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Batalla de Fiesole (406)

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Batalla de Fiesole
Parte de la invasión de Radagaiso (405-406)

Representación de la batalla de Fiesole en el Salón de los Quinientos, en el Palazzo Vecchio, 1563-1565.
Fecha Verano de 406[1]
Lugar Fiesole (Italia Italia)
Resultado victoria romana
Combatientes
Godos[2]​ (greutungos),[3][4]vándalos y otros pueblos[5] Imperio romano de Occidente
Foederati godos, hunos y alanos
Comandantes
Radagaiso  (P.D.G.) Estilicón
Sarus (godos)
Uldin (hunos)
Fuerzas en combate
10 000[6]​-20 000[7][8]​ guerreros (estimación moderna) 15 000[9][8]​-20 000[9][10]comitatenses y aliados[10]

La batalla de Fiesole fue un suceso bélico ocurrido en el año 406.[4]​ Se enmarca dentro de la invasión del Imperio romano de Occidente realizada por los godos de Radagaiso entre los años 405 y 406.[4]

Antecedentes

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En el año 401, Radagaiso cruzó el Danubio al frente de un ejército de vándalos y alanos e invadió las provincias de Nórico y Recia.[11]Estilicón se dirigió desde Italia para hacerle frente y pudo rechazar con éxito la invasión.[11]

En los años siguientes, Radagaiso consiguió ser aclamado líder de un numeroso grupo de godos greutungos que huían de los hunos.[12]​ De esta manera, en otoño del 405,[13]​ volvió a invadir el Imperio romano de Occidente al frente de estos godos.[12]​ Buscando sorprender las defensas italianas, el rey godo no perdió tiempo saqueando Nórico o Panonia, aunque los habitantes de esas zonas huyeron al sur cuando supieron de su venida.[10]​ El norte de Italia fue saqueado y se dispersó una multitud de refugiados en todas direcciones.[14]​ Hacia finales del año o inicios del 406, los invasores se dividieron en tres grupos de los cuales, dos parece que abandonaron Italia mientras que el tercero y mayor de ellos, cruzó los Apeninos y sitió Florencia para tomarla y poder abastecerse.[10][15]​ La pequeña guarnición resistió heroicamente[16]​ y detuvo a los atacantes, que se dedicaron a saquear el fértil campo, a apenas 231 kilómetros al norte de Roma.[17]

La invasión fue una sorpresa para las defensas de Italia que no estaban preparadas para detenerla y Estilicón necesitó varios meses para organizar un ejército con la entidad suficiente para enfrentarla con garantías de éxito.[10]

Para ello, se llamó a las legiones que defendían el Rin, se forzaron reclutamientos en Italia e incluso se ofreció la libertad a los esclavos que se alistaran.[18]​ Además de estas tropas, se contó con la caballería alana que había luchado del lado romano durante la anterior invasión de Alarico así como con los godos que habían abandonado a este en la batalla de Verona y siguieron al caudillo Sarus.[18]​ El general romano también esperó la llegada de un contingente huno al mando de Uldin quien, debido a su enfrentamiento con los godos, estaba muy interesado en destruir cualquier ejército de este pueblo que pudiese, pero siempre evitando enfrentarse a Alarico.[4]

Fuerzas enfrentadas

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Mapa del territorio romano al comenzar el siglo V. Sus fronteras están en líneas discontinuas rojas y la invasión de Radagaiso en naranja.

El ejército de Estilicón se componía de apenas 30 numeri,[19]​ equivalentes quince mil soldados como mínimo[8]​ o treinta mil hombres como mucho;[20]​ en la práctica probablemente menos de 20 000 comitatenses,[10]​ luego reforzados por auxiliares hunos,[21][22]​ alanos[19]​ y godos.[21][23]

Aunque las fuentes clásicas hablan de cientos de miles de guerreros bárbaros, ese número es considerado hoy una exageración.[20]Zósimo dice que fueron más de 400 000 celtas y germanos,[24]​ mientras que Paulo Orosio habla de 200 000.[25]​ Eruditos modernos reducen su número a 50 000[7]​ o 100 000[7][26][8]​ guerreros, mujeres, niños y esclavos. Se parece mucho a las afirmaciones de san Agustín de Hipona de 100 000 invasores.[27]​ Téngase en cuenta que se suele estimar que el 20% de la población total de «un grupo bárbaro» estaba habilitada para luchar, aunque algunos autores elevan la proporción al 25%, todos los varones entre 15 y 50 años.[28]​ Como dice un autor: «ciertamente (...) más de 10 000 guerreros».[6]

Batalla

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Una vez reunido el ejército, Estilicón se dirigió desde su base en Pavía hacia el sur para liberar Florencia. Los godos, ante su llegada, abandonaron el sitio y se refugiaron en las colinas de Fiesole, cercanas a la ciudad.[18][1]​ Según Zósimo, el general se negó a esperar el ataque enemigo, cayó sobre ellos sorpresivamente y los destrozó.[29]

El general romano actuó con prudencia ya que quería minimizar las bajas en un ejército reunido tan dificultosamente.[30]​ Por ello, evitó un choque directo y siguió la misma estrategia que en los anteriores enfrentamientos contra Alarico: construyó un sistema defensivo que dejó rodeado a los invasores y esperó a que el hambre los debilitase.[30]​ Para ello trajo a miles de lugareños para ayudar en cavar las trincheras.[31]

Las tropas de Radagaiso intentaron varias veces romper el asedio pero fueron rechazadas por el ejército romano que les infringió graves pérdidas.[30]​ Al parecer, fueron incursiones realizados por cada banda y en números pequeños.[32]​ Igualmente, Estilicón permitió varios ataques de los hunos que aumentaron las bajas entre los sitiados.[30]​ La batalla se convirtió en un desastre para los godos y se estima que murieron más de un tercio de sus efectivos.[4]​ Finalmente, decidieron rendirse a los romanos.[4]​ En definitiva, todos murieron o fueron capturados; según san Agustín, los romanos no sufrieron bajas.[27]​ Radagaiso intentó escapar dejando a sus hombres, pero fue capturado.[33]

Consecuencias

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Representación de la batalla por Friedrich Sustris, siglo XVI.

La victoria fue conmemorada con la construcción de un arco del triunfo.[13]​ Estilicón fue aclamado por segunda vez como el «salvador de Italia»[32]​ y una estatua en su honor se erigió en los Rostra imperiales.[34][35]​ Sin embargo, a pesar de lograr detener la invasión y salvar momentáneamente al Imperio, el encuentro fue menos decisivo de lo que parecía, pues el ejército invasor no fue completamente destruido y sus restos se negaron en volver al norte a enfrentar a los mucho más salvajes hunos.[36]

Unos 12 000 guerreros fueron alistados en el ejército romano y sus familias asentadas en varias ciudades de Italia.[37][38][26][39]​ El resto fue esclavizado y Radagaiso ejecutado el 23 de agosto del 406.[40][38][26][10]​ La llegada masiva de esclavos hizo descender el precio en toda Italia.[41][42][43][44]​ Respecto de los guerreros reclutados por Estilicón, cuando fue ejecutado en 408, esos godos se refugiaron con Alarico, incrementando sus fuerzas.[20]

Eruditos ilustrados como el conde de Buat y Edward Gibbon especularon, aunque sin evidencia que respalde, que una parte importante de la fuerza invasora,[nota 1]​ compuesta de vándalos, alanos,[nota 2]burgundios[nota 3]​ y suevos,[70]​ logró retirarse al norte de los Alpes y el Danubio para reaparecer en la frontera renana, que Estilicón había desguarnecido en 401 para proteger Italia de Alarico.[45]

Sin embargo, no hay evidencia que respalde la teoría. Lo cierto es que una horda cruzó el Rin. Aunque su invasión fue inicialmente resistida por los francos y otros foederati, pronto lograron abrirse paso y devastar la Galia.[45]​ Al parecer, los desplazamientos de los godos de Radagaiso, los hunos de Udin o los burgundios indican que una masa de población se desplazó desde los Cárpatos hacia el oeste, ejerciendo una gran presión sobre las tribus fronterizas con Roma.[49]​ En ese momento la región de Aquitania se perdió definitivamente del control romano. Estas invasiones marcaron el fin de las barreras bien definidas entre bárbaros y romanos y el comienzo del fin del Imperio.[71]

Estilicón fue acusado de planear con los bárbaros la invasión de la Galia[72]​ y fue uno de las razones dadas para su ejecución,[73]​ pues el emperador Honorio afirmó que deseaba debilitar al Imperio para coronar a su hijo Euquerio.[74]

Notas

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  1. Actualmente estimada en 100 000[45]​ a 250 000[46]​ personas, posiblemente 200 000,[47]​ de las que 30 000[48]​ a 50 000[49]​ serían hombres en edad militar. El historiador británico Edward Arthur Thompson los distribuye en 50 000 silingos, 80 000 asdingos, 30 000 a 40 000 alanos y 25 000 suevos,[50]​ sin embargo, otros autores responden con: «Estos cálculos no pasan de ser conjeturas» ó «cálculos numéricos a los que hay que poner muchas restricciones».[51]​ El historiador español Javier Arce dice que aumentaron hasta sobrepasar los 300 000 cuando entraron en Hispania en 409,[52]​ pero su colega estadounidense Bernard Bachrach lo cuestiona por no contar las bajas en batalla.[46]
  2. Se fueron reduciendo hasta los 80 000 vándalos y alanos, según indica un censo realizado por el rey Genserico al cruzar el Mediterráneo,[53]​ debido a los que murieron, desertaron o se asentaron, de ellos un cuarto eran guerreros.[54]​ Esto coincide con la interpretación moderna de Procopio, quien afirmaba que estos pueblos tenían 80 000 guerreros[55][56]​ agrupados bajo el mando de 80 quilarcas o millenarius, jefes de unidades de mil guerreros durante la guerra vándala[55]​ y antes eran 50 000.[56]​ Hoy se considera un error de interpretación, pues estas cifras incluían a las familias,[57][58]​ así que los vándalos tendrían 15 000[8][59]​ a 30 000[60]​ efectivos, probablemente 20 000.[60][8][59]
  3. En tanto los burgundios, cuando llegaron al Rin en 370 eran 80 000 personas según san Jerónimo[61]​ u 80 000 guerreros en 406 según Orosio.[62]Próspero de Aquitania dice que en 436 Flavio Aecio animó a mercenarios hunos a atacar a los burgundios, dando muerte al rey Gundahario, a 20 000 guerreros y la mayoría de su pueblo.[63]​ Dominique Jamet cree en el primero y asume que sólo tenían 20 000 guerreros;[64]​ Peter Heather tiene una postura similar sobre las fuentes y cree que no podían pasar de 15 000 varones burgundios.[8]​ Basado en el segundo, Albert Jahn en su Die Geschichte der Burgundionen und Burgundiens (1874), los numera en 300 000 personas (80 000 hombres en el Rin, 20 000 hombres quedaron en sus hogares, 50 000 mujeres casadas y 150 000 solteras, ancianos y niños).[65]Hans Delbrück sospecha de estos números, pues en 430 3000 burgundios vencieron a más de 10 000 hunos y mataron a su rey, Octar.[66]​ ¿Si podían movilizar más, por qué no lo hicieron? Delbrück asume que no tenían tanta población.[67]​ Quizás sólo podían poner en armas 5000 hombres,[68]​ lo que supone una población de 25 000 personas.[69]

Referencias

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  1. a b Alemany, 2000, p. 110.
  2. Bury, 1923, p. 161.
  3. Bury, 1923, p. 167-168.
  4. a b c d e f Wolfram, 1990, p. 169.
  5. Bury, 1923, p. 160.
  6. a b Heather, 1991, p. 14.
  7. a b c Hughes, 2015, p. 164.
  8. a b c d e f g Heather, 2006, p. 258.
  9. a b Hughes, 2015, p. 166.
  10. a b c d e f g Bury, 1923, p. 168.
  11. a b Bury, 1923, pp. 160-161.
  12. a b Wolfram, 1990, p. 160.
  13. a b Chaffin, 1993, p. 8.
  14. Ravegnani, 2006, p. 52.
  15. Crónica Gala s. a. 405
  16. Gibbon, 1932, p. 1069.
  17. Gibbon, 1932, p. 1068-1069.
  18. a b c Gibbon, 1984, p. 314.
  19. a b Zósimo 5.26.4 (Ridley, 2017: 113)
  20. a b c Wolfram, 1990, p. 170.
  21. a b Código Teodosiano 7.13.16-17
  22. Orosio, 7.37.12; Zósimo 5.26.4 (Ridley, 2017: 113)
  23. Orosio 7.37.12
  24. Zósimo 5.26.3 (Ridley, 2017: 113)
  25. Orosio 7.37.4
  26. a b c Demandt, 2007, p. 175.
  27. a b Agustín 5.23 (Zema, 2008: 294)
  28. Bachrach, 2014, p. 3, 6.
  29. Zósimo 5.26.5 (Ridley, 2017: 113)
  30. a b c d Gibbon, 1984, p. 315.
  31. Gibbon, 1932, p. 1070.
  32. a b Gibbon, 1932, p. 1071.
  33. Orosio 7.37.15
  34. Ravegnani, 2006, p. 53.
  35. CIL VI, 1196
  36. Gibbon, 1932, p. 1072.
  37. Orosio 7.37.13
  38. a b Wolfram, 1990, pp. 169-170.
  39. Hughes, 2015, p. 165.
  40. Próspero s. a. 406
  41. Orosio 7.37.16
  42. Paulino cap. 50 (Kaniecka, 1928: 172-173)
  43. Olimpiodoro fr. 9
  44. Consularia Italica s. a. 405
  45. a b c Pennell, 1876, p. 124.
  46. a b Bachrach, 2014, p. 9.
  47. Bachrach, 2014, p. 6, 9.
  48. Morin, 2014, p. 83.
  49. a b Bachrach, 2014, p. 6.
  50. Thompson, 2002, p. 159.
  51. Arce, 2005, p. 104.
  52. Arce, 2005, p. 71-72.
  53. Víctor 1.2.14-15 (Halm, 1879: 2)
  54. Bachrach, 2014, p. 10-11.
  55. a b Procopio Historia Arcana 18.6
  56. a b Procopio Guerra vándala 3.5.18-19 (Gómez, 2000: 43-44)
  57. Gómez, 2000: 113, nota 106
  58. Bachrach, 2014, p. 35.
  59. a b Gómez, 2000: 113, nota 107
  60. a b Bachrach, 2014, p. 34.
  61. Jerónimo 2389, Olimpiada 288.ª (Pearse, 2005: 329)
  62. Orosio 7.32.11
  63. Próspero s. a. 436
  64. Jamet, 1996, p. 38.
  65. Perrin, 1968, p. 186.
  66. Sócrates 7.30
  67. Delbrück, 1990, p. 290.
  68. Delbrück, 1990, p. 291.
  69. Favrod, 2002, p. 50-51.
  70. Orosio 7.38.3
  71. Gibbon, 1932, p. 1073.
  72. Orosio 7.38.4
  73. Orosio 7.38.5
  74. Orosio 7.38.6

Bibliografía

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Inscripciones

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Antigua

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  • Agustín de Hipona. La ciudad de Dios. Libro 5. Versión basada en traducción latín-inglés por Demetrius B. Zema & Gerald G. Walsh, introducción de Etienne Gilson, Washington DC: Catholic University of America Press, 2008. ISBN 9780813215549. Véase versión latina en The Latin Library.
  • Código Teodosiano. Libro 7. Versión digitalizada en Ancient Rome. Edición latina de Theodor Mommsen, Berlín: Weidmann, 1905.
  • Consularia Italica. Colección moderna de varias listas de los fasti consulares. Edición latina de Theodor Mommsen, Berlín: Weidmann, 1892.
  • Chronica Gallica de 452. Una continuación de la Crónica de san Jerónimo. Edición latina en Auctorum antiquissimorum, por Theodor Mommsen, tomo IX de Monumenta Germaniae historica (MGH), Berlín: Weidmann, 1892.
  • Jerónimo. Crónica. Edición digital en Early Church Fathers. Basada en traducción latín-inglés por Roger Pearse, Ipswich: The Tertullian Project, 2005.
  • Olimpiodoro de Tebas. Historias (Fragmentos). De la obra original de 22 libros sólo quedan fragmentos.
  • Paulino de Milán. Vita sancti Ambrosii. Basada en traducción latín-inglés e introducción de Mary Simplicia Kaniecka, Washington DC: The Catholic University of America, 1928.
  • Paulo Orosio. Historia contra los paganos. Traducción latín-inglés, introducción y notas por A. T. Fear, 2010, Liverpool University Press. ISBN 9781846312397. Véase Libro 7. Versión en latín de Attalus, basada en edición de Karl Friedrich Wilhelm Zangemeister, 1889, Viena, corregida por Max Bänziger.
  • Procopio de Cesarea. Guerra vándala. Libros 3 y 4 de Historia de las guerras. Basada en traducción griego-español por Francisco Javier Gómez Espelosín. Asesoría de Carlos García Gual. Madrid: Editorial Gredos, 2000. ISBN 978-84-249-2276-4.
  • Procopio de Cesarea. Historia Arcana. Edición latina en Perseus por Michael Krascheninnikov, Tartu: Mattiesen, volumen 5, 1899.
  • Próspero de Aquitania. Crónica. En Chronica Minora, el volumen I de Monumenta Germaniae historica (MGH), edición latina de Theodor Mommsen, Berlín: Weidmann, 1892.
  • Sócrates de Constantinopla. Historia eclesiástica. Libro 7. Digitalizado en New Advent. Basado en traducción griego-inglés de A.C. Zenos, volumen 2 de Nicene and Post-Nicene Fathers, editado por Philip Schaff y Henry Wace, Búfalo: Christian Literature Publishing Co., 1890. Digitalizado y editado por Kevin Knight.
  • Víctor de Vita. Historia de la persecución de la provincia de África en tiempo de Genserico y de Hunérico, reyes de los vándalos. Edición latina del libro 1, en tomo III de Monumenta Germaniae Historica, por Karl Felix von Halm, Berlin: Hahnsche Buchhandlung, 1879.
  • Zósimo. Nueva Historia. Libro 5. Basado en traducción griego-inglés por Ronald T. Ridley, 2017, Brill. ISBN 9789004344587. Véase también versión digitalizada por Tertullian, basada en traducción griego antiguo-inglés por autor anónimo, preparado por J. Davis, Londres: W. Green & T. Chaplin, 1814. Véase versión en español basada en introducción, traducción griego antiguo-español y notas por José María Candau Morón, colaboración de Carlos García Gual y José A. Ochoa Anadón, Madrid: Editorial Gredos, 1992.

Moderna

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