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Danaides

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Óleo sobre lienzo de John William Waterhouse: Las danaides. 1903.

En la mitología griega, las danaides (en griego Δαναΐδες) fueron las cincuenta hijas del rey Dánao. Ovidio se refiere a ellas, en Las metamorfosis, como las bélides, en alusión al padre de Dánao y abuelo de las mismas, Belo. Tzetzes dice que Dánao engendró a las cincuenta muchachas con Europa, una de las náyades e hija del Nilo.[1]​​ De entre todas las danaides destacan solamente dos: Hipermestra y Amimone.

Respecto a las ceremonias rituales de Deméter, que los griegos llaman Tesmoforias, las hijas de Dánao fueron las que trajeron consigo esos ritos de Egipto y los enseñaron a las mujeres pelasgas.[2]Hesíodo dice que las danaides enseñaron el arte de perforar pozos y que gracias a ellas la ciudad de Argos, que padecía de una sequía atroz, se hizo una ciudad rica en agua y abundante en pozos.[3]

Esquilo escribió una tetralogía de tragedias acerca de las hijas de Dánao: Las Suplicantes, llegada a nosotros, Los Egipcios, Las Danaides y el drama Amimone.

Huida a Argos

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De múltiples mujeres tuvieron Egipto cincuenta hijos y Dánao cincuenta hijas. Más tarde, al surgir entre ellos rivalidad por el trono, Dánao, por temor a los hijos de Egipto, construyó el primero una nave con el consejo de Atenea, y embarcando en ella a sus hijas huyó. Al arribar a Rodas erigió la estatua de Atenea Lindia. Desde allí y tras desembarcar en Epidauro, marchó a Argos, donde Gelánor, entonces rey, le cedió el trono; una vez adueñado del país llamó dánaos a sus habitantes. Como la tierra estaba yerma, pues Poseidón, encolerizado con Ínaco por declarar que el país pertenecía a Hera, había secado incluso las fuentes, Dánao envió por agua a sus hijas. Una de ellas, Amimone, mientras buscaba, lanzó una flecha a una cierva y alcanzó a un sátiro dormido, el cual despertó y quiso forzarla. Al aparecer Poseidón el sátiro huyó y Amimone yació con el dios, quien le reveló las fuentes de Lerna.[4]

Los hijos de Egipto llegaron a Argos, exhortaron a Dánao a poner fin a su enemistad y le pidieron a sus hijas en matrimonio. Dánao, aunque desconfiaba de sus propósitos y guardaba un rencor por su exilio, consintió y distribuyó a las muchachas.[5]​ Otros dicen que tres de las hijas de Dánao murieron durante su estancia en Lindo, pero las restantes zarparon rumbo a Argos junto con su padre Dánao.[6]

Bodas de las danaides

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Una vez que hicieron el sorteo de los matrimonios Dánao celebró el banquete y proporcionó cuchillos a sus hijas. Estas degollaron a sus esposos mientras dormían, excepto Hipermestra, quien salvó a Linceo porque había respetado su virginidad; por ello Dánao la encerró manteniéndola vigilada. Las otras danaides enterraron las cabezas de sus esposos en Lerna y tributaron honras fúnebres a los cuerpos ante la ciudad. Atenea y Hermes las purificaron por mandato de Zeus. Más tarde Dánao unió en matrimonio a Hipermestra y a Linceo y asignó las restantes hijas a los vencedores de una competición atlética.[5]​ Tras la muerte de su padre se casaron con varones argivos; los nacidos de éstos fueron llamados «dánaos».[7]​ Otros dicen que Amimone tampoco mató a su marido.[8]

A continuación se citan las consortes de Dánao y cada una de las danaides que nacieron de cada unión, según la Biblioteca mitológica:[5]

Con Elefantis y con Europa:

«Reservaron a Hipermestra, que era la mayor, para Linceo, y a Gorgófone para Proteo, pues éstos le habían nacido a Egipto de una mujer de linaje real, Argifía. De los restantes, Busiris, Encélado, Lico y Daifrón lograron las hijas que Dánao había tenido de Europa: Autómate, Amimone, Ágave y Escea; éstas le nacieron a Dánao de una princesa, pero Gorgófone e Hipermestra habían nacido de Elefantis».

Con Atlantea y con Febe:

«Istro obtuvo a Hipodamía, Calcodonte a Rodia, Agénor a Cleopatra, Queto a Asteria, Diocoristes a Hipodamía, Alces a Glauce, Alcménor a Hipomedusa, Hipótoo a Gorge, Euquénor a Ifimedusa, Hipólito a Rode; estos diez habían nacido de una mujer árabe y las doncellas de ninfas hamadríades, unas de Atlantea y otras de Febe».

Con una mujer etíope:

«Agaptólemo recibió a Pirene, Cércetes a Dorio, Euridamante a Fartis, Egio a Mnestra, Argio a Evipe, Arquelao a Anaxibia, Menémaco a Nelo; estos siete eran hijos de una mujer fenicia, y las muchachas de una etíope».

Con Menfis:

«Los hijos de Tiria eligieron sin sorteo a las hijas de Menfis por la semejanza de sus nombres: Clito a Clite, Esténelo a Esténele, Crisipo a Crisipe».

Con Polixo:

«Los doce hijos de la ninfa náyade Caliadna obtuvieron por sorteo a las hijas de la ninfa náyade Polixo; los hijos eran: Euríloco, Fantes, Perístenes, Hermo, Driante, Potamón, Ciseo, Lixo, Imbro, Bromio, Políctor y Ctonio; y las muchachas: Autónoe, Téano, Electra, Cleopatra, Eurídice, Glaucipe, Antelea, Cleodora, Evipe, Érato, Estigne y Brice».

Con Pieria:

«Los hijos de Egipto nacidos de Gorge consiguieron las hijas de Pieria; y Perifante obtuvo a Actea, Eneo a Podarce, Egipto a Dioxipe, Menalces a Adite, Lampo a Ocípete, Idmón a Pilarge».

Con Herse y con Crino:

«Los más jóvenes eran éstos: Idas que recibió a Hipódice, Daifrón a Adiante (la madre de ellas era Herse), Pandión a Calídice, Arbelo a Eme, Hiperbio a Celene, Hipocoristes a Hiperipe; la madre de ellos fue Hefestine y la de ellas Crino».

Higino también cita un catálogo de danaides con sus consortes, en una lista prosaica. La lista está plagada de lagunas, faltan nombres y algunos de ellos se han conservado corruptos (indicados con cursiva). Sea como fuere, la lista comprende, a saber:[7]

Midea a Antímaco. Filomela a Pantio. Escila a Proteo. Anficónome a Plexipo. Evipe a Agenor. Demoditas a Crisipo. Híale a Perio. Trite a Encélado. Damone a Amíntor. Hipótoe a Óbrimo. Mirmídone a Míneo. Erídice a Canto. Cleo a Asterio. Arcadia a Janto. Cleopatra a Metalces. Fila a Filino. Hiparete a Proteonte. Crisótemis a Astérides. Pirante a Atamante. Armoasbo. Glaucipe a Niavio. Demófila a Pánfilo. Autódice a Clito. Políxena a Egipto. Hécabe a Driante. Acamántide a Ecnomino. Arsalte a Efialtes. Monuste a Eurístenes. Amimone a Midano. Hélice a Evídeas. Eme a Polidéctor. Polibe a Itónomo. Helicta a Caso. Electra a Hiperanto. Eubule a Demarco. Daplídice a Pugnón. Hero a Andrómaco. Europompe a Atletes. Pirántide a Plexipo. Critomedía a Antípafo. Pirene a Dólico. Eufeme a Hiperbio. Temistágora a Podasimo. Celeno a Aristónoo. Ítea a Antíoco. Érato a Eudemonte.

Pausanias nos dice que, efectivamente, Dánao inventó esto para sus hijas: como nadie quería casarse con ellas a causa de su crimen, Dánao anunció que las daría en matrimonio sin dar dote al padre de la novia a cada uno la que le gustase por su belleza. Instituyó una competición de carreras entre los no muchos hombres que llegaron, y el primero que llegó pudo elegir antes que los otros, y después de él el segundo, y así hasta el último; las hijas que quedaban debían esperar a que llegaran otros pretendientes y otro certamen de carreras.[9]

Muerte y condena en el Averno

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Algunos alegan que el propio Linceo, el esposo de Hipermestra, mató al resto de danaides con sus propias manos, en venganza por la muerte de los hijos de Egipto.[10]​ Las cabezas de las muchachas fueron enterradas en Larisa y el resto de los cuerpos en Lerna.[11]​ Tras su muerte, las danaides fueron juzgadas y declaradas culpables del asesinato de sus esposos. Fueron condenadas a llenar de agua con un cedazo un tonel que no tenía fondo. La única que se salvaría del castigo eterno sería Hipermnestra.[12]Luciano nos cuenta que, al parecer, este castigo ya se hizo proverbial: «como dice el refrán, cuanto más se saca más lleno está, o al revés, como el tonel de las danaides, que no almacenaba el agua que echaban dentro, sino que fluía sin parar».[13]​ También se cuenta que Orfeo, en su catábasis al inframundo, logró con su prodigiosa música detener durante un tiempo las condenas de los reos; pues también a las muchachas, aunque sea durante unos instantes, se les quedó el cántaro seco, mientras escuchaban embelesadas los cantos del aedo.[14]​ Esta condena ha sido utilizada como símbolo del dilema entre la obligación de obedecer los deseos del padre, y la prohibición de matar, añadiendo el agravante de cometer mariticidio. Sin embargo, en el Averno, las tornas cambiarían, y el juicio daría como resultado la absolución de la desobediente, y la condena de las asesinas.

Otras danaides

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Algunas de las danaides no aparecen mencionadas en el episodio mitológico que involucra a Dánao y sus hijas. Estas son:

Danaide Descendencia y particulariades
Anaxítea Madre de Óleno por obra de Zeus.[15]
Anfimedusa Madre de Eritrante, el epónimo de Eritras, por obra de Poseidón.[16]
Autómate Se desposó con Arquíteles, uno de los dos hijos de Aqueo.[17]
Escea Se desposó con Arcandro, uno de los dos hijos de Aqueo. Tuvieron un hijo llamado Metanastes, que significa «emigrado o forastero», pues Arcandro había llegado de tierras lejanas.[17]
Eurítoe Uno de los nombres que se barajan como madre de Enómao en su unión con Ares.[18]​ Otros dicen que fue la consorte de Enómao y madre de Hipodamía.[19]
Faetusa Una de las posibilidades que se barajan como la madre de Mírtilo en su unión con Hermes.[18][20]
Filodamía Del fundador de Feras o Faras, llamado Faris, era hijo de Hermes y de Filodamía, hija de Dánao. Faris no tuvo hijos varones, pero sí una hija, Telégone. Los mesenios dicen que Telégone fue la que dio a luz a Ortíloco de Alfeo.[21]
Fisadea Al igual que sus hermanas Amimone e Hipe, dio su nombre a una fuente.[22]
Hipe Dio su nombre a una fuente, al igual que sus hermanas Fisadia y Amimone.[22]
Hipodamía Madre de Óleno por Zeus (y acaso la misma que Anaxítea, antes citada).[23]
Isónoe También denominada como Isínoe o Hesíone. Se convirtió en la madre de Orcómeno, ora con Zeus, ora con Eteocles[24]​ o bien tuvo a Crises.[23]​ Dio su nombre a uno de los satélites de Júpiter, Isonoé.
Polidora Una ninfa madre del rey Dríope en su unión con el río Esperqueo.[25]
Side Dio su nombre al pueblo laconio homónimo.[26]

Véase también

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Notas

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  1. Tzetzes, Quilíadas § 7.370
  2. Heródoto: Historias II 171, 3
  3. Eustacio: A Homero, 461, 2; citando como referencia a Hesíodo (Catálogo de mujeres).
  4. Pseudo-Apolodoro: Biblioteca mitológica II 1, 4
  5. a b c Biblioteca mitológica II 1, 5
  6. Diodoro Sículo: Biblioteca histórica V 58, 1
  7. a b Higino: Fábulas, 170
  8. Esquilo: Las suplicantes, passim
  9. Pausanias III 12, 2
  10. Escolio a Eurípides, Hécuba, 886
  11. Pausanias II 24, 2
  12. Higino: Fábulas, 168
  13. Luciano: Hermótimo o Sobre las sectas, 61
  14. Horacio: odas III, 11
  15. Esteban de Bizancio, Étnica voz «Óleno»
  16. Escolio sobre Homero, Ilíada, 2. 499
  17. a b Pausanias, Descripción de Grecia, VII 1, 3
  18. a b Escolio sobre Apolonio de Rodas, Argonáuticas 1.752
  19. Tzetzes, "sobre Licofrón", Alejandra 157
  20. Ferécides, fr.37a
  21. Pausanias, Descripción de Grecia 4.30.2
  22. a b Calímaco, himno V (a Atenea), 47–48
  23. a b Clemente de Alejandría, Reconocimientos 10.21
  24. Escolio sobre Apolonio de Rodas, Argonáuticas 1.230
  25. Antonino Liberal, Metamorfosis, 32
  26. Pausanias, Descripción de Grecia 3.22.11
  27. a b Pseudo-Plutarco, Historias paralelas (Parallela minora) 33
  28. Escolio a Píndaro: olímpicas I, 144
  29. Tzetzes, sobre Licofrón, 77

Enlaces externos

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