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Aullido

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Aullido
Aullidos de varios lobos.

Un aullido o aullo[1]​ es la voz más común producida por los lobos y sus cachorros; así como por chacales, coyotes y dingos. Otros cánidos, como los perros domésticos y los zorros, y otros animales como las hienas, también pueden aullar, aunque no es su sonido predominante.

Onomatopeyas y otras cuestiones lingüísticas

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«Auuu» es la onomatopeya más frecuente en español para un aullido.[2]​ El verbo asociado habitual es «aullar»,[3][4]​ aunque también se documenta «otilar» como regionalismo de Aragón.[3][5]

El aullido de los lobos

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Lobo blanco en la postura característica del aullido, con el cuello doblado y mirando a lo alto.

Los lobos (Canis lupus) pueden aullar solos o en grupo, con varias intenciones: comunicativas, emotivas o sociales.[6]​ La más habitual es de las primeras: simplemente averiguar dónde se encuentra el resto de su jauría.[7]​ También usan el aullido para advertir a otros grupos de lobos que están invadiendo el territorio de su manada;[7][6]​ y para comunicarse con otros grupos de la especie.[6]​ Como acto emotivo, el aullido puede expresar tanto alegría —nacimiento de una camada, abundante caza...— como tristeza —ancianos abandonados por el grupo...—.[6]​ Entre las funciones más sociales del aullido se cuentan «arengar» al resto de la manada antes de salir de caza,[7]​ atraer los machos a las hembras, tranquilizar a sus cachorros o ahuyentar a un macho aislado indeseado.[6]

El aullido es característico y distinguible en cada individuo de la especie.[7]​ De hecho, el aullido de los individuos dominantes —macho y hembra alfa— suele ser largo y sostenido; mientras que los individuos de baja posición intercalan aullidos breves con quejidos o ladridos.[6]​ También varía según el mensaje que el lobo quiera comunicar, hasta el punto que un oído entrenado es capaz de entenderlos. Parece ser que los esquimales son capaces de saber si un próximo visitante es aborigen o extraño por los aullidos de los lobos del entorno.[8]

El aullido de otros cánidos

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Coyote

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Las llamadas de los coyotes (Canis latrans) son agudas, y se pueden clasificar en aullidos —una nota larga que sube y que cae— y chillidos —una serie de notas cortas—. Estas llamadas se oyen por lo general al crepúsculo o por la noche, y con menos frecuencia durante el día. Aunque las llamadas se realizan todo el año, son más comunes durante la estación de acoplamiento de la primavera y durante el otoño, cuando los cachorros salen de sus familias para establecer territorios nuevos. El aullido es engañoso; debido a las características del sonido a la distancia, puede parecer que el coyote está en un lugar, cuando realmente se encuentra en otra parte. En otras circunstancias, los coyotes también emiten gañidos y ladridos.

Dingo

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Los dingos (Canis lupus dingo) no ladran tanto como los perros domésticos, pero a cambio aúllan mucho y frecuentemente, como los lobos. Se han reconocido tres aullidos básicos con diez variaciones.[9]​ El aullido se emplea tanto para atraer a miembros de la manada como para repeler intrusos.[9]​ En aullidos corales, el tono del aullido incrementa de acuerdo al número de participantes.[9]​ Los dingos machos marcan territorio más frecuente que las hembras, y esto aumenta en temporadas de reproducción.[9]

El aullido como elemento cultural

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Pirograbado de un lobo aullando a la Luna, mito alimentado por la postura de la imagen anterior.

El aullido es el sonido más característico de los lobos,[7]​ y al ser su uso por los animales tan frecuente y poder oírse a kilómetros de distancia[7]​ es muy fácil oírlo en territorio lobero. Esto y sus connotaciones (sonido triste y lastimero de un animal considerado como agresivo para el hombre) hacen que el aullido haya contribuido a la mitología y folclore del lobo.

Existe un mito muy extendido que afirma que los lobos aúllan a la luna llena. Su origen puede estar en el hecho de que el animal ha de doblar el cuello hacia arriba para hacer su aullido más eficaz, posición que le permite emitirlo a un volumen mucho mayor.[7]​ Sin embargo, el aullido no tiene nada que ver con la luna, los lobos aúllan con la misma frecuencia e intensidad en cualquier fase lunar.[6]​ De hecho, también aúllan de día, aunque menos frecuentemente porque el atardecer y el amanecer son el periodo de mayor actividad de esta especie.[7]

Véase también

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Referencias

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  1. Del Hierro, ed. (1726). Diccionario de la lengua castellana en que se explica el verdadero de las voces.... p. 485. Consultado el 17 de octubre de 2012. 
  2. Martínez de Sousa, José (2011). «Onomatopeyas». IES Castellet. Consultado el 17 de octubre de 2012. 
  3. a b Casado Velarde, Manuel (2009). Solidaridades léxicas y cohesión textual. En Penas Ibáñez, María Azucena; González Pérez, Rosario, eds. «Estudios sobre el texto. Nuevos enfoques y propuestas». Studien Zur Romanischen Sprachwissenschaft Und Interkulturellen Kommunikation (Fráncfort del Meno: Peter Lang) 56: 233. ISBN 978-3-631-58310-4. ISSN 1436-1914. 
  4. Real Academia Española. «aullar». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  5. Real Academia Española. «otilar». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  6. a b c d e f g Valenzuela, América (11 de febrero de 2010). «¿Por qué aúllan los lobos?». El porqué de la ciencia. RTVE. Consultado el 17 de octubre de 2012. 
  7. a b c d e f g h «Aullido y vocalización de los lobos». Lobopedia. Consultado el 17 de octubre de 2012. 
  8. Wiesner, Henning; Müller, Alli (2006). ¿Tienen los animales que lavarse los dientes? Y otras preguntas al director del zoo. EDAF. p. 48. ISBN 978-8-441-41783-0. Consultado el 17 de octubre de 2012. 
  9. a b c d «Dingo» (en inglés). Canids.org. Archivado desde el original el 28 de mayo de 2008. Consultado el 17 de abril de 2008. 

Enlaces externos

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