandato: 1 de diciembre de 1976 -
  1 de diciembre de 1982.
Fecha de nacimiento: 16 de junio de 1920
Lugar de nacimiento: Ciudad de México
Fecha de fallecimiento: 17 de febrero de 2004
Lugar de fallecimiento: Ciudad de México
Primera Dama: Carmen Romano
Profesión: Abogado
Partido político: Revolucionario Institucional (PRI)
Precedido por: Luis Echeverría Álvarez
Sucedido por: Miguel de la Madrid Hurtado


José López Portillo y Pacheco (16 de junio de 1920 ? 17 de febrero de 2004) fue un controversial abogado y político mexicano, presidente de la República de 1976 a 1982.

Nació en la Ciudad de México en el seno de una familia de destacados intelectuales. Su abuelo, José López Portillo y Rojas, se había distinguido como intelectual en el siglo XIX, ocupando un lugar en la Academia Mexicana y por algún tiempo ejerció de Ministro en dos polémicos gobiernos conservadores. Su padre, José López Portillo y Weber, había destacado en el campo de las letras, aunque en menor medida que su abuelo, y había contraído matromonio con Rosario Pacheco.

De joven cursó la licenciatura en derecho en la Universidad Nacional de México (ahora UNAM). Contrajo primeras nupcias con Carmen Romano y del matrimonio nacieron tres hijos: José Ramón, Carmen y Paulina. Entró al servicio público en 1959 de la mano del Partido Revolucionario Institucional, la organización que durante la mayor parte del siglo XX dominó de manera absoluta la vida política mexicana. Tras fundar el doctorado en ciencias administrativas en el Instituto Politécnico Nacional (1961) y de escalar jerarquías en el gobierno federal, logró hacerse de la cartera financiera nacional al ocupar el puesto de Secretario de Hacienda de 1973 a 1975. En aquellos años los Presidentes emanados de su partido solían escoger personalmente a su sucesor y José López Portillo fue la opción elegida por el Presidente Luis Echeverría. Los siguientes meses López Portillo realizaría una campaña presidencial sin adversario alguno: el único partido opositor con registro, Acción Nacional, no presentaría candidato como protesta.

En medio de un ambiente tenso López Portillo tomó posesión como Presidente de la República el 1 de diciembre de 1976. No sólo la situación política era difícil, apenas unos días antes el Presidente Echeverría había realizado una de las devaluaciones monetarias más severas que el país hubiese vivido hasta esas fechas. Sin embargo, el nuevo Presidente contaba con varios factores a su favor. A nivel personal, López Portillo era mucho más carismático que su antecesor y pronto se hizo de la buena voluntad popular. Por otro lado, la crisis internacional del petróleo, aunado al descubrimiento de vastas reservas en el Golfo de México, habrían de catapultar a México a uno de los primeros lugares en exportación de crudo por aquellas fechas, atrayendo enormes cantidades de divisas al país en un lapso relativamente corto de tiempo.

Sus principales éxitos se dieron en el área de las relaciones exteriores. A partir de su administración México comenzó a jugar un papel más importante en la toma de las decisiones internacionales. Organizó la Cumbre Internacional Norte-Sur en la ciudad de Cancún para reunir a los líderes del Primer y Tercer mundo en 1981; el país se dedicó a la búsqueda de una paz digna a los conflictos bélicos centroamericanos y por primera vez en la historia, el Papa visitó el territorio mexicano y su misa fue transmitida en vivo por la televisión pública, ambas acciones prohibidas de manera expresa por las leyes de la época y fue López Portillo quien dio los primeros pasos para eliminar la oficialmente jacobina actitud del Estado mexicano ante las iglesias.

Sin embargo, en materia económica su administración se caracterizó por tomar decisiones arbitrarias y financieramente ineptas que detonaron la crisis más severa en la historia de la nación. Contagiado de la euforia de los mercados, el gobierno tramitó una pléyade de préstamos poco responsables, que sumados a la falta de visión y a una corrupción galopante en el gobierno federal terminaron no sólo por reducir a cero los beneficios del petróleo sino a multiplicar la deuda externa y a devaluar en 50 % el valor de la moneda. En los últimos años de su administración, una fuga masiva de capitales producto del pánico suscitado por el mal manejo de la economía pulverizó las reservas internacionales del país y el gobierno se vio forzado a nacionalizar los bancos. Veinte años después, el 80% de la banca mexicana no sólo volvió a ser privatizada sino pasó a manos extranjeras.

En su emotivo sexto y último Informe de Gobierno, explicando el desastre económico y financiero, López Portillo declaró ante el congreso:

Inversión pública ineficiente; gasto público excesivo, despilfarrador e inflacionario; deuda externa excesiva y enajenante; economía petrolizada; política económica equivocada; medidas correctivas desarticuladas y balbuceantes y otras más que son ofensas que no ocuparé? se trata de corregir un gran mal y no del esfuerzo estéril de identificar villanos. Ya nos saquearon. México no se ha acabado, no nos volverán a saquear [1].

López Portillo dejó la presidencia el 1 de diciembre de 1982. Eligió como sucesor a Miguel de la Madrid, un destacado abogado con experiencia en materia económica y el primero de una lista de gobernantes tecnócratas, con una visión orientada al mercado y con estudios en economía realizados en prestigiadas universidades del extranjero. Alejado de la arena política se dedicó a escribir su autobiografía y otros libros con mediano éxito. Su vida privada continuó siendo motivo de escándalo. Tras vivir un tórrido romance con su Secretaria de Turismo, Rosa Luz Alegría, él y su familia se mudaron a una fastuosa residencia en los suburbios de la capital mexicana, lo cual aumentó las sospechas de corrupción. En 1995 se casó por segunda ocasión con la vedette Sasha Montenegro y tuvieron dos hijos.

Sus últimos años fueron difíciles. Paralizado parcialmente por secuelas de una embolia y envuelto en una feroz disputa por la custodia de sus bienes entre sus hijos con la señora Romano y su nueva esposa, confesó en una entrevista al diario capitalino El Universal:

Soy un hombre vencido? soy un hombre sin poder, sin fortuna, sin salud. Pero me quedan los recuerdos, las vivencias. Están conmigo los arrepentimientos pero no hay remordimientos [2].

A la edad de 83 años y víctima de una complicación cardiaca generada por la neumonía que le había enviado al hospital un par de días antes, falleció en la ciudad de México el Martes 17 de febrero de 2004 a las 20:15 horas.

Bibliografía

  • Génesis y Teoría del Estado Moderno (1965)
  • Quetzalcóatl (1965)
  • Don Q (1987)
  • Mis Tiempos (2 tomos, 1988)
  • Umbrales (1997)

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