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Piedras de Ica

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Las Piedras de Ica son una colección de piedras de los Andes del Perú, que la ciencia considera un fraude. Estas piedras se caracterizan por estar decoradas con supuestos antiguos dibujos de dinosaurios y artefactos tecnológicos avanzados.

Historia

Fue Javier Cabrera quien dio a conocer estas piedras. Este médico peruano dice haber recibido una supuesta extraña piedra grabada como regalo de cumpleaños. Posteriormente Cabrera dice que identificó el grabado como un dibujo de un pez que se había extinguido hacía millones de años.

Las piedras llamaron la atención de Carlos y Pablo Soldi, dos coleccionistas de objetos de este tipo que no habían conseguido que la comunidad arqueológica se interesara con sus no ortodoxas conclusiones, pero encontraron en Cabrera un aliado para su causa. Los Soldi le vendieron 341 piedras similares. Igualmente Cabrera también dice haber encontrado en seguida otro proveedor, llamado Basilio Uchuya. De éstas y otras fuentes, y durante los siguientes treinta y cinco años, habrían obtenido más de 15.000 piedras grabadas.

Sin embargo a pesar de que han tratado de decir que estas piedras son antiguas, la comunidad científica luego de estudiarlas, ha demostrado que sólo son un fraude.

Las piedras

Las piedras representan una amplia variedad de escenas: dinosaurios, tecnología avanzada, cirugías, mapas, y hasta pornografía. Si bien estas escenas pueden ser ambiguas, muestran conocimientos de cosas que, según la ciencia moderna, son totalmente anacrónicas (ver Oopart). Todo esto ha llamado la atención de gente que tiende a dudar de la ciencia moderna, como los creacionistas, los que buscan justificaciones históricas para la mitología, o los creyentes en la ufología.

Cabrera describió muchas de las escenas en un ensayo, para poder contar la historia de la supuesta civilización que, según él, había creado las piedras. Creía que estas tecnologías antiguas pertenecieron a lo que él llamó el Hombre de Gliptolithic, una supuesta raza extraterrestre. Según la historia descrita por Cabrera, esta raza habría llegado hace mucho tiempo, el suficiente como para coexistir con los dinosaurios, y creó genéticamente al hombre moderno. Algún tiempo después, se habrían marchado a otro planeta, antes de que ocurriera alguna catástrofe planetaria.

En la actualidad aún sigue el comercio de piedras que pueden encontrarse en Lima, Ica, Ocucaje, Santiago y otros municipios del departamento de Ica. La mayor colección de piedras puede verse en Ica, en la plaza de armas de la ciudad, previa cita telefónica con Enma, la secretaria del difunto doctor Javier Cabrera Darquea.

¿Autenticidad?

Según se dice, estas piedras habrían sido encontradas en cuevas y corrientes de agua. Pero al ser rocas y no contener ningún material orgánico, no se les puede aplicar la datación por carbono 14. Además, los lugares donde supuestamente se hallaron no han sido revelados, con lo que tampoco es posible averiguar su edad basándose en su estrato geológico. Sin embargo, asumiendo que las rocas fueran tan antiguas como se dice, los grabados no tendrían por que ser de la misma época, ya que no están directamente relacionadas ambas dataciones de fecha.

Neil Steede, un arqueólogo que investigó las piedras de Ica para Los Misteriosos Orígenes de Hombre (una película que intenta demostrar que el hombre apareció mucho antes de lo que se cree actualmente), no encontró ninguna capa de corrosión química sobre los grabados, sugiriendo que los grabados eran realmente más recientes que las rocas.

En 1977, en el documental de la BBC El Sendero de los Dioses se le hizo una entrevista a Basilio Uschuya, que fabricó una "auténtica" piedra de Ica con el taladro de un dentista y añadió la capa exterior cociendo la piedra en un horno con estiércol de vaca, todo ello en un tiempo récord. Sin embargo, en 1996, se publicó otro documental de la BBC con un análisis escéptico sobre las piedras.

El aumento de atención sobre el caso llevó a las autoridades del Perú a detener a Basilio Uschuya. Según la ley peruana, es ilegal vender descubrimientos arqueológicos. Basilio negó que las hubiera encontrado y reconoció que eran falsificaciones que él y su esposa habían creado. Así, no fue castigado, y siguió vendiendo las piedras a los turistas como baratijas. Confirmó que las había falsificado durante una entrevista con Erich von Däniken, pero se retractó durante una entrevista posterior con un periodista alemán. Los creyentes en la veracidad de las piedras sin embargo creen que no obstante, la explicación del fraude no tendría en cuenta la edad de Basilio ni el tiempo que requiere fabricar una de estas piedras. El huaquero podría haber hecho, en toda su vida, unas 10.000; pero se acercan a las 40.000 las que se han catalogado hasta ahora. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a pesar de la poca confianza y el escaso incentivo económico que pudiera tener Basilio para falsificar las piedras, no era el único proveedor, y no todas las piedras muestran los anacronismos que las hacen tan discutibles.

Los creyentes igualmente indican que en el año 1966, Santiago Agurto Calvo, arquitecto y ex rector de la Universidad de Ingeniería de Lima también habría recolectado numerosas piedras durante años, ya que poseería una colección de piedras grabadas, extraídas, según se dice, de diversos enterramientos pertenecientes a las culturas Paracas, Ica, Nazca y Tiahuanaco; lo que según los creyentes sería un hecho que confirmaría la sacralización de que fueron objeto las piedras por parte de estas culturas. Sin embargo estos indicios al no ser probados no han valido para despertar el interés de la comunidad científica para que se investiguen nuevamente estos hallazgos arqueológicos que ya fueron identificados como fraudulentos.

Pruebas del fraude

El investigador español Vicente Paris, tras cuatro años de investigaciones, ofreció en 1998 las evidencias que demostraron que las piedras son realmente un fraude. Entre las pruebas presentadas por este investigador se encuentran microfotografías de las piedras que muestran restos de pinturas actuales, así como el uso de papel de lija.

Otros análisis que apoyan la existencia del fraude, es que entre los grabados que muestran estas piedras, las imágenes sobre los dinosaurios solo representa a los dinosaurios más conocidos y populares en la época que fueron dadas a conocer (triceratops, tiranosaurio, brontosaurio, estegosaurio y el pteranodon (el más conocido representante de los pterosaurios)), y se comete el error de juntar dinosaurios de diferentes periodos geológicos y lugares de la tierra; además de errores anatómicos en estos animales.

Nuevos estudios

A pesar de lo difícil que es para la comunidad científica creer en su autenticidad, también lo es demostrar su origen fraudulento sin caer en el nihilismo, por lo que las piedras de Ica continúan siendo objeto de estudio, tanto para neófitos como para expertos, hasta el punto de probar distintas técnicas que puedan arrojar alguna luz que decida o no su autenticidad. Esto es así ya que según el método científico, si bien algunas de ellas fueron "fabricadas" por la picaresca, con otras no se cumple fehacientemente el pricipio de falsacionismo, lo que implica que la teoría sobre un origen remoto puede ser aceptada provisionalmente aunque no sea verificada.

Recientemente se ha conseguido datar un origen en el tiempo para los cinco ejemplares encontrados en una excavación realizada en el año 2001 por el investigador alicantino Felix Arenas Mariscal, que fueron remitidos al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y a la Universidad Autónoma de Madrid, quienes en colaboración con la Universidad de Alicante las han fechado en una antiguedad de 99.000 años, mediante la aplicación de una técnica de datación por termoluminiscencia.

Véase también

Enlaces externos