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Cartografía social

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Taller de Cartografía Social

La cartografía social es un método de producción de mapas sociales colectivo, horizontal y participativo. Esta particularidad, que a primera vista parece responder a la moda actual en los métodos de intervención e investigación, rescata los modos más antiguos de construcción y producción de mapas: el colectivo.

Para López Trigal,

El desarrollo de la cartografía social se explica a partir de varios procesos concurrentes: por una parte, el fracaso de muchos proyectos de desarrollo local, concebidos, diseñados y puestos en práctica por funcionarios y técnicos de organizaciones gubernamentales o no gubernamentales mediante un proceso top down. Este fracaso se suele atribuir al bajo involucramiento de la población beneficiaria en las diversas etapas del proyecto. Por otra parte, es cada vez más evidente la necesidad de la participación social.
[1]

Para Alfredo Carballeda,

La Cartografía Social, también es un instrumento de intervención, no sólo de conocimiento o aproximación, ya que, al actuar tan intensamente con los actores que forman parte de sus procesos de aplicación, generan en éstos nuevas inscripciones y marcas. Este mismo efecto es posible pensarlo a nivel territorial, ya que la Cartografía no sólo describe desde lo objetivo y lo subjetivo, sino que hace ver, aquello que pasa desapercibido, carente de articulación, o sentido inminente, recuperándolo y transformándolo muchas veces en un acontecimiento significativo a nivel territorial.
[2]

Mientras que el mapa tradicional nace normado y se posa en el paradigma de la representación, el mapa social lo hace consensuado sobre la experiencia vivida en un plano común; por su parte, el tradicional es obrado de modo vertical y el social se produce de modo horizontal. No obstante, ambos comparten el problema del poder de la cartografía dado que el cartógrafo es un sujeto social, inmerso en intereses políticos que configuran la realidad social de su tiempo, su conocimiento no es neutro ni imparcial, está inserto en las tramas del poder y su conocimiento es instrumentalizado por aquel.

Por ello, en la cartografía social, el cartógrafo es colectivo; es decir, no hay cartografía sin comunidad. Esta colectivización involucra que los objetos y acciones existentes en el espacio sean compartidas e intercambiadas. Así, cada integrante del obraje advierte nuevos objetos y nuevas acciones. Los cartógrafos sociales del mapa social son aprendices de su propio espacio; espacio que al mismo tiempo se encuentran produciendo.

Actualmente la cartografía social tiene un gran desarrollo, en Latinoamérica, donde se destacan los aportes de Montoya Arango;[3]​ Diez Tetamanti[4][5]​ y García Barón.[6]​ Entre sus influencias más fuertes se encuentra la Psicogeografía, y el Método Cartográfico de Gilles Deleuze y adaptaciones metodológicas como las Kastrup y Passos.

Metodología

Los dispositivos de trabajo pueden variar, a partir de los diferentes enfoques que cada grupo de trabajo. No obstante, se considera que el proceso de creación del dispositivo es siempre colectivo; se trate de un proceso de intervención social, investigación y/o extensión, todos los pasos del dispositivo serán discutidos y consensuados comunitariamente.

Dentro de los elementos metodológicos, se utiliza un derrotero. El derrotero es “una secuencia de aspectos cartografiables y referenciables con un orden escénico que pueda ser sistematizado”. Esto puede verse como una “referencialidad” que colabora como guía con la construcción del texto-mapa y con la lectura del mismo. El derrotero es el código simbólico que permitirá el diseño de la cartografía social. Al mismo tiempo, se explicita el objetivo del trabajo, los destinatarios y todo aquello que desee socializarse con los cartógrafos sociales. De esta manera, el derrotero, constituye la guía central para la tematización, discusión y producción del mapa social. En este se trabaja con formato de “capas” que son diferenciadas con colores. Cada una de ellas puede incluir un sub-tema o elemento a cartografiar. Así, funciona como guía en la “deriva” en términos situacionalistas que proporciona el método cartográfico, puesto que no es una guía estricta y fija, sino la traza de un rumbo por donde irá la discusión y la obra que producirá el mapa.[7]

Variaciones metodológicas

Entre sus variantes, pueden observarse prácticas tales como la cartografía participativa, la cartografía ciudadana y el mapeo colectivo

Referencias

  1. López Trigal, Lorenzo (2015). Diccionario de Geografía Aplicada. Universidad de León. pp. 81-82. ISBN 978-84-9773-722-7. 
  2. Diez Tetamanti, Juan Manuel (2012). «Prólogo». Cartografía Social, Investigación e intervención desde las ciencias sociales, métodos y experiencias de aplicación. Argentina: EDUPA. ISBN 978-987-21581-8-7. 
  3. Montoya Arango, Vladimir. «ANDAR DIBUJANDO Y DIBUJAR ANDANDO: CARTOGRAFÍA SOCIAL Y PRODUCCIÓN COLECTIVA DE CONOCIMIENTOS». 
  4. Diez Tetamanti, Juan Manuel (2012). CARTOGRAFÍA SOCIAL. Investigación e intervención. Argentina: EDUPA. ISBN 978-987-21581-8-7. 
  5. Diez Tetamanti, Juan Manuel (2014). Hacia Una Geografía Comunitaria. Abordajes desde la cartografía social y los sistemas de información geográfica. Argentina: EDUPA. 
  6. García Barón, Catalina. «Barrios del Mundo: Historias Urbanas, La Cartografía Social. Pistas Para Seguir». 
  7. Diez Tetamanti, J.M. - Rocha, E. «CARTOGRAFÍA SOCIAL APLICADA A LA INTERVENCIÓN SOCIAL EN BARRIO DUNAS, PELOTAS, BRASIL». Consultado el 2016.